- marzo 15, 2022
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Rusia impone sanciones contra Biden y Blinken
Rusia aprobó sanciones contra el presidente de EEUU, Joe Biden, y el secretario de Estado, Antony Blinken. . «En respuesta…

Rusia aprobó sanciones contra el presidente de EEUU, Joe Biden, y el secretario de Estado, Antony Blinken.
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«En respuesta a la lista de sanciones sin precedentes, que prohíben, entre otras cosas, la entrada a EEUU de los altos funcionarios de Rusia, desde el 15 de marzo de este año el presidente Joe Biden, el secretario de Estado Antony Blinken, se incluyen en la lista recíproca de vetos rusos», indica la nota.
Entre los altos funcionarios estadounidenses sancionados por Rusia también figuran el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd James Austin; el presidente del Estado Mayor Conjunto de EEUU, Mark Milley; la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki; el director de la CIA, William Burns; y el consejero de Seguridad Nacional de la Administración Biden, Jacob Sullivan.
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En la lista de figuras sancionadas, según el Ministerio de Exteriores de Rusia, aparecen los nombres de 13 funcionarios de EEUU.
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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
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Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.
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Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
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Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la intervención de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales.
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JUEVES 31, marzo 2022
LAS AGRESIONES GLOBALIZADAS NORTEAMERICANAS
Saludos a todos,
Escrito por el editor en jefe Don Juan Carlos C. J.,
América para los americanos
(expresidente estadounidense James Monroe).
A lo largo del siglo XX han sido muchas las intervenciones de EE.UU., algunas más polémicas que otras y sujetas todas a grandes debates. Entre ellas, podemos mencionar: Guatemala, en 1954; Cuba, en 1961; Brasil, en 1964; República Dominicana, 1965; Chile, en 1973; Nicaragua, entre 1981 y 1984; Granada, en 1983; Panamá, 1989.
Los Estados Unidos es el tercer país más grande del mundo en cuanto a su población y el cuarto más grande en superficie. Está compuesto por 50 estados cuya capital es Washington Distrito de Columbia (D.C.), En la corta historia desde su fundación hace un poco más de 200 años, los Estados Unidos han alcanzado un desarrollo notable en muchas áreas. El país es uno de los más avanzados en los campos de la economía, la ciencia, la tecnología de información, la medicina, la política y la denominada democracia. Estados Unidos exhibe una ostensible incapacidad para ocupar, mantener el orden y vencer la resistencia de los pueblos que invade. Invasiones injustas, inmorales e ilegales, siempre arropadas en la mentira, la justificación, antes y después de producirse.
Después de que la potencia militar y económica más fuerte del mundo declarara una guerra global ilegal contra el terrorismo, el pueblo estadounidense entregó cada vez más sus libertades a cambio de seguridad, oportunidad aprovechada al máximo por Washington y El Pentágono para asegurar sus intereses económicos y políticos en el extranjero.
El modus operandi de EE.UU., de encumbrar dictadores o aplicando presiones económicas, lo que en muchas ocasiones ha ido bastante más lejos. Cuando Washington no ha encontrado modos sutiles de proteger sus intereses ha optado por la opción agresiva: la invasión.
Por los programas de intercambio y entrenamiento de la siniestra “Escuela de las Américas” (Panama) han pasado más de 120.000 militares de una veintena de países al año.
En el caso de Chile (1973), donde Pinochet dirigió un cruento golpe de Estado. EE.UU., intentó primero de mil maneras que el socialista Dr. Salvador Allende no alcanzara la presidencia, luego que no tomara posesión y desde el día en que lo hizo trabajó para derrocarle. No hablamos solo de presiones económicas, sino de entregas de armas, planificación de asesinatos y el apoyo logístico de la Estación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de la embajada americana en Chile y del propio espionaje permanente estadounidense en Sudamérica.
Con el inicio de la Guerra Fría y el endurecimiento del “o conmigo o contra mía’, Washington decidió que el modo más práctico de controlar América del Sur era estrechar al máximo sus lazos con las Fuerzas Armadas de esos países. No hacía falta mandar a sus soldados si otros soldados ya estaban allí.
Los ejemplos más dolorosos de intervenciones militares estadounidenses en América Latina fueron la invasión de la isla de Granada, y la de Panamá en 1989. Allí las tropas de EE.UU., derribaron al dictador Manuel Noriega, que curiosamente había llegado al poder gracias al apoyo mismo de la CIA. Otra historia de ida y vuelta fue la del dictador Trujillo en la República,Dominicana.
Después vino la intervención de la guerra en Afganistán contra los talibanes y Al Qaeda, señalados de cometer los ataques contra Estados Unidos lo cual gatillo para invadir a Irak bajo el supuesto objetivo de destruir las “armas de destrucción masiva” en manos de Bagdad, armas que nunca fueron encontradas.
Por otro lado, las industrias culturales del imperio han hecho todo lo posible para que las nuevas generaciones olviden o reciban una imagen falsa de la humillante derrota sufrida en Vietnam. La vergonzosa retirada de Irak, donde Washington tuvo que renunciar a su exigencia de dejar indefinidamente estacionado un contingente militar pues el gobierno de Bagdad -de cordial relación con Teherán, por cierto- se negó a concederle inmunidad en los tribunales iraquíes a sus integrantes.
En Libia no fue diferente, siendo uno de los ejemplos que más ilustran la injusta e hipocresía respecto a las motivaciones, para intervenir y luego destruir un Estado que era considerado, por los propios organismos internacionales como el país con los mejores indicadores de desarrollo humano de África. Un país que durante 42 años fue dirigido por el asesinado Muhamad el Gadafi, que tuvo relaciones de dulce y agraz con occidente, pero que a principios del año 2011 en el marco del llamado del renacer del Despertar islámico, (conocido en occidente como primavera árabe) fue tachado como un gobierno a derrocar bajo argumentos tan pueriles como falsos.
Mientras, la historia registra que el día 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanza la primera de dos bombas atómicas sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, matando a más de 70.000 personas al instante. Y enseguida, una segunda bomba sobre Nagasaki que mató a más de 40.000 habitantes. Siendo Estados Unidos el único país que ha utilizado bombas atómicas en una guerra.
En otro antecedente histórico en 1846 el presidente James Polk decidió que el destino manifiesto de su país era expandirse y México tuvo la mala suerte de estar al otro lado de la frontera. En dos años de guerra el vecino sureño perdió un tercio de su territorio a manos de los estadounidenses, que se hicieron con casi todo lo que hoy es California, Utah, Nevada, Arizona y Nuevo México.
También, en 1898 el presidente McKinley tuvo otro ataque de codicia e invadió las colonias españolas en el Caribe. El ejército estadounidense ocupó Puerto Rico y hasta hoy sigue allí atrincherado.
Acerca de los afroamericanos por las leyes discriminatorias instauradas durante más de un siglo después de abolirse la esclavitud. Lamentablemente, los profesores de EE.UU., dedican más tiempo a estudiar el Holocausto que la esclavitud. Para muchos estudiantes de color es doloroso hablar de este tema. Conlleva tantos problemas, necesitamos eliminar los aspectos más sensibles de este asunto para anular la posibilidad del rechazo (expresidente estadounidense James Monroe). En 1997, el presidente Clinton pidió disculpas por los experimentos realizados en los años 30 infectando a cientos de negros con sífilis sin su consentimiento.
Sin embargo, EE.UU., si indemnizó a los japoneses internados en suelo americano durante la Segunda Guerra Mundial.
La política agresiva de EE.UU., se sostiene como mecanismo de consolidación de una ideología y sentimiento de una nación predestinada a salvaguardar los valores del capitalismo. ¿Podrán, entonces, los norteamericanos aprender alguna lección relacionado con los derechos humanos? ¿Oh, estarán condenados a ser parte del basurero de la historia?
La intención de este escrito, está basado en el recuerdo de aquellos a quienes robaron sus vidas y que permanecen en la MEMORIA de los que sufrieron.
Gracias.