COLOMBIA (Diario La Razón) — En el marco de la política de “Paz Total” propuesta por el actual presidente de Colombia Gustavo Petro, el Primer Comandante del Ejército de Liberación Nacional – ELN de Colombia, Antonio García, destacó a Diario La Razón que “se han realizado una serie de conversaciones exploratorias con representantes del ELN, con el fin de implementar un acuerdo”.
Sobre el Ejército de Liberación Nacional
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Según cifras que ofrece la prensa internacional, en 2018 el ELN contaban con alrededor de 4 mil integrantes. A enero de 2023 ¿Cuántas personas integran las filas del ELN en todo el país?
Esa información no es ni puede ser pública, sólo la conoce el Comando Central y se protege. El ELN es una Organización alzada en armas y la mayoría de los componentes de sus estructuras son secretos porque son objetivos militares de las Fuerzas militares y de policía del Estado. Son varios miles de combatientes alzados en armas, el número de integrantes que están en actividades no armadas superan en 4 o 5 veces a los que están armados, son los que más protegemos y son los que garantizan la reproducción de la Fuerza y aseguran que no se podrá aniquilar al ELN.
Sobre el posible acuerdo de paz
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¿Cómo nace la idea de sentarse a conversar con el gobierno de Gustavo Petro? ¿Cómo se contactaron con ustedes? ¿Cómo deciden aceptar la invitación?
Luego del incumplimiento de los acuerdos por parte de Iván Duque, nuestra Delegación de Diálogos quedó atrapada en Cuba durante cuatro años. Desde ahí, tan pronto se da el triunfo de Gustavo Petro, se establecieron los primeros contactos hasta que se acordó una ruta para reiniciar los diálogos una vez retornara la Delegación a Colombia. Este proceso se formalizó en octubre de 2022 en Venezuela en presencia de Garantes internacionales.
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¿Cuáles son sus condiciones, o garantías, a la hora de conversar con el gobierno sobre estas materias?
El ELN no tiene condicionamientos para intentar una salida política al conflicto armado y social que tiene Colombia. El ELN asume las conversaciones con el Gobierno como una parte contratante. Con este Gobierno se necesitaba que se cumplieran los protocolos, que por cierto el Gobierno de Chile conocía, para que la Delegación de Diálogos volviera a Colombia, y nosotros pudiéramos evaluar y a partir de ahí se reiniciarían las conversaciones de manera formal, desde luego haciendo ajustes necesarios pues es otro el momento y otros los interlocutores.
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¿Existen aspectos intransables para el ELN en esta negociación? ¿Qué aspectos buscan resguardar?
Esta es la sexta oportunidad en que el ELN intenta la solución política al conflicto que tenemos con el Estado. Nosotros no tenemos líneas rojas, ni intransables. El Estado sí. Intenta mostrar que todo cambia para que nada cambie. El Estado quiere que no haya ningún cambio en el régimen político, en el sistema económico, en la doctrina militar y en la política internacional y los acuerdos firmados con potencias extranjeras. Y quiere que la guerrilla se desarme.
Lo que resguardamos por siempre son las razones de nuestra lucha y nuestra pertenencia al pueblo, a los pobres de Colombia y del mundo, no buscamos otra posición.
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Hemos visto cómo una serie de gobiernos han intentado —sin éxito— sentarse a dialogar con el ELN ¿Por qué han aceptado hacerlo ahora? ¿Qué ven en el gobierno de Gustavo Petro?
Cinco Gobiernos y con este seis se han sentado en una Mesa Formal de Diálogos, no que han intentado, nos hemos sentado, pero han sido ellos los que siempre se han retirado por razones injustificables.
El ELN tiene una política de paz. Hemos dicho que podemos abrir un proceso de nuevo, en el punto en que cualquiera de los anteriores fue interrumpido. Desde el gobierno de César Gaviria, todos han ido cambiando su política de paz, sus metodologías y cada uno de ellos llega con nuevos cuentos, sólo buscan la desmovilización y desarme de las guerrillas para que todo siga igual. Además, a esos gobiernos solo les interesaba manejar el tema de paz como vector electoral, ninguno entregó informes al siguiente para dar continuidad de lo avanzado. Ahora el gobierno que conducen Gustavo Petro y Francia Márquez está intentando cambiar esa lógica perversa; esperamos que esta vez podamos avanzar para bien del país, para que Colombia sea más justa, democrática e incluyente. Una Colombia para todas y todos.
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¿Cómo eligieron a los países garantes de la negociación? ¿Qué características tienen en común?
En la arquitectura de la Mesa de conversaciones, la comunidad internacional juega un papel trascendente, es garantía de seguridad y cumplimiento de los Acuerdos, también es testigo presencial de los debates cotidianos que se presentan en la Mesa y muy seguramente, junto con otros instrumentos, de la verificación de los acuerdos en la fase de implementación. Su composición es un proceso de negociación pues ambas partes buscan equilibrios, con la complejidad que el Gobierno colombiano tiene relaciones diplomáticas con más de un centenar de países y dichos intereses de Estado priman muchas veces sobre los intereses de la Mesa. Mejor dicho, los intereses de los negocios económicos priman sobre los de la paz de Colombia, he ahí un gran problema.
Para el ELN era muy importante que los países que integraran este grupo fueran países hermanos de Nuestramérica, y también los países que en el mundo tienen una política de paz como centro de su política internacional.
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¿Qué piensan de la idea de «paz total» del presidente Gustavo Petro? ¿Creen que es posible lograrla en todo el país?
Ese es un concepto problemático desde nuestro punto de vista. He dicho que tiene dos acepciones. Una es pretender una sociedad sin conflictos, en una paz imposible. Los conflictos son parte sustancial de la convivencia, de la vida social. Esto desde las pequeñas comunidades pasando por lo nacional y lo internacional. Los conflictos son necesarios en la vida, son los que prenden las alarmas y nos dicen que algo anda mal y deben buscarse soluciones, el asunto es cómo se tratan los conflictos. Del lado de los poderosos siempre es con la fuerza y con violencia, no existe un marco dialogante, constructivo, solidario. Por eso el gobierno colombiano al desconocer los conflictos y reprimirlos los conduce al alzamiento armado. Ningún Gobierno ha reconocido las razones políticas y sociales del alzamiento armado, por tanto, busca las soluciones donde no están.
La segunda hace referencia a buscar la paz con todos los grupos en armas sin detenerse a examinar su naturaleza, y hace que se apliquen salidas equivocadas, pues una cosa es una organización política alzada en armas y otra cosa una banda o un grupo paramilitar o de narcotraficantes. Incluso hay grupos que no tienen la capacidad de establecer acuerdos ya que no cuentan con un mando responsable ni tienen una normatividad ceñida a una ética.
En Colombia existen paramilitares, crimen organizado, disidencias que son funcionales a los planes contrainsurgentes, además de que los mueve un afán de lucro y de acumulación, la mayoría de ellas vinculadas al narcotráfico. Aparte de bandas y otras estructuras criminales.
El ELN no es parte de ese agrupamiento. Somos una Organización alzada en armas, con propósitos políticos conocidos, con objetivos y formas de lucha enmarcados en una ética, tenemos una normatividad jurídica que regula el comportamiento y actuación de todas nuestras estructuras, que están escritos en códigos, reglamentos y estatutos.
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Con respecto a quienes critican el proceso de paz, han surgido voces que señalan que el ELN podría recurrir a los secuestros como un recurso para inclinar la balanza a su favor ¿Cómo respondería a estas declaraciones?
Hasta ahora la realidad ha mostrado que los asesinatos de líderes sociales, de desmovilizados de las extintas Farc, las masacres y la prisión para los luchadores no han parado, eso sí es un recurso usado de manera permanente para bloquear la lucha social y política.
El ELN realiza retenciones o privaciones de la libertad de personas por razones políticas, tributarias y jurídicas, tal y como las realiza el Estado colombiano o cualquier Estado del mundo. Esto no es nuevo para nadie ni desconocido. Si las hace un Estado ¿por qué no las puede realizar una Organización alzada en armas? La única argumentación que se anota es porque los Estados son legales y los alzados en armas son ilegales, pero no hay ninguna razón de fondo, pues en últimas son acciones contra la privación de la libertad. Estamos de acuerdo en conversar sobre este asunto, así como cuestionamos conductas del Estado contra las privaciones de la libertad que hace, pues hay presos políticos como producto de la persecución política, hay presos que llevan muchos años sin razones claras ni juicios realizados; también el Estado cobra para colocar en libertad a los presos. La única diferencia es que son “acciones legales”, desde luego cuestionables.
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¿Cómo valoran ustedes —como organización—, los estallidos sociales del 2019 y 2021?
Estos levantamientos populares del 2019 y 2021, mostraron la realidad de Colombia y de su régimen. Con la protesta masiva en las calles se buscaba terminar con la hegemonía uribista. Aparecen los jóvenes ciudadanos precarizados, sin empleo formal, que tienen formas de organización no tradicionales y que se alzan en su entorno de vida, lo cual les da permanencia en el tiempo.
Estos nuevos luchadores por la justicia social, participan en la política e irrumpen en dos momentos, que la pandemia de la Covid-19 bloquea o frena, pero lleva en el 2021 a unos levantamientos más radicales, con permanencia en los territorios de ciudades y campos, que se extienden en el tiempo y se cruzan con la temporada electoral que culminará en 2022, esa lucha, que da un indicativo de la expectativa por los cambios, termina abriéndole y haciendo posible el triunfo de Petro y Francia Márquez.
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¿Creen ustedes que el estallido social contribuyó a la apertura de este proceso de conversaciones-negociaciones?
El estallido social quiebra la continuidad del régimen uribista y muestra en toda Colombia, pero más en la urbana, la verdadera cara de un poder que se mantiene a sangre y fuego. La lucha concentrada une a los campesinos, los indígenas, los pobladores y estudiantes a este colectivo disímil que enfrentó en las ciudades a la represión indiscriminada, y logra construir un mandato al Gobierno que ahora le corresponde a Petro asumir y retomar.
Como decía en la anterior pregunta este alzamiento potencia la campaña de Petro y Francia Márquez y le da la fuerza popular para su triunfo. Ahora este Gobierno ya está sentado en la misma Mesa con el ELN retomando el proceso de diálogo que podría conducirnos a una paz con transformaciones para Colombia.
Actualidad
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¿Cuál es la propuesta de ELN para lo sociedad colombiana en estos nuevos tiempos?
El ELN está convencido que solo la lucha nos hará libres. Somos pueblo en armas y entendemos que la Nación merece un futuro para todos. Desde nuestros orígenes luchamos por que la independencia, la autodeterminación y la justicia social sean el camino para construir una Colombia democrática, donde el pueblo, los más humildes sean el centro de las preocupaciones, que la comunidad nacional de colombianos seamos todos, no sólo las élites.
El ELN entiende que el conflicto social y armado que vive Colombia puede tener una solución política y por eso además de acompañar las luchas del pueblo y promoverlas en todo el territorio nacional, nos comprometemos en el espacio de las conversaciones con el Gobierno. Nuestro propósito es que a través de un proceso de paz puedan generarse los escenarios para un diálogo nacional que construya consensos y posibilite la construcción de una Colombia democrática, justa e incluyente.
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¿Cómo creen que será la actitud de la derecha colombiana frente a este nuevo escenario? (Estallido, proceso de paz y gobierno de Petro).
Colombia lleva gobernado por la oligarquía casi 200 años. Tanto los levantamientos de 2019-2021 como la derrota electoral son un campanazo para los poderosos. Hay un pueblo que se manifestó en las calles y millones de colombianos participaron en la disputa que se da cada cuatro años por la Presidencia, con el resultado conocido. Dicha realidad, recién pasada, muy seguramente que habrá generado dos tipos de reacciones: Una, que se requiere mano dura para recuperar el control de la gente y las instituciones, y la otra, que se abra a los necesarios cambios que requiere Colombia. Vamos a ver cuál puede proyectar más hacia el futuro próximo.
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¿Qué le diría al pueblo colombiano que sigue a través de los medios de comunicación el avance de las conversaciones-negociaciones?
Esperamos que el proceso de participación de la sociedad en la búsqueda y construcción de la paz sea definitivo, deseamos contar con la participación de la gente, organizaciones sociales, comunidades negras, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes, comunidades de género, los gremios, partidos y movimientos políticos. Se buscará la forma para que se haga una participación creativa, que podamos sentirnos como Nación, como una comunidad nacional que piense y defina por una Colombia para todos.