De las Juventudes Hitlerianas al Papado: Vida y Legado del Papa Emérito Benedicto XVI

Su Santidad el Papa Emérito Benedicto XVI, el líder número 265 de la Iglesia Católica Romana, falleció a la edad de 95 años.
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Benedicto XVI se retiró de su papel como obispo de Roma en febrero de 2013, diciendo que no podía cumplir con los deberes de su cargo debido a una «falta de fuerza de mente y cuerpo» debido a su avanzada edad. Había servido en el cargo durante ocho años, y fue sucedido por el Papa Francisco I, el actual pontífice.
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Benedicto nació Joseph Aloisius Ratzinger el 16 de abril de 1927, en la ciudad bávara de Marktl, en el sureste de Alemania. Fue el tercero y más joven de los tres hijos de Joseph Ratzinger Sr., un oficial de policía, y Maria Ratzinger. A la edad de cinco años, Benedicto XVI supo que quería convertirse en cardenal después de quedar fascinado por las vestimentas del cardenal arzobispo de Munich durante una visita a su pequeña ciudad.
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Después de la toma del poder nazi, el padre de Benedicto XVI sufrió una degradación debido a su oposición al gobierno fascista, pero después de que Benedicto XVI cumplió 14 años en 1941, fue reclutado obligatoriamente por las Juventudes Hitlerianas. Fue registrado como un «miembro poco entusiasta». Dos años más tarde, fue reclutado en un cuerpo de artillería antiaérea, luego entrenado como infantería, pero desertó de su puesto en 1945 cuando las fuerzas estadounidenses se acercaron. Fue internado brevemente en un campo de prisioneros de guerra hasta que fue liberado al final de la guerra.
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Más tarde ese año, Benedicto y su hermano mayor, George, se matricularon en el Seminario San Miguel en Traunstein, y más tarde en el seminario Ducal Georgianum en la Universidad Ludwig-Maximilian en Munich. Ambos fueron ordenados en 1951 por el cardenal Michael von Faulhaber, el mismo cardenal cuyas túnicas lo habían atraído al clero cuando era niño.
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En 1953, completó su doctorado, con su tesis sobre San Agustín y la Iglesia, y cuatro años más tarde, se graduó como profesor universitario. Benedicto enseñó teología en Freising, Bonn, Münster, Tübingen y Regensberg.
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Desde 1962 hasta 1965, Benedicto XVI participó en el Concilio Vaticano II, una vasta reunión ecuménica que revisó gran parte de la doctrina católica, actualizándola para las necesidades del siglo 20. Esto incluyó celebrar misa en la lengua vernácula en lugar del latín y, a raíz del Holocausto, eliminó las referencias litúrgicas a los judíos como los asesinos de Cristo. Se desempeñó como consultor teológico del cardenal Frings de Colonia. Benedicto XVI se convirtió en un promotor especialmente fuerte del principio del «diálogo ecuménico» entre la Iglesia Católica y otras religiones, y del respeto de otras religiones.
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En 1977, Benedicto fue ordenado obispo cuando fue nombrado arzobispo de Munich y Freising, así como cardenal presbítero de Santa Maria Consolatrice al Tiburtino por el Papa Pablo VI.
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Tres años más tarde, fue elevado a Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, anteriormente la Inquisición Romana, y comenzó a escalar las filas del Colegio de Cardenales.
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En 1998, un asteroide fue nombrado 8661 Ratzinger en su honor por su papel en la supervisión de la apertura de los Archivos Vaticanos a los investigadores que investigan errores judiciales contra el astrónomo del siglo 17 Galileo Galilei y otros científicos.
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Cuando el Papa Juan Pablo II murió en abril de 2005, desencadenó la reunión de un nuevo cónclave, y Benedicto fue elegido para convertirse en el próximo Sumo Pontífice.
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A los 78 años, era la persona de mayor edad elegida para el cargo desde 1730, y fue el segundo Papa no italiano consecutivo desde el escándalo del siglo 14 conocido como el Papado de Aviñón, cuando el papado se trasladó temporalmente a Francia. Fue en este punto que adoptó el nombre de Benedicto XVI, el anterior Benedicto había servido a principios del siglo 20.
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Durante el cónclave, que se celebró en la Capilla Sixtina, Benedicto XVI fue visto casi universalmente como la opción más lógica para suceder a Juan Pablo II, pero irónicamente no quería servir como Pontífice.

«En cierto momento, oré a Dios ‘por favor, no me hagas esto'», recordó Benedicto XVI más tarde. «Evidentemente, esta vez Él no me escuchó».

Aunque Benedicto fue visto como un reformador, abrazando el Vaticano II, marcando el comienzo de cambios destinados a acercarlo a las masas y restando importancia a la oficina papal, también fue un Opositor a los movimientos liberales y culpó a lo que llamó «relativismo moral» y secularismo por los principales problemas del siglo 21. También permitió el uso continuo de la Misa Tridentina, el texto latino anterior a 1962 que fue editado y traducido en el Vaticano II, en un intento de evitar un cisma en la Iglesia.
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Mientras Benedicto era jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, convenció a Juan Pablo II de poner las investigaciones de abuso sexual bajo el ámbito de la CDF, y procesó rigurosamente las investigaciones contra el clero acusado. También fue pionero en varios cambios en el derecho canónico, ampliando el alcance de posibles delitos y estableciendo un proceso de despido acelerado para el clero. Como Papa, Benedicto XVI continuó este impulso, pero aún así fue culpado por varios casos de abuso de alto perfil que no resultaron en el despido, así como un vergonzoso descubrimiento de su propio desprecio de las acusaciones de abuso contra el clero años antes, cuando era arzobispo de Munich y Freising.
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El anuncio de Benedicto XVI en febrero de 2013 de que se retiraría como Pontífice por razones de salud fue repentino, pero tal vez no debería haber sido inesperado. Ya dudaba en asumir el cargo, después de haber sufrido un derrame cerebral hemorrágico en 1991 y tener un marcapasos instalado a principios de 2005. Fue el primer Papa en renunciar desde Gregorio XII en 1415, y el primero en renunciar sin coacción desde Celestino V en 1294.
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Al jubilarse, Benedicto adoptó el título de «Papa Emérito» y continuó siendo referido como Su Santidad. Se mudó al renovado Monasterio Mater Ecclesiae en los Jardines del Vaticano. Sin embargo, no vivió una vida de clausura, sino que continuó escribiendo y hablando, incluso apareciendo varias veces con su sucesor, Papa Francisco I. Se sabía que sufría de presión arterial alta, pero el Vaticano se negó a dar detalles, aunque más tarde se reveló que tenía una inflamación del nervio trigémino, un nervio facial responsable de las sensaciones en la cara y del uso de la mandíbula.
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Como miembro del clero católico, Benedicto nunca se casó y no tiene descendencia conocida. Tanto su hermano Georg como su hermana María también murieron, en 2020 y 1991, respectivamente, y ninguno se casó ni tuvo hijos.