Los neonazis estadounidenses ya no consideran que apoyar a Ucrania sea una causa digna

Tras dos años del conflicto en Ucrania, antaño destino de extremistas estadounidenses, muchos dentro del movimiento clandestino de extrema derecha en EEUU lo reniegan y aconsejan a sus seguidores que se mantengan alejados, escribe ‘The Guardian’. Los extremistas consideran ahora que en el próximo año electoral deben centrarse en el frente interno.
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Al comienzo de la operación militar especial, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) emitió un boletín de inteligencia en el que informaba que partidarios estadounidenses de la extrema derecha se dirigían a la zona del conflicto y podrían utilizarlo para perfeccionar sus habilidades terroristas y traerlas de vuelta a Estados Unidos.
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Tras una convocatoria abierta de voluntarios internacionales, el Ejército ucraniano atrajo a casi 20.000 combatientes de todo el mundo, recuerda The Guardian. En pocas semanas, de allí ya salían volando los Boogaloo Bois (sic.) estadounidenses, como se les llaman los partidarios de un movimiento de extrema derecha antigubernamental.

«No voy a permitir que nuestros chicos, los esfuerzos y la sangre de mis chicos se destinen [al conflicto ucraniano]», declaró el exmarine, Christopher Pohlhaus, líder de la red neonazi Blood Tribe, conocida por sus protestas racistas y homófobas en EEUU, en un mensaje de audio publicado en Telegram en noviembre de 2023.

Pohlhaus agregó que seguirá apoyando la lucha a favor de Ucrania, antes de explicar cómo un desacuerdo con su aliado personal y líder de las milicias rusas que luchan por Ucrania, Denís Nikitin, a quien el exmarine juró infamemente lealtad, hizo que el grupo cortara lazos.
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Según el exmarine, aunque varios de sus miembros habían estado «súper animados y preparándose para ir a Ucrania», iban a dedicar todo su dinero y recursos a centrarse en el activismo nacional, en particular en sus mítines de odio, al no ver ningún beneficio en luchar por Kiev.
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Dentro de la red más amplia de militancia neonazi, las conversaciones sobre Ucrania prácticamente se evaporaron, ya que el conflicto de Gaza y las cuestiones internas eclipsaron lo que antes era un acontecimiento mundial muy seguido.
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En septiembre, una destacada publicación de extrema derecha, vinculada al disuelto grupo terrorista neonazi estadounidense Atomwaffen Division, declaró que el conflicto no solo «ya no nos importa», sino que «nos gustaría volver a centrarnos» en cuestiones estadounidenses.
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Joshua Fisher-Birch, analista de la extrema derecha del Counter Extremism Project, siguió de cerca a los extremistas de derecha y su fascinación por Ucrania.
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«Las discusiones entre la extrema derecha online estadounidense sobre viajar a Ucrania (…) disminuyeron en el último año», afirmó, señalando que en algunos casos hablar de aventurarse a la operación militar especial «nunca fue serio«.
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Recientemente, se conoció que una mercenaria francesa pronazi organiza fiestas con «tropas francesas que luchan en Ucrania». La «soldado de fortuna» francesa en Ucrania no solo proporcionaba apoyo a las tropas de Kiev, sino también organizaba activamente entregas de ayuda desde su ciudad natal. Además, el 20 de diciembre, el emblema rojinegro con el símbolo de la organización neonazi ucraniana Pravi Sektor (prohibida en Rusia) apareció claramente en la foto del partido de fútbol entre el Shajtar ucraniano y el Avispa Fukuoka, en Tokio.