Los desafíos en la agenda de género del futuro Gobierno de Gabriel Boric

El gabinete del presidente electo de Chile, Gabriel Boric, integrado por 14 mujeres y 10 hombres, será el primero de la historia del país con mayoría femenina. 
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Además de la predominancia de mujeres en el gabinete presentado por Boric el pasado 20 de enero, dos ministerios serán encabezados por personas abiertamente LGBTIQA+ por primera vez en el país: el docente Marco Ávila será ministro de Educación y la profesora Alexandra Benado asumirá como ministra de Deportes.
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Al mismo tiempo, la expresidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, quien fue jefa de la campaña presidencial de Gabriel Boric, será la primera mujer en asumir el ministerio del Interior y Seguridad Pública.
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Tanto la nominación de Siches, así como también de todo el gabinete, no dejó indiferente al mundo feminista que mira positivamente la elección de las nuevas autoridades.
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El gabinete de Boric: feminismo y paridad

Pamela Valenzuela, vocera de la Coordinadora Feminista 8M, en conversación con valoró la nominación del nuevo gabinete ministerial: «Para el feminismo la paridad es un piso mínimo y no un techo. Ha sido un tema fundamental en términos de alcanzar la igualdad, la justicia y los derechos políticos. La paridad es un mínimo, puesto que es mínimo reconocer que históricamente no ha existido igualdad sustantiva en este país», señaló.

«Históricamente mujeres y disidencias, migrantes, afrodescendientes han sido discriminadas. La igualdad sustantiva significa reconocer que eso existió y tomar medidas políticas reales que permitan reparar. En ese sentido, esta paridad que aparece hoy es una buena señal y habla de la potencia del feminismo que ha sido capaz de instalar estos debates de manera transversal y los ha hecho ineludibles incluso para la institucionalidad. Tanto así, que el Gobierno electo, que contempla en su programa una agenda feminista, lo ha incluido», indicó la vocera.

Valenzuela explicó que desde la Coordinadora Feminista 8M saludan el nombramiento de Antonia Orellana como ministra de Mujer y Equidad de Género, puesto que es una persona con una larga trayectoria política en el movimiento feminista de base y para ellas significa que al fin tendrán una interlocutora valida con la cual desarrollar y desplegar política. La vocera fue enfática en señalar que seguirán en la calle, con autonomía y proyecto propio, pero saludan esta nominación.
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Pamela Valenzuela, vocera de la Coordinadora Feminista 8M,
© Foto : Gentileza Pamela Valenzuela                                                                                                                                                                .               .                                                                                                                                                                                                                                    Isadora Castillo, integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, señaló a que «nos parece que es positivo ver a tantas mujeres en cargo de representación pública, vemos que ha habido un cambio importante en los últimos años, el Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018) tuvo un gabinete paritario y hoy tenemos un gabinete que tiene mayoría de mujeres. Además, tenemos la Convención Constitucional que es un órgano completamente paritario».                                                                                                          ,
Isadora Castillo, integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres
© Foto : Gentileza Isadora Castillo

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«En ese sentido se van posicionando, no solo a las mujeres por sí mismas, sino que nuestras visiones, nuestras experiencias, nuestras formas de comprender el mundo. En ese sentido, lo valoramos de manera positiva», agregó.
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Mujeres: víctimas de violencia, la pandemia y la precarización laboral

Según el estudio de la OCDE Igualdad de género en Chile, la visión patriarcal donde el hombre mantiene y provee a su familia y la mujer que se queda en casa y cuida del hogar sigue siendo común en Chile. Esto se traduce en que las mujeres dedican más horas al cuidado de los niños y labores domésticas. La tasa de empleo femenino en Chile es casi 20 puntos porcentuales inferior a la masculina, una brecha mucho mayor que la media de los países de la OCDE.
La OCDE señala que la pandemia de COVID-19 ha expuesto retos preexistentes de una forma sin precedentes. Cuatro quintos de las mujeres chilenas que dejaron de trabajar durante la pandemia no buscaron un nuevo empleo.
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Castillo explicó  que la crisis sanitaria afectó gravemente a las mujeres, puesto que antes de la pandemia eran ellas quienes tenían trabajos más precarios, informales y bajos sueldos.
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La integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia a las Mujeres comentó que «los trabajos a los que suelen acceder la mayoría de las mujeres son precarizados y esa precarización se profundizó un más durante la pandemia. Trabajo domésticas y en el hogar, en esta época que se ha vivido mucho más en la casa, se requieren mayores cuidados y toda esa sobrecarga de trabajo recayó sobre las mujeres y estas no pudieron volver a retomar sus trabajos».

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Castillo afirmó que hay ciertos desafíos que están pendientes desde hace bastante tiempo, como la Ley Integral de Violencia hacia las Mujeres, que duerme en el Congreso hace más de cinco años, y establecer un sistema educativo donde se puedan desarrollar cambios que apunten a vidas libres de violencia.

«Debemos tener esta visión que dé cuenta de la continua violencia hacia las mujeres. No solo estamos hablando de violencia explícita, sino que de una serie de manifestaciones que son implícitas, que son simbólicas, son las que están más naturalizadas también y las que finalmente contribuyen a la producción y a la reproducción de estas violencias más extremas», agregó Castillo.

A su vez, la vocera de la Coordinadora Feminista 8M Pamela Valenzuela explicó que para ellas hay demandas que son urgentes. Una de estas es que el proceso constituyente termine, llegue a buen puerto y que el Gobierno no sea una traba para este proceso. Valenzuela comentó que esperan que «la Convención pueda mantener su autonomía e independencia de los poderes fácticos que existen en el país, puesto que además es un poder constituyente que proviene de los pueblos que se movilizaron desde octubre de 2019«.
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El proceso constituyente y las reivindicaciones feministas

La Convención Constitucional, a través de la Comisión de Participación Popular, creó un mecanismo de participación ciudadana llamada Iniciativas Populares de Normas, gracias al cual las personas naturales y organizaciones de la sociedad civil pueden presentar propuestas de normas constitucionales para que puedan ser deliberadas en el órgano. Eso sí, deben reunir 15.000 patrocinios para que sean discutidas en la Convención Constitucional..
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La Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres participó de una articulación que presentó una iniciativa de norma que busca garantizar una vida libre de violencia para mujeres, niñeces, diversidades y disidencias sexo-genéricas. Esta iniciativa cuenta con 11.000 patrocinios y tiene plazo hasta el 1 de febrero para alcanzar las 15.000 firmas necesarias.
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«Son varias iniciativas que se levantaron del mundo de feminista en distintos ámbitos. Nuestra intención de participar junto a otras organizaciones lo vemos como un proceso pedagógico que implica juntar, poder pensar, participar popularmente y por otro lado vemos que la nueva constitución podría ser una herramienta —si bien tenemos claro que no será la solución y no va a erradicar la violencia hacia las mujeres— que puede abrir nuevas posibilidades que puedan mejorar la vida de las mujeres», señaló Isadora Castillo.

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Pamela Valenzuela explicó que la intención de la Coordinadora Feminista 8M es seguir avanzando para que todas las personas que han sido discriminadas de los espacios de poder de la política, de los accesos a definir las riendas del país, de nuestras vidas y las comunidades, estén incluidas.
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«Avanzar todo lo posible y disputar, tanto al interior de la Convención como a las afuera de ella, que esta nueva Constitución, en la cual nosotras hemos querido estar escriturando de nuestro puño y letra cómo queremos vivir los derechos, tenga en sus páginas lo que nosotras hemos debatido y deliberado democráticamente en todos los territorios», cerró Valenzuela.

Por Alexis Polo González – Periodista especializado en derechos humanos y memoria.