La estrategia china de inversión extranjera podría atraer a actores no occidentales

En medio del actual enfrentamiento económico con EEUU, el Consejo de Estado chino publicó directrices para optimizar aún más el clima de inversión extranjera en el país. Un experto comentó en detalle a qué resultados podría llevar esta decisión.
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El plan incluye la promesa del Gobierno de China de apoyar los proyectos extranjeros relacionados con una serie de sectores emergentes, como la industria biofarmacéutica, así como de atraer a empresas extranjeras cualificadas para que establezcan unidades de inversión y sedes regionales en el país asiático.
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«Las medidas son ciertamente útiles y llegan en un momento crucial», afirmó a Sputnik el experto en China, autor y columnista radicado en Pekín, Francesco Sisci.
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Sin embargo, agregó que sigue sin estar claro hasta qué punto serán eficaces estas medidas, «porque es fácil retirarse, y es difícil entrar, y es aún más difícil convencer a la gente que se retira para que vuelva de nuevo».
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Sisci sugirió que estos pasos «podrían adaptarse para ayudar a las empresas no occidentales a entrar en China con requisitos menos exigentes». Según él, solo el tiempo dirá si estas empresas «seguirán la corriente o irán contra ella».
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A la pregunta de qué sectores emergentes pueden atraer a los inversores a Pekín, el analista contestó que «las industrias atractivas para los extranjeros son las que podrían desarrollar el mercado interno en China o el mercado de las empresas» que están interesadas en realizar inyecciones financieras en este país.
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Como ejemplo, prosiguió, se pueden mencionar empresas argentinas, brasileñas o sudafricanas, que, según Sisci, «pueden producir algo en China y luego exportarlo desde allí al país de destino».
«Uno de los sectores podría ser, por supuesto, las energías renovables, las baterías, donde las empresas chinas tienen ventaja», argumentó, señalando que las medidas de Pekín en materia de inversión extranjera «son importantes para inyectar confianza en el mercado nacional«.
Estas declaraciones se producen después de que el portavoz de la Embajada china, Liu Pengyu, comentara a Sputnik que Pekín está muy decepcionado por los planes del presidente estadounidense, Joe Biden, de imponer nuevas restricciones a la inversión económica estadounidense en China.
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«Las últimas restricciones a la inversión socavarán gravemente los intereses de las empresas e inversores chinos y estadounidenses, obstaculizarán la cooperación empresarial normal entre los dos países y reducirán la confianza de la comunidad internacional en el entorno empresarial de EEUU», advirtió Liu.
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Esto se produjo después de que Biden firmara una orden ejecutiva para autorizar al Departamento del Tesoro a restringir las inversiones estadounidenses en entidades chinas dedicadas a actividades relacionadas con tecnologías sensibles para la seguridad nacional en al menos tres sectores. Entre ellos figuran los semiconductores y la microelectrónica, las tecnologías de la información cuántica y determinados sistemas de inteligencia artificial.
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Estos acontecimientos se desarrollan a medida que Pekín y Washington siguen enfrentándose para prevalecer en la floreciente industria mundial de chips, con EEUU imponiendo restricciones y ampliando las inversiones en la industria nacional de chips en un intento de adelantarse en la carrera.
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En respuesta, el Ministerio de Comercio chino anunció en julio que restringiría las exportaciones a EEUU de metales de tierras raras, como el galio y el germanio, que se utilizan para fabricar semiconductores. Pekín resaltó que necesitaba proteger su «seguridad e intereses nacionales».
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Por su parte, la Estrategia Nacional de Inteligencia de EEUU para 2023, recientemente publicada, indicó que China es el único competidor estadounidense «con la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo».