Por Cristian Cárdenas Aguilar | La hora de una efectiva descentralización

Chile necesita un enfoque distinto a la hora de generar, desarrollar e implementar sus políticas públicas de desarrollo. El Estado Unitario de organización político – administrativo, contemplado en el artículo N°3 Constitucional, ya no da para más, cumplió su ciclo y se requiere una descentralización que sea realmente del todo efectiva.

Nuestro organigrama intensifica la dependencia del centro, concentra desmedidamente el poder, verticaliza las relaciones y/o negociaciones políticas, y lo que es peor, impregna en el ADN ciudadano las mismas pautas de comportamiento (hay excepciones obviamente), esto último, precisamente, por la excesiva subordinación respecto del nivel central que históricamente hemos arrastrado como país, con ese modelo de Estado “fuerte y centralizado” Portaliano que seguramente tú, que estás leyendo esta columna, estudiaste en algún momento de tu vida escolar. Muy en el fondo, el Estado Unitario restringe el mayor de todos los derechos, la libertad.

La pandemia no ha hecho más que evidenciar que las decisiones a todo nivel deben poseer una orientación territorial que considere y respete las particularidades económicas, geográficas, sociales, culturales y ambientales que sabemos nos diferencian. Como somos diversos, es menester, entonces, contar con un modelo de Estado moderno, pragmático y flexible que otorgue mayor sintonía, vinculación y sinergia entre las necesidades ciudadanas internas, las especificidades de cada territorio y las iniciativas que nuestros representantes impulsen en las diversas instancias democráticas.

En este último sentido, la redacción de una Nueva Constitución emerge como una inmensa oportunidad para discutir seriamente esta materia y plasmar, eventualmente, modificaciones. ¿Por qué no pensar en un Estado Federal de organización? Ya no somos ese país que estaba en “pañales” hacia 1826 (cuando se hizo un efímero intento) y que carecía de suficiente experiencia/madurez política. ¿O tal vez un modelo mixto – semi federal – en el que tengamos menos regiones que las actuales (macro regiones, no más de 6), pero que estas sean más robustas en cuanto a lo que autonomía refiere, potestades políticas, gestión de proyectos y administración de recursos? Esta última opción, que personalmente es la que más respaldo, nos permitiría tener territorios fuertes, constituidos con criterios holísticos y con menos desequilibrios comparativos y competitivos, además de optimizar el manejo de los recursos destinados a cargos burocráticos/administrativos (no necesitaríamos tanto cargo público), y no continuar con la lógica de excesiva “parcelación” al crear más y más regiones – disfrazadas de una engañosa y falsa descentralización – como es la tendencia de los últimos tiempos. También, entre otros efectos, habría mayor integración entre regiones que hoy por hoy comparten vocación productiva, características naturales e inclusive culturales, situación que propiciaría un desarrollo mucho más equilibrado de nuestro sistema urbano – rural y su inserción con el mundo.

Lo cierto es que existen muchas opciones a debatir; no hay que tener miedo a estas necesarias y naturales transiciones que experimentan las sociedades. ¿Nos animaremos con algo alternativo que se ajuste a nuestra heterogeneidad o bien optaremos por seguir asfixiados por el centralismo reinante que a decir verdad limita las evidentes potencialidades de nuestros territorios y los incontables talentos de su capital social? La abundante evidencia nos muestra que alrededor del orbe los países desarrollados son efectivamente descentralizados, o como categóricamente expresaba en un ya lejano 2008 el catedrático español Joan Prats “Chile será descentralizado, o no será desarrollado. ¡Llegó la hora!


LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Cristian Cárdenas Aguilar – Docente Hampton College / U. Austral de Chile, Mg. en Economía y Gestión Regional / Dip. en Gt. del Turismo y D° Local (UACH), Prof. de Historia, Geografía y Ed. Cívica / Lic. en Educación (UFRO)