Moda Circular: Una forma de mitigar la creciente contaminación producida por la industria textil

Definida como la práctica de darle un segundo uso a las prendas a través de la reutilización de sus materiales, este enfoque ha adquirido cada vez mayor relevancia como alternativa para disminuir el impacto producido por la industria textil, una de las más contaminantes del planeta. En esta línea, la llamada «Moda Circular» propone incorporar la sustentabilidad como enfoque a este sector productivo, un cambio que -de acuerdo a académicas de la Universidad de Chile- debe ir acompañado de políticas públicas que permitan reducir la excesiva producción y consumo de ropa.

En los últimos años se ha conocido la triste realidad de los basurales textiles en la comuna de Alto Hospicio, Región de Tarapacá. Toneladas de Ropa provenientes del puerto de Iquique e incluso países vecinos son vertida en terrenos fiscales sin uso, una situación que refleja el enorme impacto ambiental de una industria que legalmente no está obligada a hacer manejo de sus residuos. Beatriz Bustos, profesora del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, enfatiza la contaminación producida no solamente por los textiles como desechos, sino también lo que significa cada aspecto de su producción. “Las principales materias primas que se usan para producir ropa y textiles son el algodón, la lycra y el poliéster. Si tan solo consideramos el algodón, el cultivo de este requiere de importantes cantidades de agua. Hay un importante consumo energético para poder transformar las motitas de algodón en el hilo aislado que se trabaja”, señala la académica.

Beatriz Bustos, académica del Departamento de Geografía U. de Chile, explica que toneladas de ropa de segunda mano llegan al puerto de Iquique y son desechadas en grandes extensiones de terrenos fiscales sin uso que hay en el sector.

Lorna Lares, académica del Departamento de Diseño de la Universidad de Chile y gestora del Comité por la Sustentabilidad del plantel, sostiene que el problema no es solo qué hacemos con la ropa después de usarla, sino también las enormes cantidades de esta que se producen a nivel mundial. “Hay investigaciones que se han hecho por académicos de esta universidad que señalan que alrededor de 50 mil toneladas de ropa usada ingresan al país, pero la que se ocupa es menos de la mitad y todo el resto va a estos vertederos (…) No existe una disposición para los textiles y tampoco existe una política que pueda normar o regular este ingreso de ropa usada”, advierte profesora Lares.

Es frente a este tipo de situaciones que se ha promovido la «economía circular» como principio, un término propuesto por la Fundación McArthur para hacerse cargo del ciclo de vida completo de los distintos productos de consumo, como ropa, alimento, muebles, entre otros. De esta forma, nace el concepto de «moda circular», que simplemente implica dar una segunda vida a las prendas que dejamos de usar. “Tenemos muchas iniciativas en las que se toman los textiles y se hacen hilo (…) Se vuelven hilos que generan otro subproducto de esta materia prima, ya no es basura o un residuo, es una materia también que vuelve otra vez al sistema” explica la académica del Departamento de Diseño.

“Hay investigaciones que se han hecho que señalan que alrededor de 50 mil toneladas de ropa usada ingresan al país, pero la que se ocupa es menos de la mitad y todo el resto va a estos vertederos” advierte Lorna Lares, profesora del Departamento de Diseño U. de Chile.

Lo más cercano en términos de políticas sobre reciclaje es la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que desde 2016 exige a los fabricantes e importadores recuperar un porcentaje de sus productos una vez que terminan su vida útil. Sin embargo, el rubro textil fue excluido en ese entonces, por lo que se mantiene como una discusión pendiente, tal como explica la profesora Bustos. “Los municipios no tienen capacidad ni atribuciones para hacerse cargo de este problema y tampoco tienen recursos para poder fiscalizar que no se disponga del desecho textil en esos lugares”, sostiene Bustos.

El surgimiento de iniciativas estudiantiles

Frente a este problema, han surgido diversas iniciativas y proyectos que, a través de la moda circular, buscan generar nuevos productos a partir de estos residuos textiles. Tal es el caso de Reutilizatex, un proyecto desarrollado por la estudiante de Ingeniería Civil Mecánica de la Universidad de Chile, Carolina Soto, y Ricardo Molina, tesista de Ingeniería Civil del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales, quienes a través de desechos textiles y botellas PET recicladas fabrican paneles acústicos y térmicos.

Ricardo Molina describe a Reutilizatex como un proyecto que responde justamente a las enormes cantidades de textiles consideradas desechos. “Vimos que Chile es un vertedero mundial de ropa. Prácticamente llega un camión por segundo lleno de ropa al desierto de Atacama y vimos que desde la ingeniería tal vez podíamos llegar a alguna solución para mejorar esto” relata. Es así como el equipo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas empezaron a explorar distintos para este volumen de ropa, lo que tras un año derivó en la producción paneles térmicos y acústicos, un proceso que Molina describe como sustentable tanto en sus materiales como en su fabricación.

A través de desechos textiles y botellas PET recicladas, la startup Reutilizatex fabrica paneles acústicos y térmicos. Su cofundador y tesista del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales, Ricardo Molina, sostiene uno de estos paneles.

Como estamos reutilizando algo, esto ya reduce el impacto ambiental en comparación con usar materiales vírgenes, y -al mismo tiempo- nosotros diseñamos el proceso de manufactura de forma que sea muy intensivo en el uso de recursos. Por ejemplo, nosotros no utilizamos agua en ninguna parte de nuestra producción y ocupamos muy poca energía”, asegura el cofundador de Reutilizatex.

Si deseas saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 124 de Universidad de Chile Podcast, ya disponible en Spotify, Youtube y Tantaku.