Filtración de guía de estilo de ‘NYT’ revela una «cobertura sesgada» del conflicto palestino-israelí

¿»Ocupación» o «territorio en disputa»? La filtración de una guía de estilo interna de ‘The New York Times’ revela la profundidad de la parcialidad del periódico en relación con el conflicto palestino-israelí, destacan varios expertos. En sus palabras, «la capacidad de definir es la capacidad de controlar».
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Los periodistas que cubren las hostilidades en Oriente Medio deben limitar el uso de los términos «genocidio» y «limpieza étnica» y «evitar» utilizar la frase «territorio ocupado» al describir la tierra palestina, informa la organización de periodismo de investigación The Intercept.
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«He seguido de cerca la cobertura sesgada del periódico durante más de una década y admito que esto me ha dejado atónito», escribió el editor del sitio web de noticias Mondoweiss James North. «Tal vez el peor ejemplo de parcialidad sea la instrucción del periódico de ‘evitar’ utilizar la expresión territorio ocupado en sus informaciones cuando describe tierras palestinas», agrega.
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«Los puestos de control militares y policiales de Israel y el hecho que la ley militar israelí sea suprema, ¿qué es esto, sino una ‘ocupación’?», escribió North sobre la situación en Cisjordania ocupada, aclarando que el bloqueo de la Franja de Gaza por parte de Israel durante años ha sido considerado por expertos jurídicos internacionales como ocupación.
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Territorios ocupados es una designación internacionalmente aceptada del espacio, señala el politólogo Wilmer Leon. «Creo que es importante que la gente entienda: la capacidad de definir es la capacidad de controlar«, subraya.
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A su vez, el activista y escritor palestino Robert Fantina destaca que «el New York Times lleva años intentando definir la ocupación como otra cosa. A veces lo llaman ‘territorio en disputa’ u otro tipo de lenguaje (…) La ONU ha dicho que se sigue considerando ocupado. Así que no hay duda, el término legal es ‘ocupación'», continúa el experto.
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Los funcionarios de la ONU critican desde hace tiempo el trato de Israel a los palestinos, lo que ha llevado a Tel Aviv a criticar con frecuencia a la organización, a pesar de que el país debe su creación a un acto del organismo internacional de 1948.
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Recientemente, el Gobierno israelí denunció que varios miembros de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) participaron en el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Los servicios de inteligencia estadounidenses no encontraron pruebas de esta afirmación, y más tarde se supo que el Ejército israelí había torturado a empleados de la UNRWA para obtener confesiones falsas, sometiendo a los cooperantes a ahogamientos simulados y amenazándoles con violarles y asesinarles, informan varios medios.

«Incluso el Gobierno de EEUU acepta que [Palestina está] ocupada, y eso ya es mucho decir. (…) Así que el hecho que The New York Times intente evitar el uso de ‘ocupación’ y engañar a sus lectores es un intento de controlar la narrativa. Se trata de control (…) y eso es lo que quieren hacer, controlar la narrativa a favor de Israel«, enfatiza el analista.

«Existen leyes internacionales que rigen la ocupación», añadió. «Los ocupados tienen derecho —derecho legal— a resistirse a la ocupación por cualquier medio a su alcance, incluida la lucha armada. Eso está definido», explica.
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«Afortunadamente, la gente ya no se lo cree debido a la prevalencia de las redes sociales y a que la gente ve lo que ocurre en realidad. Y la prevalencia de fuentes de noticias independientes. Están viendo que, sí, el pueblo palestino está sufriendo masacres en grandes cantidades: hombres, mujeres y niños», agrega Fantina.
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El debate giró entonces en torno a la filtración de varios documentos del Departamento de Estado de EEUU que revelaban que la Casa Blanca, a pesar de declarar públicamente su apoyo a la llamada solución de los dos Estados, ha socavado los esfuerzos en ese sentido en las Naciones Unidas, escribe The Intercept. Las filtraciones revelaron que Washington estaba presionando en privado a países extranjeros para que votaran en contra del pleno reconocimiento de Palestina en el organismo internacional con el fin de evitar la vergüenza de un veto en solitario contra la medida.
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«[El presidente estadounidense, Joe Biden] cree, como sionista, en este mito de la tierra dada por Dios al pueblo judío o lo que sea», precisa Fantina. «Pero luego afirma que apoya una solución de dos Estados, que privaría a los israelíes de una buena parte de la tierra. Así que no se le puede ver como un intermediario honesto entre ambos», comenta el analista.
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«No se le puede ver como alguien que tenga en mente los derechos de los palestinos. Solo le importan los israelíes, y los palestinos pueden ser todos asesinados como él está apoyando ahora, como él está financiando. Y no le importa mientras Israel consiga lo que quiera», plantea.

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