El Dr. Aliro Galleguillos, jefe del programa de salud del Partido Nacional Libertario, responsabilizó al Ministerio de Salud por la saturación de hospitales como El Pino y advirtió que el modelo sanitario actual está destinado al fracaso si no se rediseña de forma estructural.
El jefe del programa de salud del Partido Nacional Libertario (PNL), Dr. Aliro Galleguillos, expresó su preocupación ante la crítica situación del Hospital El Pino y otros centros asistenciales del país. A su juicio, la sobrecarga que enfrenta el sistema público es consecuencia directa de decisiones políticas erradas, tanto en materia de salud como de migración.
“La situación planteada el día de hoy respecto al déficit de atención, de camas críticas y de seguridad en un recinto asistencial como el Hospital El Pino, es una realidad extendida en todo el país. Lo hemos venido denunciando hace años: las políticas públicas en salud han fallado desde su origen”, declaró.
El especialista cuestionó el llamado del gobierno a que los ciudadanos se trasladen al sistema público, sin prever los recursos necesarios para garantizar una atención digna y oportuna. Esta migración masiva, sumada al ingreso descontrolado de población extranjera, ha rebasado la capacidad de respuesta de los recintos hospitalarios.
“Esto se produjo por una política equivocada de incentivar el cambio al sector público, prometiendo eficiencia, acceso y calidad. A esto se suma la apertura ilimitada de fronteras, que ha concentrado a la población migrante en comunas ya sobrepobladas. Los hospitales públicos no dan abasto”, explicó Galleguillos.
El jefe del área de salud del PNL sostuvo que hospitales como el Parroquial de San Bernardo también se encuentran colapsados. Asimismo, alertó que los tiempos de espera, la falta de especialistas y la exposición a enfermedades graves hacen cada vez más riesgoso acudir a un servicio de urgencia.
“Las personas esperan hasta 15 horas para ser atendidas por un médico que, muchas veces, no logra diagnosticar a tiempo. Ingresan por molestias leves y terminan infectados, producto de salas cerradas, sin ventilación y con pacientes de alta complejidad”, puntualizó el profesional.
Galleguillos agregó que el hacinamiento y la precariedad en los recintos también genera violencia entre los propios usuarios, lo que es aprovechado por bandas delictuales que operan incluso dentro de los hospitales.
“Esta violencia espontánea, provocada por la frustración y las malas condiciones, es usada por delincuentes que se infiltran en estos espacios. Hay zonas donde los mismos funcionarios han sido víctimas de encerronas. Esto ocurre porque no hay empleo ni control territorial efectivo”, añadió.
Finalmente, el experto del PNL enfatizó que la solución no depende de los municipios ni de iniciativas locales aisladas. Aseguró que se requiere una visión estratégica desde el Ministerio de Salud para coordinar a todos los actores del sistema, públicos y privados.
“Si no cambia la mirada desde el nivel central, será imposible mejorar esta crisis. No es responsabilidad de un alcalde o una diputada, sino del gobierno, que debe rediseñar una política sanitaria moderna, segura y eficiente para los chilenos”, concluyó.