- En su X versión, la Escuela de Temporada regresa este verano para propiciar el acceso a una amplia gama de cursos y el acercamiento a las problemáticas locales, como lo entendía Amanda Labarca. Así, con foco en la transmisión de aprendizajes en torno a la salud mental y física, las actividades programadas buscan reforzar los valores comunitarios a través del deporte y la formación de liderazgos, para contribuir al refuerzo de una red con valores democráticos, colaborativos y que amplíen la participación ciudadana.
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Desde el 9 al 12 de enero se realizarán una serie de actividades, entre ellas talleres, charlas, presentaciones artísticas, todas abiertas a la ciudadanía, en el marco de la X Escuela de Temporada organizada por la U. de Chile y la Universidad de Valparaíso. Este año, uno de los ejes que guía el despliegue en la ciudad-puerto tiene relación con el ámbito comunitario-barrial: se trata de un acercamiento a la experiencia de los territorios y de cómo las comunidades organizadas pueden llegar a fortalecer sus prácticas de cuidados.
En “Una antología feminista”, publicada en 2019 por la Editorial Universitaria, se encuentra una selección de los articulos y ensayos de Amanda Labarca –parte de su legado–, quien en 1954 hablaba acerca de las labores de extensión cultural en las universidades y reflexionaba sobre las Escuelas de Temporada, instancia que para la académica constituía la “agencia más poderosa de Extensión Universitaria”.
La Escuela de Temporada nació junto a la Escuela de Verano en 1936. A 20 años de su ejecución ininterrumpida, esta iniciativa presentaba rasgos originales para la época. “El número de sus cursos ha subido de 34, en 1936, a 303, en 1953. En ese mismo lapso, el número de alumnos ha sido de 534 y de 5.207”, apuntaba la académica. “Sus programas han incluido una amplísima gama de cursos de toda especie, desde los de iniciación filosófica hasta los de artes, letras, ciencias, técnicas y artesanías”, describía.
En este sentido, la intelectual planteaba que el rol de la Escuela de Temporada implicaba crear desde sus inicios, en las ciudades capitales de provincias, un acercamiento a la “investigación de los problemas regionales que son focos vivos de auténtica actividad creadora”.
El deporte como forma de reforzar valores en comunidad
Así las cosas, y siguiendo esa mirada de quien fuera su fundadora, esta X Escuela de Temporada, como una forma de generar, o estrechar vínculos, y reforzar valores comunitarios, además del trabajo en conjunto con las y los habitantes de un territorio determinado, no solo entrega información de sus necesidades de primera fuente, si no también se convierte en una forma de retroalimentación bidireccional.
Es por ello que, las actividades que tendrán lugar en el Parque el Litre, entre éstas, una clínica deportiva con atletas seleccionadas que participaron en los Juegos Panamericanos, o el taller “Cultura de la no violencia en clubes deportivos de barrio”, cumplen con una perspectiva que persigue generar vínculos, reforzar valores como el respeto mutuo, la confianza, la corresponsabilidad, entre otros.
Nathalie Llanos, docente del Departamento de Nutrición de la U. de Chile, quien ha ligado su trabajo al deporte social y la relevancia de las organizaciones deportivas para dar sostén a las comunidades, profundizó en el carácter de las actividades que liderará, como parte del proyecto de Extensión de la Facultad de Medicina: Clubes Saludables.
Junto a la Asociación de Clubes Pedro Aguirre Cerda, de Valparaíso, el objetivo de los talleres enfocados en niños, niñas y adolescentes buscará promover hábitos saludables, pero también apuntan a que las organizaciones deportivas puedan formalizar sus prácticas.
“Nosotros proponemos fortalecer los clubes como institución y que a través de los clubes de barrio se promueva el deporte para fortalecer el tejido social”, explicó. “A través del deporte se puede ir creando comunidad, compartiendo valores y al final el estilo de vida saludable pasa a ser algo secundario al deporte, pero también se puede formar a través del deporte, es decir, el deporte es la herramienta”, comentó.
Desde su mirada, la docente planteó que esta metodología tiene como referencia la experiencia de los clubes de barrio de Argentina. “Allá los clubes pertenecen al ministerio de turismo y deporte y se gestionan desde el gobierno, desde el Estado. Ese modelo de trabajo lo hemos estado trabajando con personas de allá y con la Universidad Tres de Febrero, que tiene un diploma de deporte social y es con quienes tenemos el contacto más directo”.
“A través del proyecto nosotros también vamos a trabajar la institucionalidad, el estilo de vida saludable, principalmente la alimentación, pero también queremos trabajar la salud mental, especialmente la tolerancia a la frustración, y es importante abordarlo sobre todo con niñeces, también el manejo de la frustración, la tolerancia, y la cultura del juego, que ganar o perder no es lo importante, sino participar y los valores que se pueden transmitir”, concluye.
Experiencias culturales autogestionadas
Otra arista de la organización que cubrirá la programación de la X Escuela de Temporada se orienta a la realización de talleres con foco en gestión, producción de eventos culturales y liderazgo comunitario, además de comunicación estratégica y digital para organizaciones.
En este ámbito, será el equipo de la Dirección de Asuntos Comunitarios (DAC) quien estará a cargo de estas actividades. En este sentido, Arheli García, Encargada de Extensión y Vinculación Estudiantil de la DAC, comentó acerca de los encuentros y sus objetivos. “Esperamos brindar herramientas de diferente índole que sean útiles, poner nuestra experiencia y oficio al servicio de las personas y organizaciones que participarán”, dijo.
Con el propósito de promover un liderazgo colectivo que “contribuya a comunidades más activas, participativas y una promoción del conocimiento democrático”. “Buscamos propiciar un espacio de reflexión colectiva a propósito de las acciones y particularidades de cada persona, organización y territorio”, agregó.
“Creemos que la promoción del encuentro entre las comunidades es vital para la construcción del tejido social, entendiendo que este es sólo un pequeño espacio de aquello, donde el rol público de la Universidad de Chile se hace fundamental, puesto que la ciudadanía impulsa que los cambios sociales sean transversales y se construyan desde la base, cuestión que como universidad debemos aprender a escuchar”, finalizó.