El periodista estadounidense, Seymour Hersh, alegó que se pidió a la CIA y a la inteligencia alemana que publicaran una historia alternativa sobre el bombardeo de los gasoductos Nord Stream para los medios.
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«Una fuente cercana a la inteligencia diplomática dijo que (…) se pidió a ciertas unidades de la CIA, en cooperación con la inteligencia alemana, que prepararan (…) una versión alternativa del sabotaje del Nord Stream 2», escribió el periodista en su página web.
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Hersh señaló también que el viaje del canciller alemán, Olaf Scholz, a Washington solo incluyó dos actos públicos y que los dirigentes no celebraron ninguna rueda de prensa con preguntas de los periodistas. Sin embargo, prosiguió, más tarde, se supo de una reunión de 80 minutos entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y Scholz, en la que la mayor parte del tiempo ni siquiera estuvieron presentes ayudantes. Tras la reunión no se hizo ninguna declaración oficial.
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«No hubo declaraciones ni acuerdos escritos publicados por ninguno de los dos Estados, pero una persona con acceso a detalles diplomáticos me dijo que hubo una discusión sobre la cuestión de los gasoductos», escribió el periodista en un artículo de su cuenta en la plataforma Substack.
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Además, el ganador del premio Pulitzer apuntó que «sigue siendo una cuestión abierta» si Scholz tenía conocimiento previo del sabotaje de los gasoductos.
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«En este punto hay que señalar que el canciller Scholz está claramente implicado desde el pasado otoño en el apoyo a la operación de encubrimiento de la administración Biden en el mar Báltico», precisó.
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El pasado 26 de septiembre, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo ruso, informó de una fuga de gas provocada por causas desconocidas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm. Más tarde trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas.
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El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló la posesión de evidencias que apuntaban a la implicación de determinados países occidentales. La Fiscalía General rusa abrió una investigación por terrorismo internacional tras los daños a las dos tuberías en una zona del mar Báltico.
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Una investigación periodística realizada por Hersh reveló que buzos militares de EEUU colocaron las cargas explosivas bajo los gasoductos en junio de 2022, y tres meses después los militares noruegos activaron los explosivos.