UC 2023: todo o nada

Luego de la primera fecha y los amistosos de pretemporada, la Universidad Católica 2023 parece un equipo cortado. Para muchos, un equipo partido en dos, con cinco jugadores de características ofensivas y otros cinco más defensivos.
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Por Enzo Rocha
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El tan hablado 4-2-4 que implementará como dibujo inicial la UC apela al sacrificio de sus jugadores. Y en esa búsqueda de sacrificio, como lo dijo el propio Holan, el equipo apuesta a la movilidad, pasando de ese 4-2-4 a un 4-1-3-2, a un clásico 4-4-2, incluso a una línea de tres en el fondo —cuando suben Isla y Mena y baja Nacho Saavedra, quien es fundamental en esta nueva Católica— o hasta una línea de cinco —en momentos en que, cada uno por su lado, Tapia y Aravena, los sub-21 de los cruzados, ayudan en fases defensivas—. Ahí precisamente está la muestra de sacrificio que pide el profe.

Volviendo a Saavedra, fue siempre aire para el equipo, ofreciéndose como salida y manteniendo el equilibrio cuando atacaban cinco, con un Pinares siempre peligroso.

La UC 2023 muestra variantes que en la anterior gestión de Holan no mostraba. Sin duda alguna hay mucho que mejorar (Dituro, por ejemplo, puede aportar una salida más limpia), ajustes, mas no cambios.

Tareas para el hogar, como confesó el técnico de la franja: sustentar el juego en el ataque posicional, darle más calidad a esa posesión y diferenciar entre errores y negligencias.

Mejorando eso, el nuevo modelo de la Católica promete.