El Gobierno israelí aprobó un plan de 110 millones de shékels (35,4 millones de dólares) para mejorar la infraestructura en el Muro de los Lamentos que se encuentra en Jerusalén oriental.
«El Muro Occidental [como los judíos llaman al Muro de los Lamentos] es uno de los sitios más sagrados e importantes para el pueblo judío, y millones de personas de todo el mundo lo visitan regularmente», dijo el primer ministro israelí, Naftali Bennett, en un comunicado.
El plan tiene como objetivo fomentar más visitas al sitio mediante la mejora de la accesibilidad del transporte público, el desarrollo de nuevos programas educativos y la continuación de los proyectos de desarrollo existentes.
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Los fondos destinados al plan provienen de los presupuestos de la Oficina del primer ministro y de los Ministerios de Defensa, Finanzas, Educación, Interior, Transporte, Turismo, Seguridad Pública, Cultura y Deportes, Inmigración y Ciencia y Tecnología.
El nuevo plan no está relacionado con el llamado compromiso del Muro Occidental, que presupone la formalización de un pabellón de oración pluralista, ya que en la actualidad el rezo es segregado en el muro, el lado masculino es amplio y tiene acceso a una biblioteca con los libros sagrados, y el de las mujeres es pequeño y no se les permite portar la Torá (pentateuco).
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El mes pasado, el ministro de Asuntos Religiosos, Matan Kahana, decidió junto con Bennett posponer los planes para implementar el acuerdo congelado por el Gobierno anterior en 2017.
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El acuerdo, que durante mucho tiempo fue un punto de discordia entre el Gobierno y los judíos de la diáspora, que en su mayoría pertenecen a corrientes más liberales del judaísmo, fue negociado entre Israel y los líderes de la diáspora durante más de tres años y fue aprobado por el Gobierno encabezado por Benjamín Netanyahu en 2016. Sin embargo, Netanyahu lo suspendió indefinidamente en 2017, bajo la presión de sus socios de coalición ultraortodoxos.
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