Columna de Alfredo Jalife-Rahme | Vigorosa respuesta nuclear y geofinanciera de Putin frente a la ofensiva multidimensional de EEUU

La reciente consolidación geoestratégica de un ‘G2’ de Rusia y China destaca el vigor de Putin en sus respuestas a la escalada ofensiva de EEUU y la OTAN en los ámbitos nuclear y geofinanciero. El presidente ruso responde con ejercicios tácticos nucleares y, por la incautación de los capitales rusos por Occidente, embargará bienes estadounidenses.
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La tectónica visita del presidente Vladímir Putin a Pekín profundizó el «G2» entre Rusia y China, frente al aislamiento de Estados Unidos.
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Nada menos que Michael Pillsbury, becario de Heritage Foundationcomentó a Fox News que la Administración Biden había cometido un grave error geoestratégico: «Empujar conjuntamente a dos potencias nucleares, Rusia y China, es realmente un error del más alto nivel».
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En un profundo análisis geoestratégico, el «G2» entre Rusia y China prima sobre todo lo demás, lo cual fue el temor antes de fallecer del rusófobo Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del Partido Demócrata y sus presidentes en turno, en su libro El gran tablero de ajedrez: la primacía de EEUU y sus imperativos geoestratégicos, donde compartió su angustia en los pasados 30 años de que «una única gran coalición de China y Rusia, no por ideología, pero por agravios complementarios, causaría el escenario más peligroso en lo que se refiere a las amenazas a la hegemonía estadunidense».
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Fuerte de su consolidada alianza con China, ahora con un G2 que si se atreve a decir su nombre, el presidente ruso Putin ya se puso los guantes para contrarrestar la escalada ofensiva de Estados Unidos y sus vasallos de la OTAN en los ámbitos geofinanciero y nuclear.
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Ante las ominosas amenazas de confiscar los capitales rusos en Occidente —que forma parte de la guerra multidimensional de EEUU contra Rusia en la guerra hibrida en curso— «Ucrania, primera guerra híbrida mundial: fractura de la biosfera«; y los suculentos capitales rusos en Occidente —»Ominosa guerra ‘geofinanciera’: amenaza de confiscación de los capitales rusos por el G7«—, el presidente ruso Vladímir Putin se prepara a tomar represalias contra los activos fiduciarios y catastrales de Washington en Rusia para compensar las pérdidas de Moscú.
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El decreto firmado por el presidente ruso constituye una represalia proporcional a la legislación reciente del Congreso de EEUU para confiscar los activos rusos en los bancos estadounidenses —que son una bicoca de alrededor de 5.000 millones de dólares frente al principal gradiente de más de 200.000 millones que se encuentran en Euroclear, en Bruselas, donde el banco globalista JPMorgan Chase controla la mayoría de sus acciones, donde brillan los intereses del banquero David Rockefeller (creador de la siniestra Comisión Trilateral) y sus súbditos como Klaus Schwab, del Foro Económico Mundial de Davos— y su parasitaria transferencia pecuniaria a Ucrania con el fin de que prosiga la hemorragia demográfica de Rusia y el intento de un «cambio de régimen» en el Kremlin, además de su anhelada «balcanización«.
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Cabe recalcar que hasta la pugnaz Christine Lagarde, gobernadora del Banco Central Europeo, advirtió que «disponer de los activos rusos resquebraja el orden internacional».
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En el ámbito nuclear, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció el pasado 6 de mayo —en respuesta a las amenazas del presidente francés Emmanuel Macron para enviar tropas francesas a Ucrania y la mención del canciller británico David Cameron para que el régimen hoy ilegítimo del comediante ucraniano Zelenski use los misiles británicos de largo alcance para golpear el territorio de Rusia— anunció que ya iniciaron sus ejercicios con armas nucleares tácticas desde el pasado 21 de mayo en su «distrito militar sureño» (Léase: frontera con Ucrania).
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Las ominosas provocaciones de Francia y Gran Bretaña —las únicas dos potencias nucleares europeas de la OTAN— fueron bendecidas por el malhadado secretario de Estado, Antony Blinken, cuando el régimen ucraniano del ilegítimo Zelenski —cuyo período presidencial finiquitó el mismo 21 de mayo— está al borde del colapso militar.
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Ante el tsunami de amenazas de EEUU y sus vasallos nucleares de la OTAN, el presidente ruso Putin advirtió en forma categórica que, quienes emiten tales «advertencias», son «países con pequeños territorios, pero densas poblaciones«, y sentenció que «la escalada constante puede llevar a serias consecuencias»: léase un «conflicto global».
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Si hacemos caso al icónico reportero Seymour Hersh, quien abreva de los servicios de inteligencia de EEUU, la congénita rusofobia de Biden lo ha confinado a una «permanente guerra fría» contra Moscú, que solamente puede ser resuelta por la vía «diplomática».

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Alfredo Jalife-Rahme– Analista de geopolítica y globalización. Columnista y comentarista en varios periódicos, radios y televisiones internacionales. Profesor de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Geopolítica y Globalización. Autor de varios libros. Nombrado por la Red Voltaire de Francia como ‘El principal geopolitólogo de Latinoamérica’.

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