Aumento del rechazo al proceso constituyente en Chile enciende las alarmas

Pulso Ciudadano, Cadem, Feedback Research, Datainfluye, Criteria y Panel Ciudadano. Todas estas empresas encuestadoras revelaron que la opción «Rechazo» al proceso constituyente ha ido sumando simpatizantes en los últimos meses, de cara al plebiscito nacional del 4 de septiembre de este año.
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Por Francisco Bravo Atias
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Frente a esta tendencia, varios señalaron que no había de qué preocuparse. Que las encuestadoras nacionales tienden a equivocarse y que las mismas compañías mencionadas vaticinaron un supuesto crecimiento del Rechazo en el plebiscito de 2020 para abrir el proceso constituyente, lo que finalmente no sucedió, ya que el Apruebo arrasó con casi un 80%.
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Pero en este caso la situación es distinta: Pulso Ciudadano, Cadem y Feedback aseguraron que el Rechazo se impondría al Apruebo por al menos 3 puntos porcentuales. Eso jamás se vio en ningún estudio previo al plebiscito de hace dos años, y la alarma de los adherentes al proceso constituyente se prendió. Esto quedó plasmado en un discurso del presidente Gabriel Boric, uno de los principales gestores del acuerdo político que dio inicio al proceso en 2018.
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«Los sondeos de opinión son preocupantes y son un llamado de atención para todos los que confiamos en este proceso. He conversado con gente que votó Apruebo en 2020 y que hoy tiene dudas. Esas dudas no pueden ser sencillamente ignoradas porque la discusión no solo es comunicacional. No solo hay responsabilidades de lo externo, también la hay de quienes creemos en el proceso. Mi llamado es a buscar la mayor transversalidad y acuerdos más amplios para construir una Constitución que sea un punto de encuentro entre los chilenos», pidió el mandatario.
Esta misma advertencia fue replicada por varios convencionales preocupados por la situación, quienes buscan restablecer las confianzas. Temen que las protestas del estallido social, los 34 muertos y los más de 400 heridos oculares, el inédito acuerdo entre la izquierda y la derecha, los 5,8 millones de chilenos que votaron Apruebo en 2020, el trabajo de un año que ha realizado la Convención y todo lo que hizo posible iniciar el proceso constituyente se vaya al tacho de la basura.
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Si el texto constitucional no se aprueba, la que seguirá rigiendo será la Constitución redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
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Incluso la centroizquierda

La crítica contra la Convención que más se repite es la falta de acuerdos transversales, acusando que la mayoría de las 161 normas que han sido aprobadas hasta la fecha fueron redactadas o impulsadas por convencionales ligados a los movimientos sociales, pueblos originarios y sectores de izquierda, dejando poco o nada de espacio a las propuestas de los 37 convencionales que representan a la derecha en el órgano.
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También han generado discusión algunos de los artículos aprobados referidos a la autonomía y autogobierno de los pueblos originarios; la definición de Chile como un país plurinacional; la división territorial de la nación en regiones autónomas y los cambios al Poder Judicial, que será reemplazado por un Sistema Nacional de Justicia donde habrá un órgano colegiado encargado de los nombramientos de los jueces, sus ascensos y sanciones.
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Asimismo, hay propuestas que tienen amplio apoyo en la Convención pero que aún no logran ver la luz debido a las críticas de los expertos, como la iniciativa que busca reemplazar la figura del fiscal nacional por un consejo superior o la idea de sustituir el Senado por una Cámara de las Regiones con atribuciones distintas.
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En un principio, estos cuestionamientos no generaron un impacto mediático importante ya que provenían del conservadurismo, el gran empresariado y la ultraderecha, mismos grupos que se negaron a la instalación de la Convención desde un principio. Pero lo que llamó la atención de los medios fueron las dudas que comenzaron a surgir desde el centro político.
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En febrero de este año se reunieron 75 líderes de centro, entre economistas, exministros, rectores de universidades, académicos, parlamentarios y otros, y fundaron un movimiento que llamaron Amarillos por Chile. Todos ellos, principalmente hombres mayores de 55 años, se dedican a enviar cartas a los diarios asegurando que la Convención quiere «refundar» Chile y escriben en las redes sociales sobre los peligros de empezar «todo desde cero».
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Horizonte Ciudadano, el centro de pensamiento liderado por la expresidenta socialista (centroizquierda) Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) hizo un llamado a la Convención a «tomar en serio las dudas y preocupaciones que ha expresado la ciudadanía» y el expresidente Ricardo Lagos (2000-2006) del Partido por la Democracia (centroizquierda) dijo en una entrevista: «Hay algunas cosas aprobadas que me parecen muy graves».
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Autocrítica

El convencional del Partido Socialista (centroizquierda) Maximiliano Hurtado llamó a sus colegas a no dormirse en los laureles pensando que la victoria del apruebo está garantizada. Se hizo cargo de realizar una autocrítica y admitió que «hay un déficit comunicacional en la Convención Constitucional».
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«Todos sabemos que existe una campaña de desprestigio contra el proceso constituyente que busca instalar con noticias falsas determinados temas que no son reales. Pero la Convención como órgano y nosotros como constituyentes tampoco hemos sido capaces de reflejar hacia afuera todo el fruto de nuestro responsable trabajo», dijo.
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El convencional señaló que la asamblea «no ha podido satisfacer todos los intereses y todas las miradas respecto a nuestro trabajo. Veo la preocupación del presidente Boric o la del expresidente Lagos como una muestra de aquello. Sus inquietudes son reales, tienen sustento y deben ser consideradas como llamados de alerta».
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Para revertir la tendencia, Hurtado pidió dejar de lado algunas discusiones del debate constituyente que no son relevantes para la ciudadanía. «A veces nos dejamos influenciar demasiado por el microclima que se vive acá adentro. No debemos dejar de escuchar a la gente, porque ellos esperan certezas de nosotros», cerró.
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La Convención debe tener lista su propuesta constitucional a más tardar el 4 de julio, y desde esa fecha los chilenos tendrán dos meses para leer, pensar y masticar el texto antes de acudir a las urnas para votar apruebo o rechazo.