Entrevista al ex ministro Marcos Barraza y candidato a convencional por el PC “No han logrado erosionar en la candidatura de Jadue, la base de apoyo popular”

El ex ministro de Desarrollo Social y candidato a convencional por el PC, Marcos Barraza, aseveró en entrevista que “las operaciones políticas” en contra del alcalde de Recoleta y presidenciable “no son efectivas, toda vez que son eso, operaciones políticas. Y el pueblo sigue apoyando a Jadue, le da mucho apoyo a su gestión”. En el asunto de la carrera hacia La Moneda, el ex ministro indicó que “el tema del peso específico que tienen en Unidad Constituyente las fuerzas neoliberales, de la cual podría ser candidata Paula Narváez, sigue siendo un problema de fondo para ellos”. Y enfatizó que “quien hegemoniza Unidad Constituyente, son las visiones neoliberales, y un componente de la socialdemocracia neoliberal”. Como aspirante a estar en la instancia que redactará la nueva Constitución, manifestó que “lo importante es que en la Convención se exprese un bloque lo suficientemente sólido, amplio, que permita transformar la Constitución”. Y sobre lo que viene apuntó que el reglamento de la Convención “tiene que garantizar al mundo social una participación deliberativa, temática e incidente”.

SANTIAGOEste psicólogo y académico, militante comunista de toda la vida, ahora está enfrente de otro desafío, después de ser ministro de Desarrollo Social en el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. Es candidato a la Convención Constitucional por el Distrito 13, que abarca muchas comunas populares.

Marcos Barraza hizo un alto entre actividades que incluyen estar dialogando con gente en las ferias, asambleas y encuentros vecinales y abordó temas como el electoralismo en estos tiempos, la candidatura de Paula Narváez, el torpedeo al presidenciable y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, y los desafíos nada menores en la Convención, entre los que se incluye el asunto de la correlación de fuerzas para tener o no, realmente, una nueva Constitución.

Leí una entrevista a la socióloga Kathya Araujo donde afirmó que “la política volvió al electoralismo y no tenemos ningún proyecto para el futuro”. Indicó que la política tiene que repensar esto del electoralismo que aparece “insostenible” ante la gente. ¿Crees que a pesar de la revuelta social y todo lo que ha ocurrido los partidos y sus candidatos vuelven al mismo esquema electoralista, algo vacío, de competencias puramente mediáticas?

Es una afirmación muy absoluta, en el sentido de que no es capaz de reconocer la dimensión de un proceso que está llevando adelante el movimiento social en la construcción de un proyecto, y que tiene fundamentos y basamentos bien claros. Una concepción antineoliberal, de lo que debe ser el Estado y las políticas públicas, las características de una sociedad justa y democrática, el anclaje en una democracia eminentemente participativa, y la decodificación de eso es que el nuevo sistema político que emerja con la nueva Constitución, debe incluir un significativo traspaso de poder desde los poderes del Estado hacia las organizaciones sociales.

¿Entonces ese cuestionamiento al electoralismo podría situarse en algunos candidatos o formatos de campañas?

Hay un segmento de la política que logra hegemonizar las definiciones de país entre la derecha y los neoliberales de varios sectores, que efectivamente restringen, acotan y subsumen la política a un problema electoral. Ojo que con esa lectura se generalice para todos los actores del mundo de la política.

Lo que queda claro desde el 18 de octubre de 2019 en adelante, es que había un sector subordinado, postergado, el movimiento social, partido antineoliberales, que encontró una capacidad de articular, en clave de proceso, porque no se puede exigir que se tenga ahora un proyecto totalmente acabado, un proyecto y una propuesta.

Entonces ¿hay al menos aproximación a un proyecto?

Sin lugar a dudas. Insisto en que los basamentos son el antineoliberalismo, democracia participativa, el traspaso de poder desde el Estado hacia el mundo social, un nuevo sistema político, en el caso comunal transitar a una democracia directa, dotar al pueblo de soberanía en cuanto a decisiones y eso tiene que ver con deliberaciones colectivas.

Algo puntual de la contingencia. En la prensa se informó que en las primarias presidenciales de la Democracia Cristiana y del Partido por la Democracia participaron 27 mil y 13 mil personas respectivamente. Y que en la elección de dirigentes del Partido Comunista, algo más de 6 mil. Se indicó que eso presagiaba que la ex Concertación aparece más posicionada territorial y electoralmente que el PC y fuerzas de izquierda.

Esa es una afirmación antojadiza. Hacer una equivalencia respecto a una votación de una elección de dirigencia partidaria, versus una primaria presidencial, no tiene comparación, no tiene parámetro de equivalencia. Los partidos de la ex Concertación han puesto su foco y su esfuerzo en eso, pero no hay parámetro que permita hacer una valoración de eso en negativo sobre la instalación territorial del Partido Comunista.

Muy por el contrario, es evidente que como partido hemos tenido un papel activo, altamente incidente y contribuyente en el mundo social, pasando por las organizaciones sociales con historiocidad, y con las emergentes como las de ollas comunes, cabildos, asambleas autoconvocadas. Eso se refleja, entre otras cosas, en la lista Apruebo Dignidad, porque ahí está expresado un mundo lo suficientemente plural, diverso, que establece una necesaria articulación entre lo político y lo social.

Paula Narváez y la hegemonía de los neoliberales en Unidad Constituyente

¿Coincides en que Paula Narváez irrumpió en la carrera presidencial?

No creo que haya irrumpido.

¿Qué pasó entonces?

Creo que es el planteamiento, la candidata, de un partido de la ex Concertación. Hay un esfuerzo de ellos por situar liderazgos que tengan algún nivel de ascendente sobre la ciudadanía.

En una entrevista, Ana Lya Uriarte, ex jefa de gabinete de Michelle Bachelet, impulsora de la candidatura de Paula Narváez, dijo que ella representa a “actores políticos alternativos” y que no quiere repetir a la Concertación y la Nueva Mayoría. ¿Se puede creer en eso, se puede esperar eso?

Mira, Unidad Constituyente, que en esencia son partidos de la ex Concertación más Ciudadanos que es de centroderecha, es una opción de continuidad de las políticas de la Concertación, ahí lo que hegemoniza el discurso y las decisiones políticas son consideraciones muy iguales, muy similares, a las que desplegó la Concertación por dos décadas.

¿Eso está por encima de la candidatura o lo que diga Paula Narváez?

El problema de Unidad Constituyente, de esos partidos y sus propósitos, no es de personas. No es asunto de un liderazgo en particular. El problema de Unidad Constituyente, más allá de personas, es que refleja hoy una involución de lo que fue la participación de esos partidos en la Nueva Mayoría. Volvieron a consideraciones propias de la democracia de los acuerdos, de la política de los consensos, de la democracia pactada, a una gradualidad crónica que no le hace bien a la política ni a los derechos de las personas. En ese sentido, quien hegemoniza Unidad Constituyente, son las visiones neoliberales, y un componente de la socialdemocracia neoliberal. Eso es altamente resistido por el pueblo de Chile, por la ciudadanía y no digamos los amplios sectores antineoliberales y que están por transformaciones profundas.

¿Es como lo que le pasó a Michelle Bachelet en su segundo gobierno con sus ministros del Interior, de Hacienda, de Cancillería y otros, con las dirigencias y legisladores de la ex Concertación, más allá de su tono discursivo y sus intenciones de programa?

Lo que pasó con el proyecto de la Nueva Mayoría es que las fuerzas neoliberales en determinadas circunstancias tomaron un protagonismo que obstruyó, limitó, e impidió el avance del programa de la Nueva Mayoría. Las reformas y transformaciones pensadas y diseñadas, se vieron dañadas y restringidas producto de la reemergencia de los neoliberales al interior del gobierno.

El tema del peso específico que tienen en Unidad Constituyente las fuerzas neoliberales, de la cual podría ser candidata Paula Narváez y otra u otro, sigue siendo un problema de fondo para ellos. Hay fuerzas que, efectivamente, no son neoliberales, pero en ningún caso adquieren hegemonía al interior de su coalición.

En ese sentido, el académico Ernesto Águila dijo que en las declaraciones de Paula Narváez y Ximena Rincón hay mucho de “buenismo”, pero en términos precisos de proyectos y contenidos todavía no hay nada muy claro. ¿Estás de acuerdo, crees que falta que ellas entren al área chica?

Mira, te diría que lo que es altamente resistido en la gente en la política actual, es la declaración ambigua, la que dice frases bonitas pero no va a temas cruciales. Si estás por pensiones dignas, tienes que estar explícitamente en contras de las AFP. Para la gente no es posible seguir dependiendo en el tema de pensiones a partir del lucro. Y en las declaraciones de candidatas y candidatos de Unidad Constituyente lo que uno aprecia son afirmaciones ambiguas que insisten en relativizar las demandas centrales del pueblo de Chile, no solo en cuanto a las AFP.

En la revista YA apareció una foto donde están Paula Narváez, Claudia Pascual y tú durante el gobierno de Michelle Bachelet. ¿Es posible que se repita esa imagen en el futuro, en esa rueda de la política y de la vida?

La imagen que podría ocurrir en el futuro es de estar junto al compañero Daniel Jadue como candidato presidencial de las fuerzas antineoliberales. Eso está mucho más cercano de la realidad.

Jadue tiene una base de apoyo social y popular muy grande

Por cierto, Daniel Jadue sigue primero en las encuestas como presidenciable. Pero cada semana lo golpean con un tema. ¿Cómo ves que anda su posicionamiento y la guerra desde la derecha?

Cada día me queda claro que los golpes que le dan desde la derecha, desde los sectores neoliberales, las operaciones políticas que se arman, no han logrado erosionar algo que es fundamental en la candidatura de Daniel Jadue, que es la base de apoyo popular.

A diferencia de otras candidaturas, y eso es una realidad, la candidatura de Daniel Jadue emerge del mundo social. Tiene en la base la evidencia de su gestión como alcalde en favor de la gente. Yo soy candidato a constituyente por el Distrito 13, y he conversado con muchas vecinas, con muchos vecinos, con muchas organizaciones vecinales y sociales, y la valoración que existe, por ejemplo, de la Farmacia Popular, de la Óptica Popular, en tanto una gestión orientada a la calidad de vida de las personas, es muy grande, Jadue tiene una base de apoyo social y popular muy grande.

Esa base de apoyo popular es tratada de ser erosionada con las operaciones políticas, pero no son efectivas, toda vez que son eso, operaciones políticas. Y el pueblo sigue apoyando a Daniel Jadue y la da mucho apoyo a su gestión y sus ideas.

El reglamento de la Convención “tiene que garantizar al mundo social una participación deliberativa, temática e incidente”

Hablaste de tus actividades como candidato a la Convención Constitucional. Fuiste dirigente universitario, eres dirigente del Partido Comunista, fuiste subsecretario y luego ministro, ¿cómo te sientes de candidato convencional?

Me siento muy cómodo y confortable, en el sentido de que mi historia de militancia y de lucha social siempre ha estado puesta en los derechos sociales. El principal énfasis que debe tener la nueva Constitución es desde y para los derechos sociales, centrado en la dignidad de los seres humanos. La posibilidad de diálogo que tengo en este tiempo con las personas, me reafirma esa convicción. Yo percibo que hay un nivel de frustración, de malestar, de agobio, de descontento, con una lógica de políticas neoliberales que hay que desterrar. También hay un reconocimiento al rol del Partido Comunista, y soy candidato del Partido Comunista, en tanto una fuerzas política que históricamente ha sido consistente con los derechos del pueblo y se ha puesto a la cabeza en esa batalla por alcanzar esos derechos del pueblo. Eso lo confirmó en las conversaciones con vecinas y vecinos de manera cotidiana.

En una entrevista con El Siglo, Lautaro Carmona dijo que habrá que crear “una bancada antineoliberal” en la Convención. Eso sería independiente de las listas por las cuales se llegó a la Convención. ¿Cómo sería eso, cómo se podrá lograr?

En la lista Apruebo Dignidad, dónde está Unidad para el Cambio, el Frente Amplio, Chile Digno, la Mesa de Unidad Social, se ha ido avanzando consistentemente en la construcción de un proyecto antineoliberal y eso vinculado a la nueva Constitución. Ese ejercicio programático, que tendrá un primer momento de despliegue en la Convención Constitucional, no se puede agotar a ese ejercicio de Apruebo Dignidad. La Convención va a demandar voluntades de construcción del nuevo Estado, de un nuevo modelo de desarrollo, de un nuevo sistema político, que seguramente van a ir más allá de Apruebo Dignidad. Lo importante es que en la Convención se exprese un bloque lo suficientemente sólido, amplio, que permita transformar la Constitución desde la perspectiva de la soberanía y la democracia participativa.

Todos sabemos que ahí estará gente de derecha, de ultraderecha, partidaria de la actual Constitución, liberales, socialdemócratas, democratacristianos, conservadores y eso traerá una disputa con los sectores antineoliberales, progresistas, transformadores, de izquierda. Hace un tiempo en redes sociales circuló mucho, no de manera fortuita, fragmentos de un discurso de 1973, de Miguel Enríquez, el histórico dirigente del MIR, donde dijo que el contenido de una Constitución dependerá de la correlación de fuerzas que se expresen en el país. ¿Cómo ves la correlación de fuerzas frente a la elaboración de la nueva Constitución?

Creo que las correlaciones de fuerzas en el país están cambiando. Pero no solo las correlaciones de fuerzas, sino también donde la gente se representa y se identifica políticamente.

Una primera evidencia de aquello es que en el plebiscito el Apruebo (nueva Constitución) tuvo abrumadora mayoría con el 78%, y la instalación de una Convención Constitucional tuvo un 79%. Ahí se expresó una voluntad soberana y fue un indicador claro de que hubo sectores que se desafectaron de su base. Entonces, lo que está cambiando en el país no es solo una correlación de fuerzas en términos de mayoría y minoría, que ciertamente está cambiando, sino que se está transformando y está cambiando la base social de representación e identificación política. Por eso se viabiliza este cambio constitucional, por eso existe tanta adhesión a la movilización social, porque hay un cambio de era, un cambio societal, que se deja sentir con más nitidez.

¿Tú eres de los que piensa que aún está abierta la puerta a que haya modificaciones al reglamento de la Convención, como el tema del restrictivo 2/3 de quórum, de abrir espacio a escuchar a la ciudadanía?

Desde la perspectiva de la lista Apruebo Dignidad no se puede actuar con ninguna lógica de veto respecto a los parámetros con los cuales se va a construir esta Convención Constitucional.

La metáfora de que la Convención tiene rodearse del pueblo para que queden plasmadas las deliberaciones sociales, es una metáfora completamente asertiva de cómo tiene que expresarse la democracia en este período. Cosas que son restrictivas como establecer los 2/3 para aprobar contenidos, tienen que ser revisadas. El reglamento que se construya tiene que garantizar al mundo social una participación deliberativa, temática e incidente. Tiene que haber transparencia respecto a los votos, no puede haber votos secretos, tienen que ser votaciones públicas. La ciudadanía debe tener plena garantía de que este es un proceso abierto al pueblo de Chile y no restrictivo ni limitado a las consideraciones de quienes van a estar en la Convención. Por el contrario, lo que está en discusión, precisamente, es la posibilidad de que las personas se sientan incluidas y protagonistas de este proceso. Las restricciones que se fijaron cuando se legisló el proceso constituyente, es lícito que puedan ser modificadas.