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- Por Rayén Sepúlveda / Matías Bustos
Comunicaciones HCUCH
- Por Rayén Sepúlveda / Matías Bustos
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Alrededor del 30% de las mujeres en el mundo es propensa a sufrir disfunciones del piso pélvico, tales como incontinencia urinaria, prolapso genital, vejiga hiperactiva, incontinencia fecal y dolor pélvico crónico. El Dr. Manríquez, ginecólogo especialista en Uroginecología y Piso Pélvico de nuestro Hospital, señaló las pacientes que están más predispuestas a sufrir debilitamiento del piso pélvico: “Las mujeres que hayan tenido partos vaginales, si el peso del bebé es superior a 3 kilos 800 gramos y que en su parto se haya tenido que utilizar un fórceps son los factores de riesgo más importantes”.
En cuanto a las complicaciones, agregó: “No son patologías que tengan mucha mortalidad, pero sí tienen mucha morbilidad, porque la paciente tiene afectación de su calidad de vida, hay que pensar en cómo se sentiría alguien que no tiene capacidad de contener la orina, por ejemplo, que tiene que ocupar pañitos diarios para protegerse, se daña la piel, sangra, muchas veces no puede tener deposición en forma normal. El grupo de pacientes mayores entre 70 y 80 años deberían consultar lo más precozmente posible, porque tienen prolapso genital, tienen dificultad para ir al baño, así se evita tener infecciones urinarias en forma frecuente, además de una falla renal, una sepsis de foco urinario y se evita también que pueda morir, al estar susceptible de sufrir una caída en la ida al baño, puede haber un accidente como una fractura de cadera, y el 20% de los pacientes que se fracturan la cadera en el año siguiente fallecen por toda la comorbilidad que significa el reposo prolongado”.
La disfunción del piso pélvico causa un conjunto de patologías con sintomatología oculta que provoca una reducción de la calidad de vida de pacientes, familiares y cuidadores. Su prevalencia aumenta considerablemente con la edad. Habría una importante asociación entre sarcopenia, fragilidad e incontinencia urinaria y fecal que lleva a un aumento de la mortalidad. Particularmente, en los pacientes ancianos y frágiles, el enfoque multidisciplinario e integrado para el diagnóstico y tratamiento, tiene un impacto importante en el cuidado de la salud y en evitar complicaciones. Una cuidadosa anamnesis, examen físico dirigido y el uso juicioso de exámenes de laboratorio llevan, en la mayoría de los casos, al diagnóstico e intervención terapéutica adecuada. Muchos pacientes se benefician con intervenciones de dieta, actividad física, conducta y reentrenamiento de la musculatura del piso pélvico.
El Dr. Manríquez, indicó recomendaciones de prevención para evitar el debilitamiento del piso pélvico: “Las medidas de prevención son amplias porque van a identificar los factores de riesgo de cada mujer. Quizás resumiendo lo más importante es que mantengan un peso corporal sano, es decir, que no tengan sobrepeso, con un índice de masa corporal idealmente menor a 25. Si van a realizar trabajos que requieran aplicar una fuerza importante, se debe aprender la técnica para ejercer aquella labor”, cerró.
Los síntomas más comunes son:
● Sensación de pesadez, hinchazón, tirón o dolor en la vagina que se agrava al final del día o cuando mueven el intestino.
● Sensación de un «bulto» o «algo que sale» de la vagina.
● Dificultad para comenzar a orinar o vaciar la vejiga por completo.
● Infecciones del tracto urinario frecuentes.
● Pérdidas de orina al reír, toser o hacer ejercicio.
● Necesidad urgente o frecuente de orinar.
● Dolor al orinar.
● Pérdidas de materia fecal o dificultad para controlar los gases.
● Estreñimiento.
● Dificultad para llegar al baño a tiempo.