Señor Director:
Cuidar nuestros lagos y lagunas es fundamental para proteger la biodiversidad, asegurar la calidad del agua y sostener actividades recreativas, culturales y económicas que forman parte de nuestra identidad. En Chile, el deterioro reciente del lago Vichuquén, el lago Villarrica, el lago Llanquihue y el lago Caburgua, así como de la laguna de Aculeo, evidencia las consecuencias de un mal entendimiento del ciclo hidrológico de estos sistemas, así como también una gestión inadecuada residuos como aguas servidas, algo tan evidente e importante de controlar. Estos casos demuestran que el deterioro de los sistemas lacustres no es inevitable, sino consecuencia de decisiones humanas, por lo que resulta clave avanzar hacia una gestión responsable del agua y del territorio, entendiendo que preservar nuestros lagos hoy es la única forma de asegurar que las futuras generaciones puedan disfrutarlos tal como nosotros lo hemos hecho.