Un giro hacia el centro político, la nueva etapa del Gobierno de Boric

El cambio de gabinete que realizó el presidente de Chile, Gabriel Boric, se sintió como una terapia de ‘shock’. Una respuesta de emergencia al terremoto político que significó para el oficialismo el rechazo a la propuesta constitucional que se plebiscitó el 4 de septiembre, ya que este sector impulsaba la aprobación del texto.
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Por Francisco Bravo Atias
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El mandatario removió a seis ministros de sus cargos e invitó a dos mujeres de la ex-Concertación, el sector más moderado de la centroizquierda, a ocupar dos de las principales carteras del país.
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Carolina Tohá fue investida como ministra del Interior y Ana Lya Uriarte como ministra de la Secretaría General de la Presidencial, mientras que los ministros Izkia Siches y Giorgio Jackson, compañeros de lucha de Boric durante su época universitaria y quienes ocupaban esos dos cargos, fueron apartados de sus carteras, en un movimiento que hoy es interpretado como un giro de Boric hacia el centro político.
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El segundo tiempo del partido de Boric, el presidente más joven de la historia de Chile, vio salir a la cancha a un equipo más moderado, lo que fue valorado por buena parte de la oposición y el empresariado. Según la encuestadora Cadem, un 59% de la ciudadanía cree que el nuevo equipo de Boric mejorará la administración, con un giro hacia políticas más moderadas y de consenso.
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Esta misma lectura hizo el analista Patricio Navia, académico de la Universidad Diego Portales, en su columna El Retorno de la Concertación. «Existe la sensación de que finalmente ya hay más adultos a cargo», afirmó el cientista político.
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En conversación, Navia señaló que el cambio de Gabinete fue «una respuesta a lo debilitado que quedó el Gobierno con la derrota del presidente frente al plebiscito, que lo llevó a incorporar con más fuerza a líderes del Partido Socialista y del Partido por la Democracia [ambos de centroizquierda]», dijo.
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Izquierdistas decepcionados

Navia explicó que los rostros de la coalición denominada ex-Concertación, que agrupa a los partidos que integraron las cuatro administraciones de centroizquierda que gobernaron Chile después de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990): Patricio Aylwin (1990-1994), Eduardo Frei (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), llegaron al Gobierno de Boric como una especie de salvavidas, para evitar que su gestión se hunda tras la derrota del plebiscito.
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Sin embargo, advirtió que esto no fue leído con buenos ojos por los adherentes de Boric vinculados a sectores más de izquierda. «Aunque los grupos más radicalizados de la izquierda son minoría, como quedó demostrado después del plebiscito, hay algunos sectores que pueden sentirse decepcionados con el cambio de rumbo del Gobierno», dijo.
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Navia señaló que en esta nueva etapa de la administración de Boric, el presidente deberá cambiar su relato. «Esa premisa sobre la que se construyó este esfuerzo por producir un cambio generacional en la izquierda ya no funciona, el presidente necesita ahora de la ayuda de esos mismos partidos que buscó reemplazar», añadió.
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A pesar de los acercamientos, el experto no cree que aún estén las condiciones para que se conforme el anhelo progresista: ver a la izquierda y la centroizquierda de Chile en una sola coalición. «Para que eso ocurra, la ex-Concertación debería correrse a la izquierda y el Partido Comunista y el Frente Amplio, hacia el centro, pero los partidos se ajustan a la realidad del electorado siguiendo sus propios intereses, y aún no sabemos como evolucionará todo esto», cerró.

Factor RD

Uno de los partidos que salió más perjudicado con la profunda restructura del equipo de Boric fue Revolución Democrática (RD), miembro fundador de la coalición oficialista Frente Amplio, pues la salida del ministro Jackson significó que la tienda quedó sin representantes en el Comité Político, la influyente agrupación de ministerios que integran Interior, Vocería, Hacienda, Secretaría General de la Presidencia y Mujer, que se reúne todos los lunes en la sede de Gobierno, el palacio de La Moneda, a trazar las directrices políticas de la semana.
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Además, la semana pasada RD sufrió otro golpe al mentón: el subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Crispi, militante del partido, fue reemplazado por Nicolás Cataldo, miembro del Partido Comunista.
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Revolución Democrática no escondió su molestia por el rebaraje que lo desfavoreció y organizó una cita con el jefe de Estado para pedirle oficialmente que el ministerio de Desarrollo Social, al cual Jackson fue reasignado, entre a integrar el Comité Político. El presidente quedó de evaluar la solicitud, aunque después el ministro Jackson aclaró que, en realidad, él no tiene problemas con liderar esta nueva cartera, considerada de menor rango político.
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«Si estuvieras un día, lo pensarías dos veces antes de querer estar ahí», respondió en una conferencia de prensa a tono de broma, tras ser consultado si quería volver a integrar el Comité Político, y agregó que está «muy contento» en Desarrollo Social.
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El 4 de septiembre se plebiscitó la propuesta de nueva Constitución redactada por la Convención Constitucional, donde la opción Rechazo al texto se impuso con un 61% sobre el Apruebo, que obtuvo un 38%. No obstante, el oficialismo y la oposición ya iniciaron una ronda de conversaciones para iniciar un nuevo proceso constituyente.