A consecuencia de la pandemia y de otras megatendencias, como el cambio climático, crisis económica mundial, sucesivos estallidos sociales o la escasez de recursos, el comercio electrónico se ha situado en el primer plano de los modelos de negocio de muchas empresas. La nueva realidad competitiva presenta un campo de batalla en donde la flexibilidad, la velocidad de llegada al mercado y la productividad serán las variables claves que determinarán la permanencia de las empresas en los mercados. Aquí, la logística y el comercio electrónico juegan un papel crucial, a partir del manejo eficiente del flujo de bienes y servicios hacia el consumidor final.
El crecimiento exponencial de la información y los rápidos cambios en el mercado, son de significativa importancia para los miembros de una cadena de suministros. Esto implica un enorme desafío que debe ser aprovechado desde los responsables logísticos para generar ventajas relacionadas con los costos y el lead time total.
La explosiva difusión de la web como medio de intercambio comercial requiere respuestas renovadas desde la logística. Con el auge del comercio dirigido al consumidor final –Bussines to Consumer (B2C)- o del Bussines to Bussines (B2B), entre empresas, se generan otras necesidades en cuanto a exigencias de tiempo, almacenamiento y transportes, y en relación a la coordinación de actividades y evaluación de costos logísticos. Comprender el alcance de estos cambios se torna esencial para cualquier organización que pretenda ganar nuevos mercados a partir del intercambio electrónico.
El marketing y la publicidad parecieran ser las fuerzas impulsoras para las empresas que quieren estar presentes en la red, sin embargo, la venta de productos a través de la vía electrónica enfrenta grandes desafíos relacionados, básicamente, con los costos de atención del mercado.
Los principales problemas relativos a las compras online efectuadas por consumidores finales han sido los faltantes de artículos, las demoras en las entregas y los costos de despacho y envío. Comprar un producto a través de cualquier plataforma o App., desde cualquier país, implica, en muchos casos, pagar más por los costos de envío que por la mercancía en sí misma.
Se estima que el comercio electrónico entre empresas en América Latina crecerá a un ritmo del 35% anual, seguido por el crecimiento del B2C, lo que hace pensar en mayores desafíos para las empresas y en nuevas oportunidades para competir y ganar mercados.
Ser «punto com» implica construir una estrategia adecuada, en donde no sólo se consideren los aspectos de marketing, sino también la relación con proveedores, la producción, el proceso logístico y las finanzas, desde un punto de vista sistémico.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Francisco Kiger Méndez – Académico Advance Ingeniería Comercial / UCEN