Por Nadia Garcés Montes | Ejercicio físico y productividad laboral

Diferentes estudios han demostrado la importancia del ejercicio físico en la productividad laboral. Uno de los más interesantes es desarrollado por la multinacional norteamericana Gympass, el cual ha revelado que practicar ejercicio físico cuatro veces por semana puede aumentar hasta en un 117% la productividad de una persona que mantenía hábitos de vida inclinados al sedentarismo. Ante esta situación, no es de extrañar que muchas empresas extranjeras, principalmente estadounidenses, estén comenzando a incluir en sus instalaciones espacios destinados al deporte y el entrenamiento físico.

Chile, actualmente se encuentra dentro de los países con mayor obesidad  sobrepeso en personas mayores a 15 años de todo el mundo. Asimismo, según estudios del “Plan Obesidad Cero” liderados por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el promedio nacional de personas que declara no realizar actividad física en nuestro país es de 66,2%. Y es que uno de los principales inconvenientes que impide la práctica de entrenamiento es la falta de tiempo libre de las personas, quienes expresan un exceso de responsabilidades cotidianas, largas horas laborales, distancias extensas entre el gimnasio y el domicilio, entre otros. Bajo esta premisa, ¿influye la inactividad física de chilenos y chilenas en la productividad y desempeño laboral?

Como ya hemos visto anteriormente, la respuesta es certera y categórica. La incidencia del sedentarismo en el entorno laboral es uno de los factores que actualmente preocupa a la ciencia y empresas que buscan el bienestar íntegro de sus trabajadores y trabajadoras. Más aún cuando diferentes investigación han demostrado que pasar más horas en el lugar de trabajo no nos hace personas más productivas. Ante ello, nace la siguiente interrogante: ¿qué beneficios trae practicar actividades de entrenamiento físico para las empresas y sus trabajadores(as)?

1.- Está comprobado que empresas que promueven el ejercicio físico entre su grupo humano reduce entre 20% y 30% las bajas laborales y entre un 15% a 20% los accidentes de trabajo y los gastos médicos asociados a la accidentabilidad.

2.- Reduce significativamente el absentismo y presentismo laboral reemplazando el muerto por actividades significativas y enriquecedoras.

3.- Aumenta hasta en un 80% la productividad individual y colectiva de las personas.

4.- Y, más importan, mejora la autoestima de trabajadores y trabajadoras en el ámbito laboral, mejorando el clima organizacional, el sentido de pertenencia, compromiso institucional y la preocupación por el bienestar holístico y humano del equipo de trabajo.


LA OPINIÓN DE LA AUTORA NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Nadia Garcés Montes – Profesora de Educación Física y Salud. Magíster en Gestión y Dirección Organizacional. Directora y Fundadora de puntoequilibrio.cl / nfgarces@uc.cl