Incautación en el puerto de Arica subraya su papel en la cadena de suministro de cocaína boliviana

La reciente incautación de un gran volumen de precursores de cocaína en el puerto chileno de Arica subraya su creciente rol como punto crucial para las redes de narcotráfico bolivianas.

Por Sean Doherty

El 5 de noviembre, las autoridades chilenas revelaron que habían incautado 43 toneladas métricas de carbonato de sodio, que, según las autoridades, podrían haberse utilizado para producir una cantidad similar de cocaína, y que se habían enviado desde Hong Kong con destino a Bolivia, país sin salida al mar.

El precursor fue falsamente declarado como “adhesivo para baldosas” por una empresa de transporte chileno-boliviana en un intento de eludir la detección. El consignatario y el operador logístico, vinculados a una empresa boliviana, están siendo investigados, añadieron las autoridades.

Se trata de “uno de los decomisos más importantes en la historia del país, por la cantidad y el valor económico de la droga que se podría haber elaborado”, dijo el fiscal de Arica, Mario Carrera, al medio chileno BioBioChile.

El carbonato de sodio es un producto químico ampliamente utilizado para fines legítimos, como la fabricación de vidrio y como ingrediente de detergentes de limpieza. Sin embargo, en la producción de cocaína, se añade a las hojas de coca para extraer el alcaloide de cocaína que contienen.

Análisis de InSight Crime

La proximidad de Arica a Bolivia, país productor de cocaína, y su peculiar marco aduanero la convierten en un punto vital para la importación de precursores químicos y el tráfico de cocaína boliviana.

El acuerdo se remonta a un tratado de posguerra de 1904 entre Chile y Bolivia, país que carece de acceso directo a puertos marítimos. El tratado concede a los funcionarios de aduanas bolivianos cierto grado de control sobre la carga boliviana que pasa por Arica, lo que limita en cierta medida la supervisión chilena.

Esta última incautación es el mayor decomiso de carbonato de sodio en la historia de Chile, pero el puerto de Arica ha sido testigo de múltiples incautaciones a gran escala de cocaína y precursores químicos en los últimos años. Por ejemplo, en diciembre de 2023, las autoridades bolivianas interceptaron 8,7 toneladas de cocaína ocultas entre tablas de madera destinadas al puerto. Además, en julio de 2023, las autoridades chilenas descubrieron 2,2 toneladas de cocaína boliviana con destino a Bélgica, y, en 2022, incautaron la cifra récord de 690 toneladas de precursores químicos en 41 contenedores abandonados procedentes de China y con destino a Bolivia.

Aunque Perú, otro gran productor de cocaína, está geográficamente más cerca, su vasta costa hace que Arica sea menos relevante para las operaciones de tráfico de cocaína peruanas. Alrededor del 75% del tráfico de carga en Arica se origina o se dirige a Bolivia, y el puerto manejó un 30% más de carga boliviana en 2023 que en 2022.

Los funcionarios dicen que las operaciones de narcotráfico bolivianas dependen del puerto para importar precursores químicos y exportar cocaína. El puerto es atractivo para los narcotraficantes gracias, en parte, a las restricciones impuestas a los funcionarios de aduanas chilenos para inspeccionar la carga boliviana, dijo Carrera a InSight Crime en junio de 2024.

“No es que nosotros no podamos revisar los contenedores que vienen de Bolivia”, afirmó. “Sí, lo podemos hacer, pero tenemos más exigencia. Nos limita un poco, tenemos que tener una causa probable más fuerte”.

Carrera agregó que la reputación de Chile de tener “bajos niveles de corrupción” en comparación con otros países de la región también hace de Arica un puerto atractivo para los narcotraficantes, ya es menos probable que la carga que sale del puerto levante sospechas de los funcionarios de aduanas extranjeros.

“Tenemos un puerto con una bandera que es mejor vista a nivel internacional de lo que puede ser un barco, por ejemplo, que tenga una bandera peruana, ecuatoriana, colombiana o venezolana”, dijo.

Además, un reciente acuerdo que rebaja los aranceles a la carga boliviana que pasa por el puerto de Arica, unido al aumento de la producción de cocaína en Bolivia, podría provocar un aumento del tráfico de drogas a través de la terminal marítima.

Imagen principal: Aduana chilena junto a las 43 toneladas de carbonato de sodio incautadas en el puerto de Arica. Crédito: Frontera Norte.