Columna de Ted Rall | ¿Qué tal la igualdad de tiempo para la verdad?

Mark Twain dijo: «Una mentira puede viajar por medio mundo mientras la verdad todavía se está poniendo los zapatos». Irónicamente, no lo hizo. La cita debe atribuirse correctamente a Jonathan Swift. La mentira permanece en órbita alta.
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Incluso cuando la verdad sale a la luz, no se acerca en nada a la amplia distribución de la desinformación original. Los historiadores liberales y conservadores están de acuerdo en el incidente del Golfo de Tonkin, como lo describió al Congreso un LBJ para mentir al país en la invasión de Vietnam. nunca sucedió; ¿Cuántos estadounidenses saben eso? A pesar de la ausencia de pruebas, El 40% de los estadounidenses cree Las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas. Los medios corporativos promovieron la extravagante teoría de que Rusia bombardeó su propio gasoducto de gas natural y ahora admiten que hay De ninguna manera eso es cierto; Incluso los consumidores de noticias bien leídos y bien informados pueden ser perdonados por haberse perdido las retractaciones de parpadeo y te lo perderás.
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¿Podemos luchar contra el «Psiopracidad«, un entorno mediático saturado de sofisticadas operaciones psicológicas que crean una realidad alternativa diseñada para expandir la influencia de Estados Unidos en el extranjero y sofocar la disidencia en los Estados Unidos?
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El reto es enorme. Los partidarios políticos prefieren el contenido de noticias que confirma sus prejuicios preexistentes. Y los medios de comunicación corporativos, que han abandonado durante mucho tiempo la cobertura opositora de la clase política en favor de Acceder al periodismo, estarán encantados de ayudarle. Los jefes corporativos ahorran gastos al permitir que los reporteros no tengan que revisar las cosas, siempre y cuando esas cosas sean pronunciadas por un funcionario, vestido con un traje. ¿Por qué no repartir propaganda gubernamental (gratuita)?
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Es posible que no podamos ganar la lucha por la integridad periodística. Pero deberíamos definir cómo podría ser ganar, o al menos, comenzar a ganar.
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En estados como UtahMíchigan y Wisconsin, los periódicos, los medios de difusión y otras organizaciones periodísticas que publican una historia difamatoria pueden esquivar una demanda por difamación emitiendo rápidamente una retractación de igual o mayor prominencia que el artículo ofensivo. La corrección debe ser igual o mayor número de palabras o tiempo de emisión, presentar un título de igual o mayor tamaño, aparecer en una fuente similar de igual o mayor tamaño, y colocarse al menos tan prominentemente como la pieza original errónea. Si el material difamatorio apareció en la primera página, una retractación de la página 33 se considera inadecuada.
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Dictar recursos similares a nivel federal no pasaría el examen constitucional. Pero el siguiente ejercicio de pensamiento es útil cuando, considerando los estándares que deben ser respetados voluntariamente por las organizaciones de medios. Imagínese, si puede, en este día de giros y fanfarronadas, que los medios de comunicación que publican información errónea y desinformación, específicamente, aquellos que lo hacen intencionalmente, después de haber sido conscientes de serias dudas sobre el material, tuvieran que dar la misma importancia a las correcciones después de equivocarse en una historia.
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Aunque empatizo y simpatizo con las víctimas individuales de difamación, mi preocupación aquí es el fraude de las grandes ligas, perpetrado contra lectores y consumidores de noticias, en algunos casos tan grave que pueden provocar conflictos internacionales.
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¿Qué pasaría si viviéramos en un mundo donde todas las empresas periodísticas que distribuyeron las mentiras de George W. Bush sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Saddam Hussein y sus supuestos vínculos con Al Qaeda hubieran tenido que publicar el mismo número de historias, con el mismo recuento de palabras, con los mismos niveles de prominencia, sobre el hecho de que Bush y sus secuaces habían mentido al país en una guerra que mató a un millón de iraquíes y destruyó la guerra de Estados Unidos? reputación en todo el mundo?
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Contrarrestar la propaganda de Bush con un flujo igual de verdad anti-Bush podría haber llevado a los votantes a no reelegirlo en 2004.
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En cambio, la mitad de los votantes republicanos Todavía se cree, 12 años después de la invasión en 2015, que Estados Unidos había encontrado armas de destrucción masiva en Irak. No fue así. Si no crees que delirios como ese tienen implicaciones políticas generalizadas, o que algunos de esos republicanos podrían haberse convertido en demócratas si supieran la verdad sobre George W. Bush, tengo una guerra que me gustaría venderte.
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Algunos periodistas podrían preocuparse por un efecto escalofriante. ¿Qué pasaría si un periódico fuera más reacio, más cauteloso para ir con una historia de la que no estaban totalmente seguros? ¿Qué pasaría si se les exigiera que se tomaran uno o dos días adicionales para verificar sus afirmaciones? ¿Qué pasaría si, en tales casos, en lugar de repetir interminablemente la misma narrativa, la publicaran menos veces? Es difícil ver cómo cualquiera de estas consecuencias representaría una amenaza para una prensa vibrante y libre.
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Por supuesto, la verdad merece más que el mismo tiempo que las mentiras. Las personas que caen en las mentiras pueden pasar por alto fácilmente las retractaciones posteriores veraces.
La igualdad de tiempo no es suficiente. Pero es un comienzo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Ted Rall – Ted Rall es un caricaturista editorial sindicado, columnista de opinión, novelista gráfico, autor y corresponsal de guerra ocasional. Graduado de la Universidad de Columbia con honores en historia, Rall es finalista del Premio Pulitzer y dos veces ganador del Premio de Periodismo Robert F. Kennedy por su destacada cobertura de los problemas que enfrentan los desfavorecidos. Sus libros notables incluyen el manifiesto de la Generación X «Revenge of the Latchkey Kids», el primer libro sobre la invasión estadounidense de Afganistán, «To Afghanistan and Back», y la biografía más vendida del New York Times «Bernie». Su próxima novela gráfica, «The Stringer», saldrá en abril.

(Ted Rall (Twitter: @tedrall), el caricaturista político, columnista y novelista gráfico, co-anfitrión de la izquierda contra la derecha Podcast de DMZ America con el también dibujante Scott Stantis. Puedes apoyar las contundentes caricaturas y columnas políticas de Ted y ver su trabajo primero patrocinando su trabajo en Patreon.)

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