Cada vez más países están listos para comenzar a expresar su descontento con el orden mundial impuesto por Occidente. Eso parece haber quedado de manifiesto durante la última reunión del G20 en Nueva Delhi, señala Andrew Sheng, investigador del Instituto Global Asiático de la Universidad de Hong Kong, para ‘South China Morning Post’.
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«Ningún grupo puede reclamar el liderazgo mundial sin escuchar a los más afectados por sus decisiones», declaró el primer ministro de la India, Narendra Modi, en Nueva Delhi, dejando una clara señal de que cada vez más países muestran su descontento e inconformidad con un orden mundial establecido por Occidente, señala el artículo.
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Hoy en día, todos los eventos occidentales importantes comienzan con un discurso obligatorio del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, luego cada líder de la OTAN repite una reafirmación del orden basado en valores y reglas, exhortando a los oyentes —»el resto, pero principalmente el sur»— a unirse a su causa o enfrentar las consecuencias, señala el artículo.
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El resto se está dando cuenta de que después de que Occidente se deshaga de sus amenazas existenciales identificadas, probablemente «ellos serán los siguientes», indicó.
«Los antiguos esclavos, colonias o cuasi colonias ya no van a guardar silencio cuando los antiguos amos insistan en el viejo orden en el que ellos mandan y tú obedeces», afirma el autor.
No se trata de hipocresía occidental cuando predica sobre democracia vs. autocracia, o sobre valores y el orden basado en reglas. Sin embargo, Andrew Sheng realiza un análisis para detallar el fondo del distanciamiento entre el sur global y la hegemonía occidental.
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Primero, el resto del mundo apoyaría a Occidente si continuara brindando bienes públicos globales como líder moral, pero los bienes públicos globales están disminuyendo a medida que los recursos occidentales son limitados, y la guerra y las sanciones no pueden ser la solución a los males globales, manifiesta Sheng.
Todos los bancos centrales del mundo temen el destino del banco central afgano, cuyas reservas de divisas fueron confiscadas o congeladas después de que el país fuera invadido y luego abandonado por EEUU, comenta.
En segundo lugar, si el liderazgo occidental cambia hacia la ayuda transaccional o las sanciones, entonces, el resto del mundo debe cubrir sus apuestas utilizando el enfoque de equilibrio de poder probado históricamente en el que ninguna potencia individual puede ser dominante, sostiene.
«El sur no se pondrá del lado del este ni del oeste sin asegurarse de que sus intereses sean atendidos. Se pondrá del lado de uno para equilibrar al otro», subrayó.
En tercer lugar, la evidencia hasta ahora en países donde Occidente, o a través de la OTAN, ha intervenido para lograr la democracia o los derechos humanos, como en Irak, Afganistán y Libia, han experimentado un gobierno fallido o fracasado, agrega el analista.
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Los líderes europeos que insisten en que su estrategia de salida del conflicto actual es una victoria total de Ucrania, no tienen sentido racional, afirma, al detallar que los intentos de lograr una victoria total de Kiev significarán una Europa en guerra permanente hasta que sea detenida por una guerra nuclear, su propio agotamiento total o la destrucción de Ucrania.
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«Occidente se encuentra en un metaverso de su creación imaginativa, mientras que el resto del mundo intenta averiguar cómo sobrevivir de forma realista al orden liberal existente», concluyó.