Preso en el estallido social de Chile, pese a que faltan pruebas: ¿15 años de cárcel?

Se lo acusa de incendiar una estación de metro y se pide una condena de 15 años de prisión. Su defensa denuncia que no existen pruebas que acrediten que fue el responsable. La ausencia de un informe de bomberos, poca rigurosidad en las cadenas de custodia y la necesidad de un culpable mantienen a Omar Jerez en la cárcel desde noviembre de 2019.

El 18 de octubre de 2019 es una fecha histórica en Chile. Aquel viernes miles de personas iniciaron una revuelta social que no solo sacudió al «oasis latinoamericano», sino que mostró al resto del mundo las desigualdades de un modelo económico y social heredado de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet (1973-1990)

El estallido ciudadano sin precedentes adquirió, en sus primeros días, múltiples y diversas formas de protestas, entre ellas la destrucción y quema de varias estaciones de metro por decenas los manifestantes. Una de ellas fue la Estación La Granja, por cuyo incendio se le imputa a Omar Jerez, además de otro joven, la responsabilidad por un ataque incendiario contra sus dependencias, cuyos daños han superado los 1,35 millones de dólares.

«La Fiscalía lo intenta incriminar porque es el único que está sin cubrir su rostro. Es el único que se le puede señalar fehacientemente que estuvo en el lugar de uno de los incendios que se produjo. Es lo único que tienen y necesitan culpables», señala a Sputnik Yanira González Henríquez abogada defensora de Omar Jerez.

Para ella, existe claramente una presión política y una presión mediática por este caso, porque hasta hoy son las únicas personas que han podido imputar por el delito de incendio de alguna de las estaciones del tren subterráneo, tras la absolución de los acusados en el caso del metro Pedreros.

«Como saben toda la situación del incendio del metro es bien compleja y generó bastante perjuicios económicos y sociales. Mucha gente se quedó sin poder movilizarse. Entonces, la presión política es bastante, pero la Fiscalía no ha hecho bien su trabajo, e imputó a Omar un delito que no cometió, solo por el hecho de estar ahí. Y sí cometió el delito de daño simple, pero nada más», explica la abogada.

Fueron daños simples

Omar Jerez
© FOTO : GENTILEZA DANIELA FUENTES
Omar Jerez
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Su abogada habla de daños porque esa noche del 18 de octubre, y cómo lo establece la declaración de Omar en el proceso, tras salir a comprar papas fritas junto a su pareja, vio gente manifestándose en la estación La Granja y en la pasarela ubicada en Américo Vespucio con avenida Coronel, y de acuerdo a su relato, cuando llegó vio que salía humo del interior y que las puertas estaban abiertas.

Fue en ese momento que «agarró papa» (se animó) y entró a rostro descubierto al lugar, lanzó una silla rota a los andenes, pateó y zamarreó un pedestal informativo del Metro y, según detalla en su declaración, ayudó a un desconocido a sacar un botiquín que estaba en una oficina con vidrios rotos para ayudar a su hermano que se había herido.

También atestigua que tomó unos papeles cerca de la boletería, los que no pudo encender y decide abandonar el lugar cuando nota que las personas comenzaban a llevarse parlantes y teléfonos del interior. «Cuando me di cuenta que se estaba transformando en un robo y no en una protesta, decidí irme».

Todo esto fue grabado por las cámaras de seguridad del lugar y es justamente esa la prueba de la Fiscalía, la que se mostró en diferentes reportajes de distintos programas de televisión. Una prueba que justamente para la defensa muestra que Omar nunca quemó nada.

Él reconoce, según explica González Henríquez, lo que aparece en el video que fue haber lanzado una silla y haber sacudido y golpeado una señalética que había en la estación, «y eso es indubitado, lo reconoce él, lo reconoce la defensa, eso es lo que hizo».

«Eso, en términos técnicos, a lo más alcanza es a daño simple, porque la cuantía no alcanza para ser daño calificado, el delito técnicamente que él cometió son daños simples», insiste la abogada.

El día que cambió la vida de un país y la de Omar

Omar (izquierda) junto a Daniela, su pareja
© FOTO : GENTILEZA DANIELA FUENTES
Omar (izquierda) junto a Daniela, su pareja
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El 18 de octubre de 2019 Omar Jerez había trabajado todo el día, primero en una empresa de trasportes, y luego desde las 18:00 en un trabajo independiente junto a su hermano Adán. A las 22:30 llegó a su casa, ubicada en la Población San Gregorio. Casi no se había enterado de que Santiago estaba prácticamente paralizada por la revuelta iniciada por miles de personas ese día. Al llegar a casa se duchó y salió junto a su pareja Daniela Fuentes a comprar papas fritas a casa de una vecina.

«Fuimos a comprar papas fritas porque donde siempre comprábamos estaba cerrado, que es al frente de la casa, y justo donde está el Metro hay como un par de casas que venden papas naturales, porque el resto, en todos los otros lados venden papas prefritas y no nos gustan las papas prefritas», relata Daniela en diálogo con Sputnik.

«Entonces fuimos a comprar y vimos que había manifestaciones y había gente como arriba de la estación. Fuimos a mirar, obviamente no íbamos encapuchados porque no íbamos con la idea de manifestarnos. Y mientras esperábamos las papas, el Omar entró», agrega.

La joven recuerda que ella se quedó mirando desde fuera de la estación lo que pasaba, y luego de trascurridos unos cuantos minutos regresaron a casa, sin antes pasar a retirar las papas fritas que habían dejado encargadas. Ya en casa, Omar se acostó temprano porque al día siguiente debía viajar a Cartagena, playa a 100 km de Santiago, a buscar a su hijo.

En la casa, Daniela cuenta que encendió la radio, «y ya empezamos a escuchar de que se había iniciado el estado de Excepción y que iban a salir los milicos. Esa noche fue superestresante porque mi abuelo también es preso político, entonces como que volver a tener a los milicos en la calle, pensé que mis dos abuelos iban a tener mucho miedo», detalla.

Veinte días después de ocurridas las manifestaciones en el metro La Granja, el 7 de noviembre de 2019, a las 19:00, Omar y Daniela fueron interceptados en la calle por Carabineros, y tras preguntarle por sus identidades, el joven fue detenido.

«Salimos y había muchos autos de pacos, y así como nosotros como ¿qué onda?, ¿a quién pillaron?, y seguimos caminando. No le prestamos mucha atención porque es un poco recurrente acá. Y una cuadra antes de llegar a la botillería nos paran».

«Un hombre y una mujer y nos piden el carnet, nosotros habíamos salido sin carnet porque íbamos solamente a comprar y volvíamos al tiro. Y le preguntan el nombre al Omar y claro, dicen ‘andamos buscando a Omar Jerez por el incendio del Metro La Granja’. En ese momento al Omar ya lo detienen».Daniela cuenta que esto pasó a pocas cuadras de donde vivían juntos y donde habían formado su hogar. La joven detalla que ellos se conocieron en una tocata del grupo musical de ska Guachupé, que tiene una hinchada que lo sigue a cada lugar donde tocan, y llegaron a Peumo, localidad de la zona central de Chile y donde nació Daniela.

Omar nació en San Francisco de Mostazal, también en la sexta región, solo que a los 15 años se vino vivir a Santiago, junto con su mamá y sus tres hermanos. Omar es papá de un pequeño niño, que vive en Cartagena, litoral central de Chile, junto con su madre. Su hijo y Daniela han sido quienes lo mantienen firme a Omar en este año que lleva encarcelado.

Colaboración y falta de pruebas

Omar en un recital
© FOTO : GENTILEZA DANIELA FUENTES
Omar en un recital
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La abogada Yanira González Henríquez remarca que Omar en todo momento ha contribuido con la investigación, «siempre quiso colaborar, su forma de hacerlo fue prestando declaración y entregando información importante con respecto a la investigación», lo que es considerado un atenuante, aún no reconocido por el Ministerio Público, según su defensa.

Por ello, les resulta difícil de comprender que se impute incendio, todo sobre la base de un registro audiovisual. «La única prueba que existiría sería un video, pero él no sale incendiando nada, no sale tomando ningún elemento, ni prendiendo algo. Entonces técnicamente no existen pruebas que acrediten, tampoco existen testigos que digan que él participó en el incendio, un informe de bomberos que nunca existió, el del día 18 de octubre».

Esto no es un dato menor, puesto que durante los días posteriores al estallido social se produjeron varias otras quemas y graves daños al lugar, de los cuales sí se hicieron informes, pero hoy la Fiscalía responsabiliza al joven de la totalidad de los daños.

Más aún, la defensa está preocupada porque también ha existido una falta de cuidado y de integridad de la prueba respecto las cadenas de custodia, las que presentan vacíos, lo que significa que estarían mal hechas, explica la abogada, lo mismo que pasó en el caso del Metro Pedrero.

«Las cadenas de custodia se supone que cuando llega una evidencia a un tribunal de cualquier tipo, un video, una evidencia material, como a lo mejor un celular, una polera, un polerón, entran a una cadena de custodia. ¿Eso qué significa? Que todas las personas que tomen esa evidencia deben quedar debidamente registradas. ¿Y qué garantiza esto? Garantiza la integridad de la evidencia, y en este caso no existe tampoco», pormenoriza.

Gran parte de las pruebas, inclusive el video de seguridad de la estación, no cumplen con estos requisitos, asegura la abogada.

Tiempos de cárcel

Lienzo por la libertad de los presos de la revuelta
© SPUTNIK / CAROLINA TREJO
Lienzo por la libertad de los presos de la revuelta
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Daniela, confiesa que este año de prisión ha sido complejo para ella, tanto a nivel emocional como económico. Como técnico en enfermería, en estos tiempos de pandemia, ella esperaba contar con el apoyo de su pareja, como lo hacía antes: «Trabajo en el hospital Padre Hurtado, entonces, siempre que llegaba de la pega, yo le contaba al Omar lo que había hecho, lo de los pacientes, si había tenido problemas».

Recuerda con especial tristeza que, en este tiempo, debió practicar eutanasia a una de sus mascotas, la más regalona, lo que afectó mucho a Omar y a ella por tener que hacerlo estando sola. También señala que ambos compartían los gastos de la casa, hoy todo lo paga ella, a lo que se suma los costos que implica el llevar semanalmente una encomienda, junto con los traslados para ir a la cárcel.Daniela cuenta que Omar está con ánimo, «él es superinteligente, logró hacerse una rutina dentro de la cárcel que consiste en ejercicio, en lectura, tiene televisión adentro, no es bueno para ver tele, pero sí por ejemplo hay programas que ve. Yo trato de entrarle varios libros, me pide harto de filosofía, de sociología, de psicología que es como lo que más le gusta. Se ha hecho técnicas de estudio, de hecho, ahora mismo me pidió un diccionario de filosofía».

Frente a lo que ambos están viviendo, ella cree que el Gobierno en general «se ensañó con los chiquillos. O sea, ¿qué tanto poder necesitas demostrar para tener gente inocente presa? Ellos se quieren mostrar poderosos, y Piñera así quiere demostrar que hay una guerra, y para qué, o sea, son cabros que no le hacen daño a nadie».

Un peligro para la sociedad

Lienzos en apoyo a presos de la revuelta
© SPUTNIK / CAROLINA TREJO
Lienzos en apoyo a presos de la revuelta
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Lo que más le dolió a Daniela fue cuando en el juicio a Omar la jueza dijo que era un peligro para la sociedad. «¿Qué?, ¿por qué va a ser un peligro para la sociedad? Si él trabaja, no le hace daño a nadie, ayuda a los vecinos, rescatamos animales. ¿De qué están hablando? Entonces obviamente hay persecución política para los presos políticos y para la familia también».

Esta opinión la comparte su defensa, que se manifiesta, en el caso de Omar, por insistir en acusarlo solo por ingresar a la estación. «De lo que se agarra la fiscalía es que él estuvo dentro del metro y estuvo cerca de algunos focos de incendio, pero no realizó el tipo penal ‘incendiar’, ni menos ayudar a avivar el fuego, entonces no existen elementos probatorios».Para Daniela, la Fiscalía todavía no tiene a la persona que incendió el Metro. «Esa persona nunca la van a pillar, ¿por qué? Porque yo creo que la inteligencia de Carabineros no existe. El Omar prácticamente se regaló, no sabíamos que iba a ser tan grave. O sea, es que uno no se imagina que van a tener una persona presa por tirar una silla a un andén, ese es el tema. Entonces lo culpan porque es el único al que le vieron la cara, porque si al Omar no le vieran la cara no lo tienen».

«¿Nosotros qué esperamos como defensa? Esperamos que efectivamente sea absuelto de los delitos, no sea condenado por los delitos de incendio ni de daños calificados, sino solamente, si es que tiene que ser condenado o juzgado, debe ser por el delito de daños simples, como señalamos».


Por Carolina Trejo – Licenciada en Historia y Comunicación Social y Periodismo. Ha sido periodista de investigación y realizadora en televisión durante los últimos 20 años. Comenzó en 1997 en el programa de reportajes con más antigüedad de la televisión pública chilena, Informe Especial y luego se incorporó al área de reportajes de Canal 13, donde ejerció de directora, editora y guionista en diferentes proyectos documentales. Ha recibido premios del Consejo Nacional de Televisión de Chile, fue finalista del Premio Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo en 2014. Actualmente es académica de la Escuela de Periodismo de La Universidad de Chile y la Universidad de Santiago.