SANTIAGO – Mientras algunos se preparan para recibir temperaturas más cálidas durante las próximas semanas y disfrutar tardes con mayor luz solar, otros comienzan a sufrir con el picor de ojos, nariz y garganta producido por la polinización de árboles, pastos y malezas, síntomas de alergia que pueden ser confundidos con los del COVID-19. La inmunóloga, María Antonieta Guzmán, y el broncopulmonar, Felipe Rivera, ambos del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explican cómo identificar los síntomas de ambas enfermedades.
A diferencia de lo que muchos creen, el factor más importante que puede hacer que desarrollemos una alergia son los antecedentes familiares que tengamos. Si tanto la madre como el padre sufren de alguna reacción alérgica, ya sea del tipo dermatitis atópica, rinitis, asma bronquial o alimentaria, el riesgo de que los hijos puedan sufrirla es de un 70 por ciento. Sin embargo, otro factor no menor, es el ambiental. Se trata de la reacción que nuestro cuerpo puede producir al estar en contacto con alérgenos, sustancias como polen y polvo.
Actualmente, entre un 20 a 30 por ciento de los chilenos sufre alergias respiratorias, las que se intensifican con un alto índice de polinización. En el contexto actual de pandemia, surge la duda de cómo diferenciar los síntomas o sospechas de una alergia con los del coronavirus. Los especialistas coinciden en que son clave la picazón de nariz y ojos para confirmar la presencia de una rinitis, síntoma inequívoco de la enfermedad.
El médico broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH), Felipe Rivera, sostiene que tomando en cuenta que “en cualquier cuadro respiratorio agudo que (el paciente) tenga tos, que pueda o no tener fiebre, decaimiento, o problemas bronquiales y ahogos, tiene que descartarse el virus”.
Asimismo, plantea que una persona alérgica que tiene antecedentes familiares o ha desarrollado la afección antes debiese conocer ya su tratamiento. Advierte que, dentro de los síntomas, un alérgico o alérgica, “tienen rinorrea, líquido que sale de la nariz, estornudar, pica la nariz, y eso es poco frecuente que lo provoque el COVID-19”. En el caso de este último, recuerda que los síntomas son fiebre, dolor de garganta al tragar, decaimiento, molestias musculares, e incluso diarrea.
Además, aclara que la alergia no es más allá que una respuesta tremendamente exagerada de un mecanismo defensivo, tratando de defenderse de algo que no necesariamente es un ataque.
Pero, ¿se podrían confundir ambos cuadros clínicos?
«En teoría sí, pero en la práctica un acucioso examen físico hace no tan difícil diferenciarlo. No obstante, si yo tengo un paciente que esta decaído que tiene una especie de cuadro que impresiona como infeccioso, uno debe pensar que es COVID-19, hasta que no se compruebe lo contrario”, advierte Felipe Rivera.
Coincide la inmunóloga y jefa del Servicio Inmunología, VIH y Alergias del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, María Antonieta Guzmán, con que los síntomas de una alergia no son similares a los que reporta un contagiado de coronavirus. De todas maneras, plantea que “si es una persona que no tiene historia de alergia y que de repente empezó a sentirse mal, que puede pasar en las alergias, a lo mejor sería juicioso, hacer una PCR y que todo el mundo se quede tranquilo, y ahí pasar a estudiarle la alergia propiamente tal”. La recomendación es visitar al médico si los síntomas empeoran o se hacen persistentes.
Confinamiento: ¿El encierro y las cuarentenas pueden contribuir a reducir los síntomas de las alergias?
Sí. Según explica Felipe Rivera, las alergias más frecuentes se producen en pastos o elementos vegetales. Además, dice que “al estar encerrados en la casa es menos probable”, de que suframos una crisis o nos veamos expuestos. Otro factor a considerar, son las mascotas. “Hay gente que cuando entra en contacto con un gatito o con un perro, específicamente con la caspa de los animales empiezan a estornudar, a cerrársele el pecho, a tener ‘pititos’ en los bronquios, entonces va a depender a qué sea alérgico”, sostiene.
Por su parte, la inmunóloga del HCUCH, María Antonieta Guzmán, recomienda no automedicarse y siempre recurrir a un especialista. Asegura que los pacientes con coronavirus, “no deberían recibir las inmunoterapias hasta que se mejoren del COVID-19 y los pacientes con rinitis alérgica en época de pandemia que están con inmunoterapia, tienen que seguir con su tratamiento”.
Tipos de tratamiento
Ambos especialistas coinciden en que es primordial tener un diagnóstico acucioso para poder determinar qué camino seguir. Esto permitirá identificar cuál es el componente principal. El doctor Rivera explica que, “si es rinitis, usar un antihistamínico, pastillas que bloquean la acción de los principales mecanismos productores, que es la histamina y la serotonina, e inhaladores nasales de corticoides, y evitar por supuesto los alérgenos”. Ahora, si se trata de una alergia bronquial como asma se recomienda usar inhaladores.
A su vez, la doctora Guzmán, aconseja que en el contexto actual de pandemia, los pacientes utilicen sus tratamientos como habitualmente lo han hecho. “El paciente que tiene rinitis alérgica no tiene más riesgo de hacer COVID-19, de infectarse. (..) sería un factor positivo de la inflamación alérgica porque disminuye la expresión del receptor por donde entra el virus a la célula epitelial”, concluye.
Por Maritza Tapia – U. de Chile.