La dramática historia de los niños que sobrevivieron en la selva colombiana por más de un mes

Los hermanos permanecieron 40 días extraviados luego de un accidente aéreo. Además, el padre de los niños denunció amenazas de un grupo armado disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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La dramática historia de los cuatro niños perdidos en la selva colombiana por más de un mes, que tuvo un final feliz el viernes 9 de junio con el hallazgo con vida de los menores en un punto remoto entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, continúa generando revelaciones asombrosas a medida que se van conociendo más detalles sobre su calvario.

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El abuelo de los niños, Fidencio Valencia Mucutui, contó a Caracol Radio que sus nietos sobrevivieron los 40 días en la selva comiendo pepas —un tipo de galletas de manteca con membrillo— y fariña, el nombre con el que se comercializa la harina gruesa hecha de la yuca amarga, un alimento tradicional de las comunidades indígenas amazónicas.

«Cuando se accidentó el avión, ellos sacaron fariña y con eso sobrevivieron; y después de que se les acabó la fariña, comenzaron a comer pepas», reveló Valencia Mucutui.

La información fue confirmada a la revista Cambio por la directora del Instituto de Bienestar Familiar (IBF), Astrid Cáceres. La funcionaria explicó que, con la esperanza de que los menores estuvieran con vida, decidieron junto a los organismos encargados de su búsqueda arrojar kits alimenticios en las zonas cercanas a donde cayó la avioneta en la que viajaban los niños junto a su madre.
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«Fue en acuerdo con la delegada de la OPIAC (Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana), y entre todos pensamos: pongamos agua, pongamos suero, fariña y bocadillo, que es energético. Entonces se incluyeron alimentos energéticos y de su región, y creo que por eso nos funcionó», explicó Cáceres.
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La revista Cambio consigna que la mayor de los cuatro niños, Lesly, de 13 años, que se encargó de cuidar a sus tres hermanos, incluyendo la bebé de apenas un año, le dijo a la directora del IBF que habían encontrado los kits y se habían alimentado con la fariña.
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Si bien la menor no hizo mención de las galletas, estas no fueron encontradas con los restos de las bolsas del kit, por lo que asumen que también las consumieron, tal como aseguró el abuelo.
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La palabra del padre

Por su parte, el progenitor de los cuatro niños, Manuel Ranoque, también dio sus primeras declaraciones tras el milagroso hallazgo de sus hijos, quienes fueron buscados 40 días por alrededor de 200 militares y un grupo de indígenas de la región.

«Hay que decir, primeramente, que este es un milagro de Dios y (…) nosotros, como pueblo indígena, estamos capacitados para buscar, demostrándole al mundo que encontramos el avión, que encontramos a los niños», sostuvo.

El hombre dijo además que los niños aún no le habían contado demasiado detalles sobre lo que experimentaron en la selva, pero sí reveló que su madre estuvo cuatro días con vida después del desplome del avión.
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«Ella [por su hija Lesly] lo único que me aclara es que la mamá estuvo cuatro días viva. Antes de morir, la mamá les dice: ‘Váyanse’”, expresó.
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Ranoque relató, además, que había sido amenazado por el Frente Carolina Ramírez, un grupo que se escindió de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al estar en contra de los acuerdos de paz firmados en el 2016 con el Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos.
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«Voy a vivir de tiempo completo en Bogotá porque tengo problemas y dificultades con el Frente Carolina Ramírez, que me está buscando», sostuvo Ranoque ante periodistas frente al Hospital Militar Central de la capital colombiana, donde se encuentran internados los niños.
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El hombre dijo que fue amenazado por intereses económicos y que era un «objetivo» del grupo, argumentando que esta persecución era la razón por la cual quiso mudar a su familia de la región en la que vivía, la comunidad de Puerto Sábalo-Los Monos, en el departamento de Caquetá, que es controlada por el Frente Carolina Ramírez.
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Por eso, dijo, pedía a las autoridades que le garanticen una vivienda digna en la capital colombiana, como así también una buena educación para sus hijos.