Un análisis del profesor de Economía Política Oskar Nupia da cuenta de que más de un tercio de los senadores colombianos de la legislatura 2006-2010 fue a prisión. La cifra, generada a partir del escándalo de la parapolítica, muestra que el porcentaje de congresistas encarcelados supera al promedio de toda la sociedad.
El arresto del expresidente y senador Álvaro Uribe generó un sacudón político en Colombia, al lograr someter a la Justicia a uno de los dirigentes políticos más influyentes y controvertidos del país. Pero lo que puede parecer una excepción no lo es tanto en el país sudamericano, donde más de un tercio de los senadores de la pasada legislatura acabaron encarcelados.
En efecto, Uribe —bajo prisión domiciliaria en el marco de una causa que los investiga por supuesto fraude procesal y soborno— es solamente el caso más sonado de una larga lista de legisladores que estuvieron en la mira de la Justicia colombiana, tal como evidencia un análisis del profesor de Economía Política de la Universidad de los Andes, Oskar Nupia, en la revista La Silla Vacía.
Para su análisis, Nupia tomó dos legislaturas: la que se extendió entre 2006 y 2010 —último mandato de Uribe como presidente— y que comenzó en 2010 y finalizó en 2014. Para su estudio, Nupia recopiló información de medios de comunicación, que dieron cuenta de las sucesivas detenciones de los legisladores.
Y si bien tomó en cuenta un período total de ocho años, el reporte de Nupia se centra especialmente en el período 2006-2010, el que considera particular «por el fenómeno (la aberración) de la parapolítica».
¿Qué es la parapolítica?
El término parapolítica fue acuñado en Colombia para referirse al escándalo político surgido a partir de la revelación de vínculos entre el sistema político y grupos paramilitares, en especial las Autodefensas Unidas de Colombia (UAC).
El relevamiento de Nupia da cuenta de que el 38% de los senadores electos para la legislatura 2006-2010 fueron encarcelados. El porcentaje bajó a 14% entre los senadores de la legislatura 2010-2014, donde varios de los legisladores procesados repitieron.
«Si uno toma el total de senadores (personas, no sillas) que pasaron por las dos legislaturas y el total de los que pasaron o están en la cárcel, la ‘tasa de encarcelamiento’ es del 27 por ciento», agrega en analista.
El fenómeno que Nupia describe con cifras está enteramente ligado al escándalo desatado en noviembre de 2006 con la detención de los entonces congresistas Jairo Enrique Merlano, Álvaro García Romero y Erik Morris. Fueron las primeras detenciones del escándalo de la «parapolítica», que se había generado a partir de información encontrada en una computadora perteneciente al jefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, conocido como Jorge 40.
En los años siguientes, más de 90 congresistas colombianos fueron investigados por la Justicia por su relación con grupos paramilitares. De ese total, unos 56 eran senadores, aunque no todos fueron encarcelados. La mayoría pertenecía a partidos que respaldaban el Gobierno de Álvaro Uribe.
El escándalo de la parapolítica puede haber parecido una excepción en la historia de Colombia. Sin embargo, el país ya había tenido un antecedente de congresistas procesados con el denominado Proceso 8.000, que investigaba si el narcotráfico había financiado la campaña de Ernesto Samper, presidente de Colombia entre 1994 y 1998.
Samper acabó siendo absuelto por el caso pero unos 26 congresistas acabaron procesados por la Justicia.
Más allá de lo llamativo de los casos, el análisis aporta otro dato sorprendente: al comparar la cantidad de congresistas encarcelados con la de civiles encarcelados, se obtiene que los senadores tienen una tasa de encarcelamiento de entre 6 y 81 veces más alta (según se tome el dato de crecimiento de presos entre 2006 y 2018 o la suma de los presos de cada año en ese período).