Columna de Roberto Montoya | Dicen que la distancia es el olvido… como dice la canción!

Hace unos días, la Embajadora de Chile aquí en Reino Unido Susana Herrera ha sido removida de su cargo, con renuncia o sin ella era impresentable mantenerla en calidad de embajadora. Su ineptitud política, en una acción abiertamente reñida con los valores éticos y la probidad administrativa, hicieron insostenible su permanencia.

El detonante : la presentación de un millonario proyecto de inversión publico – privado, bajo pretexto humanitario, en el cual se produciría un enriquecimiento directo de la empresa familiar.

Saltándose a la Cancillería y los protocolos y en un abierto conflicto de intereses, que implicaba una fuerte inversión, que involucrarían a una de las organizaciones benéficas de la Monarquía Británica Circular Bioeconomy Alliance, establecida en 2020 por Su Majestad el Rey Carlos III, la empresa chilena Living Lab Biobío de propiedad de Susana Herrera y el envío de una carta formal al Gobernador del Biobío Rodrigo Diaz Ex DC, públicamente cuestionado por traspaso de dinero publico a fundaciones de cercanos y políticamente responsable en la arista lencería, detonaron las alarmas. Herrera habría intentado obtener 5 millones de dólares de financiamiento fiscal chileno para realizar un proyecto propio con el Gore Biobío en Santa Juana. El proyecto fue suspendido por Cancillería y Herrera quedo fuera del cargo.

La respuesta de Herrera a dicha iniciativa de inversión fue aun peor todavía!… según sus propias declaraciones, lo hizo por que «el Rey Carlos III se lo pidió» y «por que habría tocado su corazón».

Pero en la trastienda de esta decisión y del escandalo generado, quedó al descubierto algo muchísimo mas grave y que indirectamente salió a la luz y a lo cual no se le ha dado mayor atención.

La familia de la ex embajadora Herrera procede de Concepción, Región del Biobío, asentada específicamente en el acomodado y lujoso sector de El Recodo, camino a Santa Juana, esta familia tiene una historia mucho mas sórdida que contar. La madre de la ex embajadora Susana Herrera, es Esmeralda Quezada Rodríguez, la asistente social, ligada a decenas de denuncias de madres e hijos en tribunales por trafico de niños al extranjero y adopciones ilegales e irregulares en Chile.

Esmeralda Quezada estuvo además viviendo en la residencia de la embajadora, pagada con dinero público, siendo esto una verdadera bofetada para todas las familias que hasta hoy esperan algo de justicia y aun buscan a sus hijos en muchos casos robados y entregados en adopción previo pago de familias extranjeras.

Según un informe encargado por el Ministro en visita, Mario Carroza, en 2018, Esmeralda Quezada aparece como responsable de 46 casos de adopciones ilegales durante la dictadura civil y militar de Pinochet y también su nombre aparece en denuncias internacionales.

Quezada era una de las “captadoras” de la red de trafico de niños en Chile, ya que su condición profesional le daba acceso directo a las madres y las familias pobres por su trabajo como Asistente Social y sabia exactamente toda la historia familiar y las condiciones de cada una de esas familias.

Después de «captar» los niños y según declaraciones de algunas de sus victimas, pasaban algunas semanas viviendo en su casa particular, mientras se les enseñaban según sus palabras, «buenas costumbres» antes de ser entregados a los «nuevos papitos».

Entre los años 1976 y 1979 el 30% de todas las adopciones de familias suecas eran de niños pobres chilenos, muchos de ellos de ascendencia Mapuche, con valores promedio que llegaban a 25 mil dólares de la época por cada niño adoptado.

En Agosto del año pasado, el gobierno sueco por medio de la Ministra de Asuntos Sociales, Lena Hallengren, informo acerca de la creación de una comisión investigadora de alto nivel, para abordar las adopciones de cientos de niños provenientes de Chile, proceso que aun esta en desarrollo.

Usted se recordará que en la época de la dictadura chilena era común ver anuncios publicitarios en periódicos (muchas veces pagados por las propias asistentes sociales), solicitando padres adoptivos extranjeros para niños chilenos.

En estas redes de trafico de niños, según se denunció ante los tribunales de justicia, también participaban monjas como la holandesa Gertrudis Kuijpers y curas denunciados como es el caso del sacerdote Gerardo Joannon , asistentes sociales denunciadas como Minerva Silva y Ruth Chia Barrios, médicos, enfermeras, abogados, jueces e incluso personas que facilitaban sus casas previo pago, como hogares de transito clandestinos. Hay casos en que familias extranjeras, llegaban a pagar hasta 150.000 dólares por un grupo de hermanitos.

Esmeralda Quezada trabajó para el Centro de Adopciones Sueco Adoptionscentrum. Dicho centro en declaraciones a la prensa afirmó que nunca recibieron pagos por las adopciones. Sin embargo, si confirmaron que pagaban los sueldos y los costos de vida sus empleos en Chile, el cual incluía también en la nomina a Esmeralda Quezada.

Una de nuestras fundadoras, pertenecientes a la Agrupación de Chilenos Adoptados Ilegalmente en el Extranjero, de la cual yo también soy orgullosamente parte, vivió esta tragedia directamente cuando tenia alrededor de 6 años, e involucra directamente a Esmeralda Quezada y su familia.

Siendo una pequeña niña, fue sacada de un hogar de niños de Angol y llevada hasta la casa particular de la Asistente Social en Concepción por la hija de esta, también llamada Esmeralda. Allí en la casa de El Recodo, vivió por varias semanas mientras estaba en transito para la adopción, antes de ser sacada de Chile, incluso paso una navidad allí. A la pequeña niña, se le enseñaban «buenos modales», para que fuera aceptada por sus «nuevos papitos» en Suecia.

Usted que me lee comprenderá que hoy día, tener a un menor de edad, sin la autorización de los padres ni nadie de la familia del menor, viviendo en una casa particular de personas desconocidas es un delito muy grave.

Esta causa esta rotulada con el numero 243 en tribunales chilenos y NO EXISTE NINGUN DOCUMENTO que acredite la entrega voluntaria para la adopción por parte de la madre biológica de la menor, ni por ningún integrante de la familia, por lo que estaríamos jurídicamente y según palabras del Magistrado que lleva los casos en Chile, en presencia de una adopción ilegal, por tanto un delito grave.

Hace un par de dias el importante periòdico Britanico The Guardian, publicó en uno de sus tantos reportajes referente a estos casos, » ‘Hi, Mom. I love you’: US man kidnapped as child in Pinochet’s Chile reunited with family.
Under the brutal 1973-1990 dictatorship, tens of thousands of babies were taken from their parents and adopted by foreigners.

(‘Hola mamá. Te amo’: hombre estadounidense secuestrado cuando era niño en el Chile de Pinochet se reúne con su familia. Bajo la brutal dictadura de 1973-1990, decenas de miles de bebés fueron separados de sus padres y adoptados por extranjeros).

El titular de The Guardian es brutal y de alto impacto en la opinión publica británica. Lamentablemente, este tipo de titulares de prensa están siendo cada vez mas frecuentes y de paso desprestigian a Chile y a sus instituciones.

Según cifras entregadas por diversas agrupaciones, mas de 25.000 niños y niñas, la mayoría provenientes de hogares pobres, con madres de escasa escolaridad y pocas redes de apoyo, fueron sacados ilegal e irregularmente de Chile mediante engaño y enviados a países donde la lengua de base no era el Español. Esto con el fin de obstaculizar en el futuro el reencuentro y la búsqueda de orígenes familiares y facilitar la prescripción de los delitos y la impunidad.

En ese mismo reportaje de The Guardian, el entrevistado Jimmy Lippert Thyden, que conoció a su verdadera madre después de 40 años, solicitó directamente 3 cosas, de las que creo que el Estado de Chile por mínima decencia debe hacerse cargo:

1.- Que el gobierno chileno pague por el asesoramiento de los bebés traficados bajo el régimen de Pinochet.
2.- Que el gobierno procese judicialmente a cualquier persona que, a sabiendas, haya participado en las adopciones ilegales y todavía esté viva.
3- Que Chile haga todo lo posible para identificar y reunir a las familias separadas, incluso cubriendo los gastos de viaje.

Creo, sin miedo a equivocarme, que frente a delitos y acciones tan deleznables, todos quienes integramos la Agrupación de Chilenos Adoptados Ilegalmente en el Extranjero y la sociedad civil entera, espera lo mismo!. Mas celeridad y resultados concretos de parte de los jueces que llevan las causas y que todas estas personas que estuvieron involucradas en lastimar tan miserablemente a familias enteras y niños inocentes, paguen con cárcel todos y cada uno de los crímenes cometidos.

En muchos casos, las redes de contactos y el dinero, va comprando y silenciado conciencias y esta gente se va acomodando. Incluso ese mismo dinero hoy les sirve para ocultarse en otros países de los brazos de la esperada justicia de Chile.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Roberto Montoya – Psicoterapeuta Clínico, Miembro de la Agrupación de Chilenos Adoptados Irregularmente en el Extranjero. Defensor de los Derechos Humanos.

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