Óscar Calfileo, junto a la dirigenta y presidenta del Centro Comercial, Jocelyn Belmar, advirtieron que las rejas instaladas en el perímetro del centro Caracol Lo Ovalle impiden el ingreso de ambulancias y bomberos, generando una vulnerabilidad para locatarios y visitantes.
El director ejecutivo de la ONG Chile Te Necesita, Óscar Calfileo visitó el concurrido Caracol Lo Ovalle, ubicado en el paradero 18 de la Gran Avenida, en la comuna de La Cisterna, para constatar la denuncia de comerciantes sobre la falta de accesos para vehículos de emergencia. En terreno, acompañado por la dirigenta Jocelyn Belmar, verificó que las rejas instaladas a la orilla de la calle obstaculizan el ingreso de ambulancias, Carabineros y carros bomba, exponiendo a cerca de 300 trabajadores y clientes a un alto riesgo en caso de siniestros.
Previo a sus declaraciones, Calfileo enfatizó que este tipo de problemas son una muestra de políticas públicas mal diseñadas y alejadas de la realidad de las comunidades. “Me encuentro en el Caracol Lo Ovalle, un lugar donde confluyen cientos de personas cada día y que tiene gran actividad comercial. Pero vemos que las rejas que están a la orilla de la calle no permiten el acceso de ambulancias ni de carabineros, lo que en una emergencia puede significar la diferencia entre salvar o perder vidas”, dijo.
Por su parte, Belmar, representante de los locatarios, expuso que la situación se arrastra desde hace tiempo sin que las autoridades hayan intervenido. “Somos alrededor de 300 personas y 98 locales, con unas tres personas por cada uno. No tenemos un plan de contingencia y el municipio no se ha hecho parte del problema. Si se incendia el Caracol, el carro bomba no puede entrar; lo mismo pasa con una ambulancia. No hay acceso y nadie nos da solución”, afirmó.
El fundador de Chile Te Necesita advirtió que esta realidad exige cambios urgentes. “Como verán, esto es una política pública que debemos cambiar usando sentido común. La reja, más que seguridad, nos da inseguridad a la hora de tener una emergencia. No podemos normalizar que el resguardo físico termine siendo una trampa para quienes trabajan o visitan este lugar”, comentó Calfileo.