Científicos de la Universidad Estatal Médica de Saratov han desarrollado un minilaboratorio para el análisis de sangre no invasivo.
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Según los desarrolladores, este dispositivo portátil permitirá a los médicos de urgencias y a los intensivistas medir el hematocrito (la relación entre el volumen sanguíneo total y el volumen de glóbulos rojos) y controlar la viscosidad sanguínea durante el traslado del paciente sin tener que esperar los resultados de laboratorio.
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La universidad subraya que esto es especialmente crítico para pacientes quirúrgicos graves. En casos de traumatismos, quemaduras, hemorragias y afecciones abdominales agudas, estos pacientes suelen desarrollar hipovolemia, un desequilibrio entre el volumen sanguíneo circulante y la capacidad vascular que conlleva complicaciones graves.
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Los principales indicadores de trastornos hipovolémicos son la viscosidad sanguínea y el hematocrito (el porcentaje de glóbulos rojos por unidad de volumen sanguíneo). Sin embargo, los métodos de medición actuales requieren la toma de muestras de sangre. Investigadores de la Universidad Estatal de Medicina VI Razumovsky de Saratov (Saratov, Rusia) han creado un dispositivo que describen como un minilaboratorio móvil.
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Su funcionamiento se basa en el análisis de las ondas de pulso en las arterias braquial y radial. Además de la viscosidad sanguínea y el hematocrito, el dispositivo utiliza dos sensores para medir en tiempo real la elasticidad de la pared vascular, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
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El director del proyecto, Oleg Tsarev, profesor del Departamento de Cirugía Hospitalaria, explicó a Sputnik que estos parámetros alertan a los médicos sobre trastornos hipovolémicos relacionados con la deficiencia de líquidos e indican la probabilidad de que ocurra un evento fatal en el sistema cardiovascular (riesgo cardiovascular).
Dio un ejemplo clínico: «La obstrucción intestinal aguda, con sus altas tasas de mortalidad, siempre implica trastornos hipovolémicos debido al desplazamiento de líquidos desde el sistema vascular hacia los intestinos (hasta 5-7 litros). Si bien la corrección de estos desequilibrios hidroelectrolíticos requiere pruebas de laboratorio, estas no están disponibles durante el transporte».
En la práctica, los médicos de emergencias administran líquidos intravenosos con precaución sin datos completos sobre la función cardíaca.
«Si el corazón no puede manejar la carga de líquido, puede desarrollarse edema pulmonar o cerebral, un peligro aún más grave», señaló Tsarev.
Como señaló el profesor, debido a esto, durante el traslado al hospital, a los pacientes con obstrucción intestinal o bien no se les administran infusiones intravenosas o no reciben más de 400 ml, cuando se necesitan entre un litro y medio y dos litros.
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Como resultado, se produce una disfunción renal irreversible.
«Por lo tanto, no se puede perder tiempo durante el traslado de un paciente de estas características», afirma convencido el médico.
Según datos de la OMS, aproximadamente el 20 % de las muertes a nivel mundial se deben a una atención prehospitalaria inadecuada. El profesor Tsarev considera que la corrección oportuna del edema prehospitalario constituye una preparación preoperatoria eficaz para los casos de obstrucción intestinal.
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Además, según cree el médico, el sistema inteligente desarrollado será útil no solo en la etapa prehospitalaria sino también en el hospital, ya que incluso en la unidad de cuidados intensivos, la toma de muestras de sangre y su posterior análisis para obtener información sobre trastornos hipovolémicos conllevan una pérdida de tiempo que el intensivista no puede permitirse: la corrección de la hipovolemia debe comenzar de inmediato y su adecuación debe controlarse continuamente.