La nueva ley del Reino Unido sobre el orden público, aprobada por su Parlamento, es incompatible con los compromisos del país asumidos en materia de derechos humanos, señaló el alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Turk, cuya declaración se publicó en la web de la ONU.
«El proyecto de ley sobre el orden público, que acaba de aprobar el Parlamento del Reino Unido, es un acto legislativo que suscita una profunda preocupación, por ser incompatible con los compromisos internacionales asumidos por el Reino Unido en materia de derechos humanos, concretamente con respecto al derecho a la libertad de expresión y de reuniones y asociaciones pacíficas», indicó Turk.
A su juicio, la nueva ley impone serias restricciones infundadas, que no son necesarias, ni adecuadas al logro de los objetivos legítimos acordes con el derecho internacional.
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«Preocupa especialmente el hecho de que esta ley amplíe los poderes de la Policía en la detención y el registro de determinadas personas sin exponer sospechas; algunos de los actos definidos como punibles se definen de una forma imprecisa y demasiado dilatada; la ley estipula imponer sanciones desproporcionadas e innecesarias contra las personas que organizan protestas pacíficas o toman parte en éstas», constató el alto comisionado de la ONU.