Recientemente, los Gobiernos de Estados Unidos y Francia se vieron envueltos en una polémica sobre el envío de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza en aviones militares. Analistas entrevistados explican por qué ahora los países de Occidente pusieron a enviar ayuda a Gaza al tiempo de seguir vendiendo armas a Israel.
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La ayuda enviada por Washington, según el Mando Central estadounidense (CENTCOM), consistió en 38.000 raciones de comida. En el caso de Francia, el presidente del país, Emmanuel Macron, publicó un video en las redes sociales en el que se ve cómo se lanzan a la Franja de Gaza paquetes de alimentos con la bandera francesa adosada con la leyenda «¡Solidaridad en camino!».
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Sin embargo, la iniciativa no estuvo exenta de críticas. Las organizaciones de ayuda humanitaria describieron el envío estadounidense como una medida de relaciones públicas dirigida al electorado estadounidense, y señalaron que sería más eficaz presionar a Israel para que abriera las rutas terrestres del enclave a la ayuda humanitaria.
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Además, tanto Francia como Estados Unidos son criticados por seguir suministrando armas a Israel, que actualmente se están utilizando en la ofensiva israelí. En diciembre, EEUU aprobó con carácter de urgencia, sin pasar por el Congreso, el envío de 14.000 proyectiles para los tanques utilizados en la ofensiva en Gaza, presupuestados en 106 millones de dólares. En aquel momento, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, justificó la medida diciendo que existía una emergencia que requería la venta inmediata de la munición, a riesgo de la seguridad nacional estadounidense.
En el caso de Francia, sin embargo, la venta de armas es nebulosa, como señalaba el presidente de Amnistía Internacional, Jean-Claude Samouiller, en una reciente carta abierta a Macron, en la que criticaba la falta de transparencia en cuanto a los datos de venta de armas a Tel Aviv y advertía de la necesidad de dejar de suministrar armas a ese país para su uso en lo que calificaba de genocidio.
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En una entrevista con Sputnik, expertos analizaron cómo la venta de armas a Israel podría comprometer la legitimidad de la ayuda humanitaria enviada a la Franja de Gaza por Estados Unidos y los aliados occidentales de Washington.
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Una «hipocresía evidente para cualquier persona con un mínimo de información»
Gabriel Mathias Soares, doctor en Historia Social, máster en Estudios Árabes por la Universidad de São Paulo (USP) y exobservador de derechos humanos en Cisjordania, considera que los envíos son una «hipocresía evidente para cualquier persona con un mínimo de información». Además, afirma que «la honestidad de reconocer esa hipocresía no está tan extendida».
«Al contrario, hay muchos que trabajan sin cesar para racionalizar y defender lo indefendible. Este es el papel de los propagandistas y los grupos de presión, no solo para Israel, sino para los intereses de las potencias occidentales», destaca el experto.
Soares añade que, para los países del sur global, la legitimidad estadounidense y europea ya estaba en declive, «desafiada por el ascenso económico de China, la reafirmación del poder militar de Rusia y foros y bloques alternativos a los tradicionales, como los BRICS».
«Todavía hay mucha fuerza en la hegemonía estadounidense y en la legitimidad de los llamados valores occidentales de democracia y derechos humanos, pero el apoyo irrestricto a los bombardeos indiscriminados de Israel sobre Gaza, que podrían ser acusados de genocidio, y la crisis humanitaria han puesto al descubierto los límites de este discurso y de lo que efectivamente cuenta como humano y democrático, algo de lo que los países que han vivido la colonización europea tienen una memoria muy reciente», expone el experto.
¿Puede la opinión pública influir en el apoyo de Occidente a Israel?
La opinión de Soares es compartida por Isabela Agostinelli dos Santos, doctora en Relaciones Internacionales.
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Señala que el envío aéreo «es una posición muy hipócrita, precisamente porque Francia y, sobre todo, Estados Unidos han apoyado la postura de Israel ante la masacre que se está llevando a cabo en Gaza, con bombardeos y bloqueos de las fronteras terrestres».
«Es una postura muy hipócrita, muy cínica, de hecho. Envían ayuda por los cielos como si fuera algo extraordinario, pero en realidad son casi migajas lo que la gente de Gaza está recibiendo de estos países, al mismo tiempo que estos mismos países, Estados Unidos y Francia, han estado apoyando militarmente a Israel», opina la investigadora.
También señala que el apoyo militar de Estados Unidos a Israel es anterior a los ataques del 7 de octubre de Hamás.
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«EEUU mantiene una relación especial con Israel desde hace muchas décadas (…). Así que esta escena muestra precisamente eso: ayuda que llega del cielo, pero al mismo tiempo, los que están enviando ayuda son los mismos que apoyan al poder militar que se está utilizando para masacrar a una población civil, que no tiene nada que ver con Hamás, que Israel dice que es el gran enemigo, el gran objetivo a exterminar allí en esa región», manifiesta Agostinelli.
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Agrega que, en relación con la legitimidad de la retórica de Francia y Estados Unidos contra la masacre en Gaza, «hay un gran abismo entre lo que se dice y lo que se hace, de hecho, y cómo estas acciones que se hacen (…) impactan la vida de la población civil de Gaza».
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De acuerdo con Agostinelli, por mucho que los líderes de Estados Unidos y Francia apuntaban la necesidad de un posible pedido de alto el fuego en Gaza, de hecho, las acciones materiales de esos países, principalmente Estados Unidos, han revelado un apoyo incondicional al Estado de Israel.
«Entonces, aunque Estados Unidos declara que tal vez promoverá una resolución de alto el fuego, de hecho, la continuación del envío de armas, de poder militar a Israel, es lo que de hecho mantiene a la población de Gaza en esa situación”, manifiesta la experta.
Añade que la ayuda enviada por Estados Unidos es «pifia y muy superficial» y que parece mucho más destinada a construir una imagen de que Estados Unidos estaría ayudando a la población de Gaza. «Pero en realidad sabemos que no es así».
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Cuando se le preguntó si la decisión de Estados Unidos y Francia de enviar ayuda humanitaria a Gaza sería una medida de relaciones públicas ante la opinión pública de los respectivos países, como señalaron las organizaciones humanitarias, Soares afirma que parte de la opinión pública de ambos países puede estar convencida, pero la gran mayoría de la población no.
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Según opina, en medio de la masacre en curso, con mucho esfuerzo para sanar al menos el hambre y propaganda suficiente, segmentos significativos de lo que se configura como opinión pública de esos países pueden convencerse de que alguna solidaridad está siendo ejercida por parte de esos gobiernos.
«Eso no significa mayoría absoluta, sino parte expresiva de la opinión pública de Francia y EEUU que todavía se identifica más con Israel, aunque no vean justificación suficiente para el nivel de destrucción y mortandad llevado a cabo contra los palestinos en Gaza», subraya el experto.
Señala que en Estados Unidos encuestas de opinión indican que una mayoría de la población apoya el alto el fuego en Gaza, incluso entre republicanos, «algo que puede aumentar con el continuo deterioro de las condiciones humanitarias, especialmente en el sector norte de Gaza».
«Una parte sustancial de la población de Estados Unidos y Francia puede no estar convencida en absoluto de que sus gobiernos, al blindar diplomáticamente a Israel de cualquier freno a sus acciones, estén comprometidos con la solidaridad con los palestinos. Esto se suma a los problemas internos de estos propios países y al deterioro de la confianza en las clases políticas», opina.
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Añade que, en cuanto a la opinión pública mundial, la desconfianza es probablemente aún mayor, en especial en lugares de mayoría árabe y musulmana, pero no exclusivamente, como se percibe en África y América Latina.
“La crítica no se extiende solo a Israel, sino a las potencias que apoyan de todas maneras la continua masacre de civiles palestinos, notablemente Estados Unidos”, indica Soares.
Sobre la construcción de un puerto temporal para llevar ayuda humanitaria a Gaza, anunciada por el Gobierno estadounidense, Soares afirma que «ciertamente no será una solución y acarreará otros problemas«, y que lo ideal sería ampliar el envío de remesas por tierra.
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«El envío de raciones por vía aérea está muy por debajo de lo suficiente, además de ser mucho más costoso. Cientos de camiones con ayuda siguen sin poder entrar, aunque la presión puede hacer que Israel ceda espacio para mayor entrada, lo que se sabe que es mucho más eficiente que la distribución de ayuda lanzada desde aviones y sin los riesgos que pueden presentar, como el fallo de un paracaídas que parece indicar haber acarreado en muertes por el impacto de un contenedor con ayuda humanitaria», destaca.
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Agostinelli, por su parte, dice no creer que, de forma general, la opinión pública va a entender como solidaridad los recientes envíos de ayuda humanitaria.
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En su opinión, EEUU ha sido bien criticado por diversos grupos alrededor del mundo, por su apoyo incondicional a Israel. Incluso, hace tres días, cinco personas murieron en Gaza afectadas por esas cajas de ayuda humanitaria que acabaron no llegando de forma esperada. Se esperaba que los paracaídas se abrieran para que esta ayuda de los aires llegara a tierra de manera segura, pero eso no fue lo que sucedió, por lo que esta ayuda terminó matando a los palestinos que estaban esperando porque no se envió de manera segura.
«Creo que la opinión pública ha sido muy crítica con la posición de EEUU, pero no lo suficiente como para cambiar la postura de los gobernantes del país respecto al apoyo incondicional a Israel», concluye la investigadora.