Un historiador compara la política de la UE en Ucrania con la de la Alemania nazi

Las acciones de la Unión Europea en Ucrania no son más que las ideas nazis al amparo de la democracia, opina el historiador Vladímir Simindei. Según el experto, para la UE, Ucrania es una especie de «Estado protegido» que utiliza para hacer frente a Rusia.
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En el programa del diputado y periodista ruso Anatoli Vaserman, el historiador recuerda que, al principio, el régimen de Hitler tuvo la idea de crear varios Estados independientes alrededor de Alemania, en particular, quería fusionar los Estados bálticos y crear una Ucrania aislada de la URSS.
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«Por cierto, fue la idea de los alemanes anexionar Crimea a Ucrania. Sin embargo, después del cambio de la situación política y militar, cuando en mayo y junio de 1940 Hitler tomó el control de la Europa continental, dejó atrás aquellas ideas y en lugar de esto comenzó a prepararse para la creación de Ostland, satrapías orientales al estilo alemán, es decir, controladas y saqueadas directamente por Berlín», señala Simindei.
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En cuanto a Ucrania, se tenía previsto utilizarla de dos maneras, prosigue el interlocutor. Primero, debía convertirse en un país suministrador de plantas oleaginosas y cereales, tanto para la Wehrmacht, como para el Reich, algo que hace pensar en la agenda europea actual con respecto a los suministros de grano y aceite de Ucrania.
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Por otro lado, la Alemania nazi quería exterminar a los rusos.
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«Primero, había demasiados eslavos y quería reducir su número», explica Simindei. Y segundo, prosigue, simplemente «no quería alimentar a los eslavos, pues cuanto menos se alimentaban, más obtendrían los propios alemanes».
Lo que es más, el propio Hitler no diferenciaba a los rusos de los ucranianos. En realidad, fue el ministro del Reich para los Territorios del Este, Alfred Rosenberg, el principal ideólogo de usar a Ucrania y a los ucranianos en su lucha contra la URSS, recuerda el historiador. Paradójicamente, Rosenberg estudió en Moscú antes de regresar a su ciudad natal de Reval (actual Tallin, capital de Estonia).
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Sin embargo, solo una pequeña parte de las ideas de Rosenberg fue apoyada por el Gobierno de Hitler, de lo que el propio ministro se quejó en sus diarios. «Escribió que el führer no aceptaba su idea de que la Alemania nazi debía dar a los ucranianos algo especial, una ilusión de Estado, para luego utilizarlos en su lucha contra los rusos», prosigue.
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«Desafortunadamente, vemos que, por el momento, la UE intenta implementar las ideas de Rosenberg al amparo de la democracia», concluye.