Fundación SOL: «Mujeres que son madres ganan en promedio un 20,8% menos que aquellas que no tienen hijas o hijos»

SANTIAGO – La más reciente publicación de Fundación SOL denominada «Penalización salarial y de Tiempo para madres trabajadoras: Un análisis a la discriminación por maternidad» busca reflexionar en torno a la maternidad como constructo social y político; está enfocada en evidenciar las desigualdades que las mujeres que se convierten en madres enfrentan en el mundo del trabajo asalariado y en la intimidad del espacio privado.

Una de las conclusiones más determinantes de la investigación es que las mujeres que son madres ganan en promedio un 20,8% menos que aquellas que no tienen hijas o hijos.

Además, si se observa de acuerdo a las características socioeconómicas de las mujeres (edad, si convive o no con su pareja, nivel educacional, horas de jornada laboral) se explica solo una brecha del 7,5%; el 12,5% restante es atribuible a características no observables, que pueden deberse, en parte, a discriminación y penalización por maternidad.

«El rol de la maternidad es un constructo social y político que está basado sobre el mito del instinto maternal, profundizando la división sexual del trabajo. Por ejemplo, en el estudio señalamos que una mujer que tiene un hija/o entre 0 y 17 años, gana en promedio 6,7% menos que una mujer que no tiene hijas/os con exactamente las mismas características (similar edad, región geográfica de residencia, situación de pareja, y nivel educacional)», explica Francisca Barriga investigadora de Fundación SOL y una de las autoras del estudio.

Como complemento a lo anterior, una mujer que tiene dos hijas/os gana en promedio 9% menos (es decir, una penalización de 2,3 puntos porcentuales adicionales por el segunda hija/o), y si tiene tres o más hijas/os gana en promedio 9,4% menos que una mujer sin hijas/os.

«El contrato de género, que establece que las mujeres son cuidadoras y los varones proveedores construye un orden sexuado que se profundiza al momento que una mujer se convierte en madre, por todas las responsabilidades sociales vinculadas a la maternidad», agrega Carla Brega, investigadora de Fundación SOL y también autora del estudio.

Penalización salarial por maternidad

La penalización salarial por maternidad es diferente entre las mujeres de familias pobres y las de familias de ingresos medios a elevados. Las mujeres que se encuentran en el extremo inferior de la distribución de ingresos, experimentan en promedio una mayor penalización salarial por hijo adicional que las mujeres que se encuentran en el extremo superior. Estas últimas pueden tener más oportunidades para conciliar su vida laboral y familiar mediante la «desfamiliarización» del cuidado.

«Para el caso de mujeres con las mismas características (los mismos años de educación, edad, región geográfica de residencia y convivencia con su pareja), la penalización promedio por cada hijo/a adicional es del 5,64% en el percentil 10 de ingresos (el 10% más pobre), del 1,78% en el percentil 50 (la mediana), y del 1,96% en el percentil 90 (el 10% más rico)», señala Andrea Sato, autora del estudio e investigadora de Fundación SOL.

Respecto al Trabajo No Remunerado (TNR), las mujeres que no tienen hijas/os, en promedio, dedican 24,3 horas semanales a labores domésticas y de cuidado, en cambio, las mujeres madres dedican 55,7 horas en TNR, lo cual significa 31,4 horas semanales de diferencia.

Al observar la Carga Global de Trabajo (CGT), las mujeres sin hijas/os trabajan en promedio 63,9 horas a la semana, en cambio una mujer con hijas/os lo hace 87,8 horas, esto es un aumento de 23,9 horas de trabajo.

La ausencia o presencia de las mujeres en el mundo del Trabajo Asalariado está directamente relacionado a su disponibilidad como cuidadoras dentro de sus hogares, si ellas tienen una mayor responsabilidad dentro de sus hogares, tienen menos disponibilidad para el Trabajo Asalariado.

«Existe discriminación hacia las mujeres en el mundo del trabajo. Esto se evidencia con una penalización salarial al momento del retorno de las mujeres al empleo y también en un uso intensivo del tiempo en labores de cuidados», finaliza Sato.