Es poco probable que el COVID-19 se convierta en una enfermedad común similar a la gripe como resultado de múltiples mutaciones, declaró el principal epidemiólogo del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China, Wu Zunyou.
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«La probabilidad es muy baja», dijo Wu, cuando se le preguntó si el coronavirus se convertiría en algo parecido a la gripe como resultado de la influencia de nuevas mutaciones, y en particular de la variante ómicron.
El experto señaló que «la gripe es una enfermedad de las vías respiratorias superiores, que afecta principalmente a la región de la garganta, mientras que el coronavirus es una enfermedad de las vías respiratorias inferiores, que afecta principalmente a los pulmones, pero también puede afectar a otros órganos del cuerpo humano».
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Wu subrayó que la tasa de mortalidad por el coronavirus, incluso de la variante ómicron, es mayor que la de la gripe.
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También destacó que, en términos de inmunidad, el efecto protector de la vacuna contra la gripe dura más que el de las vacunas contra el COVID-19.
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«La eficacia de la vacuna contra la gripe puede durar un año, y las vacunas contra el coronavirus solo pueden durar de tres a seis meses. Por lo tanto, es muy difícil tratar el COVID-19 como una gripe», concluyó.
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