Una reciente cadena de decomisos de narcóticos en Chile, junto con varios hallazgos de cocaína en barcos que zarparon de este país, apunta a que la nación se está posicionando como otro punto de salida clave en la cadena logística de la cocaína hacia Europa.
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Por Henry Shuldiner
Socio Informativo – InSight Crime
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El decomiso más reciente se realizó la semana del 18 de abril. En dos operativos antinarcóticos, la Policía chilena interceptó más de 800 kilos de drogas, según información de BíoBío. Las autoridades señalan que los traficantes trasegaban las sustancias, que incluían ladrillos de cocaína con la impresión de un delfín desde Bolivia a la región de Tarapacá en el norte de Chile. Los lotes se almacenaban en el gran Santiago antes de llevarlas a ciudades portuarias importantes como Arica e Iquique.
En Chile es cada vez más común encontrar narcóticos contrabandeados desde Bolivia. En febrero, se incautó cerca de una tonelada de sustancias, que incluían cocaína, pasta base de coca y 2-CB (tucibí) —un alucinógeno sintético similar al éxtasis o las MDMA—, a una banda que los traficaba de Bolivia hasta la ciudad portuaria de Arica, en el norte, limítrofe con Bolivia.
En diciembre de 2021, la aduana chilena interceptó un camión boliviano cuando intentaba pasar más de 300 kilos de pasta de coca por la frontera con Chile. Este fue uno de los decomisos más grandes del año pasado, cuando los agentes aduaneros chilenos incautaron 2,6 toneladas de drogas, en su mayoría cocaína y ketamina.
Chile registró un repunte de narcóticos introducidos al país por vía marítima durante la pandemia de COVID-19, seguramente como respuesta a los cierres de fronteras estrictos en el país. Con la reapertura de las fronteras, los grupos criminales bolivianos han vuelto a las andadas, con las rutas preestablecidas de trasiego de drogas hacia Chile.
Análisis de InSight Crime
Aunque es histórico el trasiego de cocaína boliviana al vecino Chile para atender la demanda doméstica, ahora los traficantes andan en busca de nuevos puntos de despacho marítimos hacia Europa. En puertos de Centroamérica, el Caribe y Europa, las autoridades han descubierto narcóticos ocultos en la carga de barcos que zarpan de Chile.
Entre los decomisos de cocaína en los barcos, que salieron de Chile este año, se cuentan el descubrimiento de cerca de 500 kilos por parte de las autoridades francesas en el puerto de Marsella en enero y el descubrimiento de 140 ladrillos de cocaína por parte de las autoridades dominicanas en un barco que se dirigía a Bélgica.
En octubre de 2021, las autoridades panameñas hallaron 3,5 toneladas de droga en un buque de contenedores de bandera chilena que se dirigía a los Países Bajos, puerto importante para la cocaína sudamericana a Europa.
En los últimos años, los traficantes que buscan llegar a Europa han inundado de cocaína el puerto de Guayaquil, el más importante de Ecuador. Pero desde que las autoridades portuarias endurecieron los controles sobre Guayaquil y los funcionarios de aduanas europeos se han vuelto más cuidadosos con la carga marítima procedente de Ecuador, los traficantes han empezado a recurrir a otros puertos para eludir el reforzado escrutinio.
Aunque en los 60 y 70, se tuvo noticia de traficantes chilenos como pioneros en el tráfico internacional de cocaína, pronto fueron eclipsados por grupos de Colombia y otros países andinos. El informe de InSight Crime “El itinerario de la cocaína hacia Europa” halló que países sudamericanos con pocas conexiones recientes con el narcotráfico, entre ellos Chile, son ahora producto de ensayos por traficantes que esconden los narcóticos en su carga marítima.