El incendio llegó al barrio industrial de El Salto y amenaza el plan de Viña. Bomberos no da abasto, los vecinos se organizan en auto ayuda con lo que tienen. No se advierte un despliegue de efectivos de las FFAA para colocar maquinaria que ayude a Bomberos, participando en bloque en el combate al fuego.
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Esta catástrofe supera al impacto de un terremoto, las lenguas de fuego, las explosiones de balones de gas, la explosión de una estación de servicio, el fuego en Pinturas Tricolor, humos tóxicos, dejan ver la incapacidad del Estado de asumir coordinadamente esta emergencia. Se ha generado un escenario distópico , donde la realidad supera lo imaginable.
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La presunción de terrorismo de incendiarios en el génesis de estos fuegos está en los comentarios. Fuegos sospechosamente simultáneos, llevan a una razonable duda sobre la tragedia. El caos ¿a quiénes puede beneficiar? ¿Justo cuando el Estado enfrentaba con rigor el narcotráfico, viene esta catástrofe?
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Es una noticia en desarrollo. No se advierte un jefe de plaza dirigiendo todo. Los peajes de las autopistas se siguen cobrando a personas que están evacuando,. La codicia, la especulación, prosiguen como trasfondo de la emergencia.
La catástrofe nos tiene desolados.
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El costo en vidas humanas y devastación de la naturaleza son inconmensurables. El Estado de Chile en jaque.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Hernán Narbona Véliz– Periodista.
