Drones rusos de 500 dólares destruyen los caros tanques Abrams de fabricación estadounidense

En la operación militar especial que Rusia lleva a cabo en Ucrania, un dron de 500 dólares ha destruido poderosos tanques de más de 10 millones de dólares, un fenómeno que revela cómo se está remodelando la naturaleza de los conflictos, señaló el diario ‘The New York Times’.
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Según declaraciones de un alto funcionario estadounidense citado por el medio, tan solo en los últimos dos meses, las fuerzas rusas han destruido cinco de los 31 tanques M1 Abrams de fabricación estadounidense que el Pentágono envió a Ucrania el pasado otoño.
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Al menos otros tres han sufrido daños moderados desde que los tanques fueron enviados al frente a principios de este año, dijo a The New York Times el coronel Markus Reisner, un entrenador militar austriaco que sigue de cerca cómo se están utilizando las armas en Ucrania.
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De acuerdo con el análisis, que cita datos de Oryx, un sitio de análisis militar que contabiliza las pérdidas basándose en pruebas visuales, 796 carros de combate de Ucrania han sido destruidos, capturados o abandonados desde que comenzó la operación especial militar en febrero de 2022.
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Unos 140 vehículos de combate que han sido eliminados fueron entregados a Ucrania por Estados de la OTAN, señaló el diario.
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Según un informe del Ministerio de Defensa ruso divulgado a comienzos de 2024, desde el inicio de la operación militar especial el 24 de febrero de 2022, las fuerzas rusas acabaron con 577 aviones, 270 helicópteros, 15.992 vehículos aéreos no tripulados; 486 misiles antiaéreos, 15.521 tanques y otros vehículos blindados, 1.243 lanzacohetes múltiples, 8.440 piezas de artillería y morteros; y 19.910 automóviles militares.
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El 20 de marzo, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, informó que tan solo en lo que va de este año, las fuerzas rusas destruyeron cuatro tanques estadounidenses Abrams, cinco tanques alemanes Leopard, 27 vehículos estadounidenses Bradley, seis lanzacohetes múltiples Himars y once baterías de misiles estadounidenses, entre ellos cinco Patriot.
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El Abrams está ampliamente considerado como uno de los tanques más poderosos del mundo.
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El hecho de que sea más fácil de derribar por la explosión de aviones no tripulados de lo que algunos funcionarios y expertos habían supuesto inicialmente muestra «otra forma en que el conflicto en Ucrania está remodelando la naturaleza misma de la guerra moderna», dijo a The New York Times Can Kasapoglu, analista de defensa en el Instituto Hudson en Washington.
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Según el análisis del medio, a pesar de su potencia, los tanques no son impenetrables, y son más vulnerables donde su pesado blindaje es más delgado: «En la parte superior, el bloque trasero del motor y el espacio entre el casco y la torreta».
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Durante años han sido atacados principalmente con minas terrestres, artefactos explosivos improvisados, granadas propulsadas por cohetes y misiles guiados antitanque, como los sistemas shoot and scoot, disparados desde el hombro. Estos últimos se utilizaron mucho al principio del conflicto de Ucrania porque podían atacar a los tanques desde arriba y acertarles hasta en el 90% de las ocasiones
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Sin embargo, dice el periódico estadounidense, los drones que se están utilizando ahora contra los tanques en Ucrania son aún más precisos.
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Conocidos como drones de visión en primera persona, o FPV, están equipados con una cámara que transmite imágenes en tiempo real a su controlador, que puede dirigirlos para que ataquen a los tanques en sus puntos más vulnerables. En varios casos, los FPV han sido enviados para «rematar» tanques que ya habían sido dañados por minas o misiles antitanque, de modo que no podían ser recuperados del campo de batalla y reparados, explicó Reisner al medio.

«Dependiendo de su tamaño y sofisticación tecnológica, los drones pueden costar tan sólo 500 dólares, una inversión insignificante para acabar con un tanque Abrams de 10 millones de dólares. Y algunos de ellos pueden llevar municiones para aumentar el impacto de su explosión», dijo Reisner.

«Bienvenidos al siglo XXI: es increíble, la verdad», afirmó Reisner, historiador y antiguo oficial de reconocimiento de blindados que supervisa la formación de las fuerzas austriacas en la Academia Militar Teresiana.