Hoy 23 de marzo, se conmemora una año más del natalicio de la abogada y jurista chilena quien se convirtió en una de las figuras más importante del feminismo en la región, al defender el trato igualitario de las mujeres frente a los hombres, el derecho al voto femenino y la mejora de la calidad de vida de obreras y sus hijos. Sus aportes, con vigencia hasta hoy, fueron más allá del estudio del Derecho con perspectiva de género, también hizo un análisis crucial sobre el recurso de amparo en regímenes de emergencia.
SANTIAGO – Probablemente desde la medicina, Elena Caffarena Morice también habría encontrado la forma de levantar las banderas de lucha feministas. Sin embargo, ella misma confesó que no logró sobreponerse a una visita a la morgue y a la idea de tener que trabajar con cadáveres. «Me decidí por las leyes quizás porque la directora del liceo donde estudiaba era doña Matilde Brandau, una de las primeras mujeres que obtuvo el título de abogada en Chile. Fue precisamente, el conocimiento que obtuve en mis estudios de leyes, cuando me percaté de la inferioridad en que se encontraban las mujeres frente a la ley. Eso hizo nacer mi vocación feminista», relató en una entrevista.
Así, esta hija de inmigrantes italianos oriunda de Iquique, se convirtió en la decimoquinta mujer en titularse de abogada en el país y con el tiempo llegó a representar en carne propia los esfuerzos feministas a lo largo de todo el siglo XX desde el mundo académico, jurídico y político. Defendió no sólo el derecho a voto y la igualdad de las condiciones laborales de las mujeres obreras, sino también fue una adelantada en temáticas que aún hoy son polémicas como el derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
A 119 años de su nacimiento, el 23 de marzo de 1903, Google la homenajea a través del doodle de hoy, mientras que a las 10 horas en Casa Central de la U. de Chile, su alma mater, se realiza un acto con autoridades del plantel y una conversación con tres expertas en el legado de Caffarena: la escritora y Premio Nacional de Literatura Diamela Eltit, la académica del Centro de Estudios de Género y Cultura en América Latina (CEGECAL) y del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Carolina González y la abogada, académica de la Facultad de Derecho de la U. de Chile y ex directora del Servicio Nacional de la Mujer, Laura Albornoz.
«Como abogada, como profesora de derecho, Elena Caffarena es un símbolo fundamental para quienes ejercemos la profesión de forma desinteresada, modesta y discreta como ella misma lo hizo», señala Albornoz. «Una de las cosas que más me conmovió fue su temprano compromiso con la defensa jurídica de las mujeres en la U. de Chile. Ella empezó en la federación de estudiantes donde participó en un área que estaba vedada a las mujeres y sus escritos como juristas fueron cruciales para batallas futuras», agrega.
La abogada se refiere a algunos de los antecedentes universitarios de Caffarena. Fue una de las primeras mujeres en formar parte de la FECH, junto a María Marchant y Aurora Blondet. En 1931, junto a Amanda Labarca formaron la Asociación de Mujeres Universitarias y fue una de las impulsoras y fundadoras del Movimiento pro Emancipación de la Mujer Chilena (Memch) y de la Federación Chilena de Instituciones Femeninas (Fechif).
Estando en posiciones de liderazgo en esas organizaciones de mujeres, Elena Caffarena abogó por los derechos civiles, especialmente por el derecho a voto de las mujeres que fue definitivamente en 1949, durante el gobierno de Gabriel González Videla, presidente que también promulgó la ley Maldita, en contra del Partido Comunista, y que paradójicamente canceló la inscripción de la abogada en los Registros Electorales ese mismo año.
«Fue algo injusto y arbitrario. Yo sencillamente no pertenecía a ese partido ni a ningún otro. Me parece que la medida se tomó, en cierta manera, como venganza porque yo había participado en forma muy activa en la campaña para obtener la libertad de las mujeres que se encontraban detenidas en el campo de prisioneros de Pisagua. Allí llevaron más o menos a cuarenta mujeres y lo más dramático es que no sólo se llevaron mujeres sino que a los niños. Había casi cien niños que estaban en una situación deplorable. Nosotras hicimos una campaña no sólo nacional sino que internacional. Se produjo un verdadero escándalo por este hecho», le contó Caffarena a Diamela Eltit en una emblemática entrevista realizada por la escritora a fines de los años 80.
Tras la conquista del sufragio universal para las mujeres, y de recuperar su propio derecho a voto, Caffarena se retiró de la primera línea y se dedicó a contribuir a través del estudio jurídico con perspectiva de género. Ya lo había hecho antes a través de artículos publicados en su época de estudiante y con su tesis de grado titulado «El trabajo a domicilio, enriquecimiento sin causa a expensas de otro, en el Código Civil Chileno»; material que se encuentra disponible en el portal www.tantaku.cl. Más tarde elaboró otros libros de derecho clave titulados «La capacidad de la mujer casada en relación a sus bienes» que dio cuenta de la desigualdad que vive la mujer dentro del régimen de sociedad conyugal y «¿Debe el marido alimentos a la mujer que vive fuera del hogar conyugal?», donde sostuvo la tesis de que sí las mujeres tenían el derecho a recibir pensión alimenticia circunstancias, planteamiento que le dio el premio Manuel Ballesteros de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y con el tiempo fue tomado en cuenta también por la Corte Suprema.
Pero fue la represión que ella misma vivió bajo el gobierno de González Videla y que vio durante la dictadura de Carlos Ibañez del Campo, lo que la llevó a escribir uno de sus textos con más repercusión fue del área del género y de su propio contexto social: «El recurso de amparo en regímenes de emergencia», donde defendió la facultad de los Tribunales de Justicia a juzgar las medidas, muchas veces arbitrarias tomadas, por los presidentes de la República durante el Estado de Sitio.
«Caffarena fue una mujer que hizo un aporte desde lo político, el feminismo y lo social, pero también en la creación de doctrinas y eso es muy importante. El análisis que hizo con mucho acierto del recurso de amparo permitió no solamente aclarar y corregir detenciones ilegales sino también salvar vidas. Y ese aporte a futuro fue reconocido por personas como Patricio Aylwin que la prologó y Carmen Hertz», señala Laura Albornoz sobre la jurista que falleció en 2003, a los 100 años de edad.
«Nunca es suficiente el reconocimiento y los homenajes que uno puede hacerle a mujeres como Elena Caffarena, Amanda Labarca, Olga Poblete o Julieta Kierkwood. Fueron ellas quienes allanaron el camino al movimiento feminista de hoy, y quienes tuvieron que hacer frente a los obstáculos de siempre, pero en un momento aún más yermo y desfavorable», concluye la abogada.
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