Franja electoral del plebiscito: ¿Ha logrado conectar con la ciudadanía y las demandas sociales?

SANTIAGO – Mientras los comandos por las opciones de «rechazo» y «apruebo» hacen esfuerzos por captar la atención de los votantes con la franja que se transmite diariamente por televisión, académicos de los Institutos de Comunicación e Imagen (ICEI) y de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile analizan si las propuestas visuales, contenidos y discursos han logrado atraer a quienes deberán presentarse en las urnas el próximo 25 de octubre.

La franja electoral del plebiscito que se realizará este domingo en nuestro país, lleva 27 días al aire desde que se inició su emisión en televisión y redes sociales. Los comandos por las opciones “apruebo” y “rechazo” han recurrido a distintos recursos para captar la atención de quienes acudirán a las urnas y deberán decidir a través de dos papeletas y cuatro opciones, en una instancia histórica que definirá si Chile tendrá o no una nueva constitución política.

Pero la votación es un punto culmine de un proceso social gestado desde hace varios años. El estallido social y las movilizaciones y protestas previas fueron detonantes que contribuyeron, tras el acuerdo conseguido por los distintos sectores políticos, a generar la votación en la que más de 14 millones de chilenos están habilitados para participar, y de esta forma poder modificar la actual carta magna que nos rige desde la dictadura.

En sus primeros días de emisión, la franja televisiva alcanzó un rating promedio de más de 40 puntos en el horario prime (21:00 horas) y 20 puntos al mediodía. Si se observan las cifras relativas a la franja presidencial y parlamentaria de 2017, ésta logró un promedio de 30 puntos de rating en la noche y 15 durante el día.

Al analizar en términos generales la franja del plebiscito, para el académico del Instituto de Comunicación e Imagen (ICEI), Claudio Salinas, el mensaje que se busca entregar, “está desconectado de aquellos valores y de aquellas peticiones que movilizaron a las personas y que de alguna manera presionaron para que los políticos tradicionales pudieran convocar el plebiscito en noviembre del año pasado”. Para el investigador, además, tanto al observar la campaña del “rechazo” como del “apruebo”, ambas son “la expresión del divorcio de una sociedad política respecto de sus bases sociales”.

Por su parte, el también académico del ICEI, Cristian Cabalín, asegura que los comandos y sus intervenciones, “han sido bien poco jugadas, y más bien le han hablado a su elector duro, entendiendo que hay que movilizar un porcentaje de población que permita ganar o no perder tan ampliamente para el caso del rechazo. Por lo tanto, han sido poco osadas, les han hablado a personas convencidas”.

¿Logra captar la atención de los indecisos?

Para Chiaria Sáez, socióloga y académica del ICEI, las campañas políticas, en general, apuestan más a lo emocional que a una cuestión racional, y vincular este sentimiento a la entretención, más que a un argumento duro o analítico. Sobre si la franja puede o ha logrado convencer a quienes aún no tienen claridad de su voto, sostiene que las investigaciones muestran que el impacto es más bien mínimo.

Nunca va a generar un macro vuelco en la opinión pública, sino que tiende más bien a reforzar opiniones y puede ayudar a convencer, pero en una capa muy mínima de la población, y eso tiende a ser más relevante cuando hay una campaña como muy peleada”, sostiene Sáez.

Refuerza la académica del ICEI, su idea, planteando que «también es importante entender que nuestro consumo de medios, de información ocurre en un contexto familiar, social, de amistades, laboral, entonces en realidad las personas se forman su opinión desde distintas fuentes”.

Por su parte, la académica del INAP, Mireya Dávila sostiene que “es súper difícil saber, hay un montón de variables y yo creo que la franja es un porcentaje, no mayoritario, más bien minoritario, el impacto que puede tener. Yo no pondría ahí la explicación, yo esperaría los resultados del plebiscito para ver si afectó o no”.

Contenido, mensajes y otros recursos

Para Claudio Salinas, ambos comandos y sus propuestas carecen de argumentos. A pesar de ello -a su juicio- la campaña de la opción “apruebo” y convención constitucional, tiene “más luces”. “Por ejemplo, en que te ofrezcan razones de porqué es importante, argumentos. Si bien, cuando esos argumentos son procesados por los partidos políticos, tradicionales, aparecen inmediatamente deslavados, porque ellos más bien fueron presionados a llegar a esto. Sin embargo, apelan al intelecto de las personas”, sostiene.

Desde la otra vereda, sostiene que el rechazo, “en su globalidad, muchas piezas audiovisuales se parecen a la campaña del sí, de fines de los ochenta, no hay ningún argumento en el fondo”. Agrega que “no apelan al intelecto, apelan primero a un grupo que le gusta el sistema, el modelo y apelan a frases, no hay argumentación, no hay una construcción intelectual al respecto, no hay ninguna razón”.

Para el académico Cristian Cabalin los mensajes a través de la franja intentan acercar el plebiscito a la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, explica que son estrategias comunicacionales ya ocupadas en otras instancias similares. “Tanto el almacén, como el mecánico, que de vez en cuando aparece, ya son recursos utilizados pero que evidentemente suman y no atentan contra las campañas porque evidentemente lo que están tratando de hacer es mostrar que el plebiscito va a afectar la vida cotidiana de las personas”.

Para el investigador del ICEI, lo más novedoso tiene que ver con la presencia de grupos religiosos. «Nunca habían estado tan abiertamente expuestos en una campaña, lo que demuestra cuán importante está siendo la religión en algunas elecciones».

Otro aspecto analizado es la aparición de personajes de telenovelas transmitidas por televisión abierta. La socióloga Chiara Sáez, considera como positivo este recurso, porque “ha sido un acierto en términos de generar simpatía, cercanía con un argumento». Pero advierte que «la afinidad no se da racionalmente, se da como por la evocación que hay ahí”. Coincide la profesora Mireya Dávila: “hacen que tengan como una cierta cultura común, y eso yo creo que es positivo, del punto de vista de convocar”.