Para siempre: más de 2.100 hectáreas de alto valor ecológico son destinadas a la conservación en la Región de O’Higgins

  • A través de la firma de un nuevo acuerdo de Derecho Real de Conservación (DRC) entre Fundación Tierra Austral y Bosques del Tinguiririca SPA, se creó una nueva área privada protegida que será conservada a perpetuidad en la zona central del país.

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El Derecho Real de Conservación (DRC) es la herramienta utilizada para formalizar la protección de la naturaleza en tierras privadas. En términos concretos, el DRC se traduce en un contrato firmado entre los propietarios de un área y un tercero, en el que se definen usos permitidos y restringidos de la tierra, con el fin de proteger su patrimonio natural y/o cultural a largo plazo. Y fue eso precisamente lo que se hizo en el proyecto Bosques del Tinguiririca.

Esta área privada protegida se ubica en la comuna de San Fernando, Provincia de Colchagua, Región de O’Higgins. Su superficie es de 2.500 hectáreas y sus dueños, la familia Astorga-Roine, decidieron destinar más del 85% del terreno a la conservación junto a Fundación Tierra Austral. Esto, con el objetivo de recuperar y proteger el bosque esclerófilo y biodiversidad del sector, especialmente los relictos boreales del ciprés de la Cordillera. Con ello buscan, además, generar investigación científica, promover la educación ambiental y ofrecer a la comunidad un área protegida para su contacto con la naturaleza.

Bosques del Tinguiririca tiene un importante valor ecológico dado por la presencia de ecosistemas andinos y subandinos que albergan -entre otras cosas- formaciones de bosques mediterráneos caducifolios y cuerpos de agua de gran relevancia para la región. Esta biodiversidad es representativa del ecosistema mediterráneo de los bosques esclerófilos en la zona central de Chile, el ecosistema más amenazado y menos protegido del país.

© Bosques Tinguiririca – Fundación Tierra Austral

«Gracias a la firma de este acuerdo de DRC, vamos a poder proteger los valores ecológicos de ésta área, sus bosques, cursos de agua, y las especies de flora y fauna que lo habitan. Este acuerdo hace posible que la voluntad de conservación de los propietarios sea respetada para siempre, ayudando así a mitigar las importantes amenazas que aquejan a lugares como éste, críticos para la protección de nuestra biodiversidad», señaló Victoria Alonso, directora ejecutiva de Fundación Tierra Austral.

Y es que Bosques del Tinguiririca se enfrenta a distintas amenazas. Una de ellas es el cambio climático que ha reducido y alterado la distribución de especies de flora y fauna presentes. Y no sólo eso, la mega sequía, los incendios forestales, el desarrollo inmobiliario ilimitado y la agricultura intensiva, han puesto en riesgo la recuperación y supervivencia de estos bosques y su biodiversidad.

La creación de esta nueva área protegida en la zona central de Chile permite que especies nativas y amenazadas como el belloto del norte (Beilschmiedia miersii), el ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis) o el emblemático bagrecito (Trichomycterus areolatus) – un pez cuya población se reducido en un 48,7% en los últimos 10 años debido a la deforestación y depredación por especies exóticas  – sean protegidas para siempre.