Sr. Diector:
En Temuco, Padre Las Casas y las comunas vecinas, la implementación del sistema de pago electrónico en el transporte público intercomunal ha sido presentada como un avance en modernización y eficiencia. Avanzar hacia soluciones tecnológicas es necesario, pero preocupa la forma en que este proceso se está llevando adelante.
Hoy hay usuarios confundidos, conductores inseguros y adultos mayores angustiados frente a un sistema que todavía no entrega certezas. Se han reportado dobles cobros, problemas para manejar los cobradores automáticos. Todo esto ocurre en un contexto donde más de cien mil personas dependen cada día de la locomoción colectiva para llegar a sus trabajos, escuelas, consultas médicas o trámites esenciales.
No se trata de rechazar la innovación, sino de hacerla bien. El progreso no puede construirse sobre la incertidumbre ni sobre la exclusión. Nuestros adultos mayores, muchos de los cuales no están familiarizados con la tecnología, son los primeros en sentir que se les impone una barrera que limita su independencia. Lo mismo ocurre con quienes viven en sectores rurales, donde encontrar un lugar de recarga puede transformarse en una dificultad más.
Es urgente actuar con empatía. Ampliar la marcha blanca no es retroceder, es corregir errores y garantizar que choferes y usuarios comprendan el sistema. Así se asegura que este cambio sea realmente una mejora para todos.
También es necesario escuchar a los conductores, que temen por sus contratos y condiciones laborales. Ellos son parte fundamental del transporte y no pueden quedar en la incertidumbre.
La modernización del transporte público es un paso necesario para la región. Pero modernizar no significa olvidar a quienes más apoyo requieren. Desde el Consejo Regional mi compromiso es apoyar estos procesos solo si vienen acompañados de comodidad, tranquilidad y justicia social para todos mis vecinos.
El desarrollo no debe dejar a nadie atrás. Temuco y Padre Las Casas necesitan un transporte digno, moderno y accesible, pero también humano y empático. Ese equilibrio se logra escuchando a la gente y resolviendo sus inquietudes antes de consolidar un sistema que, si se hace bien, puede marcar la diferencia en la calidad de vida de miles de personas.
Ana María Soto
Matrona y Consejera Regional por La Araucanía