Orejas tridimensionales: el gran avance de la medicina regenerativa

Hechas con células de cartílago, estas partes del cuerpo fueron diseñadas a medida para un niño que nació con microtia, una malformación congénita que consiste en tener orejas más pequeñas.
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Se le considera una hazaña biotecnológica porque requirió de años de investigación. De hecho, no es una práctica muy común. En México apenas se realizó el primer trasplante de orejas tridimensionales en América Latina. Antes se había hecho solo una y fue en China.
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El gran reto para los investigadores que desarrollaron estas orejas fue hacer crecer las células de forma correcta para que conformaran la estructura del oído en un molde tridimensional. Básicamente se trató de imprimir células vivas.
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«En esta primera etapa es una reconstrucción estética. Y lo pensamos así porque lo hemos venido trabajando desde el año 2004 con muchos ensayos e impedimentos de por medio,» detalla María Cristina Velasquillo, investigadora del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra de México (INR) y quien estuvo a cargo del proyecto.
«En el laboratorio lo que hacemos es imprimir biotintas que contienen células vivas. La intención es generar constructos tridimensionales que, eventualmente, cuando tú los cuidas y los alimentas y los mantienes en condiciones óptimas, formen un tejido maduro y utilizarlo como modelo biológico para desarrollar fármacos o terapias personalizadas. En el futuro, lo ideal es hacer órganos o tejidos impresos para sustituir tejidos que le falten al paciente», comenta la especialista en medicina regenerativa, en una conversación con el Tecnológico de Monterrey, una de las instituciones académicas más importantes de México.
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Las orejas tridimensionales, elaboradas con material biodegradable, cuentan con el aval de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de México (Cofepris) y de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
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«Este material se encuentra en proceso de patentamiento, es biodegradable, conforme las células van sintetizando la matriz extracelular, el material se va degradando hasta que el cuerpo lo elimina», subrayó la investigadora.
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El objetivo con estas orejas va más allá de lo estético. En un futuro, señala la especialista, será posible utilizar nanomateriales para reconstruir el oído interno y, de ese modo, contribuir directamente al mejoramiento de la audición de los pacientes.