| Por Juan Rojo Rojo | Transparencia, no visitas a la carta

Quizás la intención era buena, pero la ejecución deja mucho que desear. En un momento en que el arbitraje chileno necesita recuperar credibilidad, las señales que se envían deben ser claras, equitativas y, sobre todo, transparentes. Lamentablemente, lo ocurrido en los últimos días apunta en la dirección contraria.

Primero, resulta al menos cuestionable que se haya iniciado una ronda de “explicaciones” sobre el uso del VAR y los criterios arbitrales visitando a dirigentes, y no a quienes realmente se ven afectados por esas decisiones: los cuerpos técnicos y los jugadores. ¿Qué sentido tiene reunirse con los dueños de los clubes? Ellos no toman decisiones en la cancha, no enfrentan al árbitro ni deben entender, en caliente, una interpretación desde la cabina del VAR.

Segundo, ¿por qué ir a un club en específico? ¿Por qué no organizar una charla abierta, formal y pública para todos los equipos, convocando a sus técnicos y representantes de los planteles? En vez de clarificar, estas visitas selectivas siembran dudas. Y lo más preocupante: se alimenta la percepción —válida o no— de que ciertos equipos tienen un canal privilegiado con quienes imparten justicia en la cancha.

Tercero, es imposible pasar por alto un detalle clave: la visita se realizó al equipo que disputará un clásico este fin de semana. ¿Era realmente necesario iniciar esta ronda con ese club y justo en esta semana? Si lo que se buscaba era despejar suspicacias, se logró exactamente lo contrario.

Y, por último, cabe preguntarse: ¿por qué no se optó por una vía más institucional y transparente? Un comunicado oficial, dirigido a todos los clubes y la prensa especializada, informando de los criterios y procedimientos, habría sido mucho más sano. Pero en vez de eso, vimos al presidente de la Comisión de Árbitros llegando en persona a Colo Colo, sin anuncio previo y sin explicación pública clara. ¿Por qué recurrir a este tipo de gestos, propios de una época que el arbitraje chileno dice haber dejado atrás?

Porque sí, cuesta olvidar los tiempos del llamado “club de póker”, cuando entre gallos y medianoche se decidía quién arbitraba qué partido. Época en la que el propio Roberto Tobar fue parte y por la cual recibió una suspensión de ocho meses. Hoy, más que nunca, el fútbol chileno exige transparencia, no maniobras a puertas cerradas. No se puede reconstruir la confianza con viejas prácticas disfrazadas de buenas intenciones.

Juan Rojo – Cursó estudios de Psicología en la Universidad ARCIS y Teología en la Comunidad Teológica de Chile. Árbitro Profesional de Fútbol titulado del Instituto Nacional del Fútbol. Militante Frente Amplio.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN