SANTIAGO – Desde el inicio de la pandemia, los Centros de Salud Familiar (Cesfam), Centros Comunitarios de Salud Familiar (Cecosf), postas rurales y los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (Sapu) han realizado un trabajo silencioso de vigilancia epidemiológica. Esta labor fue desarrollada de manera más bien artesanal hasta que se encargó a la Atención Primaria de Salud (APS) hacerlo de manera coordinada. ¿Cuál es el rol que tendrán post pandemia, y cuál es la experiencia internacional en la materia?, es lo que analizan académicas del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar (APSF) de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.
A inicios de la crisis sanitaria, las autoridades entregaron la tarea de realizar la trazabilidad a las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud (Seremi), trabajo que dejó de generar reportes el 15 de abril y que no se retomó hasta el 6 de junio, fecha en que salió publicada en el Diario Oficial la norma que dispone que los establecimientos de Atención Primaria de Salud ejecuten las medidas relacionadas con la identificación de los contactos estrechos de personas diagnosticadas con Covid-19, además de efectuar las tareas de diagnóstico.
En julio se publicó el protocolo de la estrategia TTA para el control de la pandemia (Testeo-Trazabilidad-Aislamiento), que entre sus principales funciones menciona la realización de testeo activo, lo que implica la búsqueda de poblaciones con mayor riesgo de contagio, el traslado de pacientes que requieran aislamiento en sus domicilios o en residencias sanitarias y la coordinación de dicha movilización, además de llevar registro de los casos a través de la plataforma EPIVIGILA.
El silencioso trabajo de la APS durante la pandemia
Las unidades de Atención Primaria, a modo general, se encargan de realizar un trabajo con las comunidades que es principalmente preventivo, y también relacionado con la promoción de la salud desde una perspectiva integral que impulse el trabajo y la participación comunitaria, además del trabajo relacionado con lo curativo y de rehabilitación, así como también, de mantener los controles de morbilidades crónicas.
Dentro de las unidades de APS, la medicina familiar juega un rol crucial debido a su formación profesional orientada a desarrollar habilidades y competencias en constante apoyo hacia las comunidades. La académica del APSF de la Facultad de Medicina, Lidia Campodónico, señala que la medicina familiar está orientada a “comprender y asistir la salud personal, familiar y poblacional como el resultado de determinantes sociales, promoviendo el manejo consensuado de problemas de salud desde un enfoque integral”.
Desde que la pandemia llegó a Chile, este trabajo fue reemplazándose hacia uno orientado al Covid-19, por lo que se modificó el trabajo original de la APS hacia uno conectado con el coronavirus. Tal es el caso de la entrega de informaciones y educación comunitaria como medida preventiva al virus, además de entrega de estos consejos a familias y contactos estrechos de personas contagiadas. A esto se sumó la realización de testeo para identificar nuevos casos, la realización de trazabilidad (seguimiento de casos positivos) a sus contactos estrechos, a casos probables y a casos sospechosos. También se empezaron a realizar atenciones médicas a personas con síntomas sospechosos de SARS-COV-2, trabajo coordinado con los municipios para considerar otros aspectos que pudiera afectar la calidad de vida de las personas (alimentación, trabajo, etcétera).
La también académica del APSF, Mónica Nivelo, destaca el potencial que tiene la atención primaria para el manejo de situaciones de crisis; sin embargo, señala que lamentablemente no fue aprovechado por parte de las autoridades sanitarias. “Habiendo tenido la infraestructura y organización para enfrentar de la mejor forma posible la pandemia, la autoridad sanitaria desperdició la oportunidad de la perspectiva de la prevención, ya que curar es lo último. Hay que pensar en cómo hacer que las personas no lleguen al hospital y menos al ventilador”.
En este punto coinciden con la académica del mismo Departamento, Alicia Arias-Schreiber, quien agrega que el rol de la Atención Primaria no está dado para un contexto sanitario particular sino en la articulación de esta tarea dentro de las comunidades. “La APS ha jugado un rol muy invisibilizado pero crucial, porque son los actores de la autoridad sanitaria que están en el territorio, la gente no canaliza sus miedos o preocupaciones ni con el ministerio de salud ni con los hospitales, sino, con los dispositivos que están ahí insertos en el territorio”, señala.
La experiencia de APS fuera de Chile
En abril de este año, el médico y especialista en medicina familiar y comunitaria español, Sergio Minué Lorenzo, publicó un artículo titulado “Contra el coronavirus: más Atención Primaria que nunca”, en donde señala, a grandes rasgos, la relevancia de la APS para el manejo de la pandemia desde el punto de vista de las ventajas que presentan las unidades en relación con la accesibilidad, el costo y la coordinación, señalando que “nadie está mejor ubicado y preparado para ello que la Atención Primaria”.
Un claro ejemplo de lo mencionado por Minué es lo ocurrido en Uruguay, país latinoamericano de baja población, pero que ha logrado mantener las cifras de contagiados y fallecidos por debajo de sus países vecinos. Uno de los puntos clave del éxito de Uruguay se centra en su modelo de salud universal, en donde la Atención Primaria juega un rol clave, ya que los médicos de familia han estado realizando atenciones y testeo activo en las comunidades para evitar que las personas deban ir a los hospitales, para que de esta forma se reduzca la movilidad y se evite el colapso de los hospitales.
Otro país ejemplar fue Costa Rica durante la primera ola de contagio de virus, ya que este país centroamericano cuenta con un servicio de atención primaria que ha sido clave para combatir al Covid-19, que logró contener la transmisión comunitaria en el país, poniendo a estas unidades a realizar el trabajo de detección para evitar el colapso del sistema de salud en los hospitales. Solo recientemente han tenido importantes rebrotes considerada una segunda ola.
En España la situación fue diferente. Si bien el país europeo cuenta con un sistema de Atención Primaria universal a través de los Centros de Atención Primaria (CAP), las cuales responden a sus territorios de manera similar a lo que ocurre en Chile, recién a mediados de junio se elaboró y publicó una guía técnica para el manejo de la pandemia desde la atención primaria.
La estrategia TTA y los desafíos pendientes
Desde mediados de julio que las unidades de Atención Primaria se encuentran desarrollando de manera centralizada la estrategia definida por el Ministerio de Salud centrada en el testeo activo, trazabilidad de casos y aislamiento efectivo de pacientes. Para dar un efectivo seguimiento diversos gremios de la salud en conjunto con académicos realizan un monitoreo cada diez días para visualizar el cumplimiento y las falencias que presenta la estrategia hasta la actualidad, con la finalidad de optimizar el trabajo.
Entre los principales problemas que se han encontrado tienen relación con el traspaso efectivo de recursos para movilización, y equipo humano capacitado para este trabajo. La profesora Campodónico menciona que además de los problemas señalados, uno de los principales desafíos que presenta la estrategia es su definición tardía, ya que esta debería haber comenzado junto con la pandemia en el país.
“Existe un alto porcentaje aún de ausencia en seguimiento de casos positivos, sospechosos o probables, además de una ausencia de políticas públicas con enfoque de riesgo, sin considerar la falta de protección económica a gran parte de la población”, señala la experta. Al respecto la Dra. Nivelo menciona que se ha demostrado (en el monitoreo) que los recursos han llegado tarde, lo cual se evidencia en la toma de muestras. “Todavía no hay acceso a la PCR de la forma que nos permita tomar decisiones con respecto al desconfinamiento, porque para eso debes tener claro cómo se está comportando el virus”, indica.
Entre los desafíos pendientes para la APS, la académica Arias-Schreiber señala que los retos que presenta la estrategia de TTA están relacionados con la sostenibilidad de la estrategia. “No se trata solamente de que se implemente bien, sino que pueda ser sostenida en el tiempo, porque no sabemos si esto viene por uno o dos años más, entonces es importante tener la certeza de que se tendrá recursos para su ejecución de aquí para adelante”.
Para la Dra. Nivelo, los desafíos están orientados en retomar las labores que realizaba antes de la pandemia, además de continuar el trabajo que se ha estado realizando. “Debemos retomar más fuertemente el trabajo promocional y preventivo, sumado con la rehabilitación de pacientes afectados por Covid-19 reorganizando nuestra estructura de trabajo para recibir y apoyar a las personas que lo necesiten habilitando un programa y capacitándonos para ello”, concluye.
Por Matías Marín – Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Universidad de Chile