La mafia calabresa de Rocco Morabito: mapa delictivo de la ‘Ndrangheta en el Cono Sur

El caso del aún prófugo Rocco Morabito, conocido como el ‘rey de la cocaína de Milán’, y la reciente captura de uno de sus presuntos cómplices en Argentina permiten vislumbrar algunas de las lógicas de funcionamiento de la mafia italiana. Sputnik habló con especialistas para analizar y comprender cómo opera la ‘Ndrangheta en América del Sur.

Cuando el italiano Rocco Morabito se fugó junto con otros tres presos de la Cárcel Central de Montevideo, escapando por la azotea del edificio en la madrugada del 24 de junio de 2019, el Ministerio del Interior uruguayo se mostró firme en que lograrían recapturar al delincuente conocido como el rey de la cocaína de Milán.

Morabito, uno de los capos mafiosos de la organización delictiva italiana ‘Ndrangheta, se encontraba preso en Montevideo desde 2017, donde esperaba su extradición a Italia.  En agosto de 2019, un mes y medio luego de la fuga y sin pistas del paradero del calabrés, la Cárcel Central fue cerrada.

A fines de julio, ahora en la provincia de Buenos Aires, tres presuntos integrantes de la misma organización criminal fueron detenidos en los barrios de Palermo y Cañuelas por la Policía Federal Argentina.

Uno de ellos, Ferdinando Sarago, apodado Il vecchio (El viejo), era quien debía trasladar los 50.000 euros que financiarían la fuga de Morabito de la cárcel montevideana. Así lo habían acordado telefónicamente —la llamada fue interceptada por la Policía italiana— Antonio Morabito, hermano de Rocco, y un tal Carmelo Aglioti, italiano que, meses antes de la fuga, viajó a Argentina y se reunió allí con Sarago. La Justicia, sin embargo, no ha logrado comprobar la participación del último en el traslado del dinero. Con o sin él, la fuga se efectuó.

El italiano Rocco Morabito, prófugo de la Justicia italiana y fugado de una cárcel en Uruguay
© FOTO : MINISTERIO DEL INTERIOR DE URUGUAY
El italiano Rocco Morabito, prófugo de la Justicia italiana y fugado de una cárcel en Uruguay
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Comprender la complejidad de los entramados mafiosos, sus lógicas y su funcionamiento, puede explicar, al menos en parte, las dificultades e incapacidad del aparato policial, judicial, y de todos los órdenes institucionales en la tarea de desentrañar el gigantesco negocio mundial que manejan estas organizaciones criminales.

Cuál es el origen de la mafia en Italia, cómo aparecen en América del Sur y cómo se vinculan con el narcotráfico local son algunas de las preguntas que Sputnik hizo al filósofo e investigador italiano radicado en Argentina Rocco Carbone, quien se ha dedicado al estudio de las lógicas mafiosas.

‘Ndrangheta: la maestra entre las cuatro mafias italianas

Cuando le preguntan sobre el tema, lo primero que aclara Carbone es que siempre hay que hablar de mafias en plural, al menos en lo que refiere a Italia. El origen de estas organizaciones criminales data de entre 1860 y 1870.

«El crimen organizado italiano más o menos como lo conocemos ahora aparece en un momento de transición histórica, cultural y política», explícita. Por ese entonces comienza el ocaso del Reino de las Dos Sicilias, gobernado por la corona borbónica, que ocupaba los territorios que van desde Nápoles a Palermo, luego reemplazado por un orden centralizado y democrático bajo el nombre de Reino de Italia.

Según cuenta Carbone, había organizaciones que no eran reconocidas como mafiosas, pero que, durante el régimen monárquico, ofrecían a los señores feudales, y a los mismos monarcas, servicios vinculados con la violencia privada, con el fin de atender conflictos que no podían resolverse por vía institucional. Tras la implosión del feudalismo, estas organizaciones se volvieron algo así como «cuentapropistas», simplifica Carbone, y formaron los grupos precedentes de las actuales mafias.

Son cuatro y las cuatro tienen origen en el sur. La Cosa Nostra, de Sicilia, que tuvo la hegemonía económica mundial hasta la década de los 90, luego de fuertes conflictos contra el Estado Italiano. La Camorra, de la ciudad de Nápoles, región de Campania; la Sacra corona unita, de Apulia, y la ‘Ndrangheta de Calabria.

«La Ndrangheta hoy en día tiene la hegemonía del crimen organizado italiano y de raíz italiana en el mundo. Es de las más potentes de las cuatro familias, por el volumen de personas que mueve y porque opera en los cinco continentes que integran el mundo. Hoy en día es el cártel más poderoso de distribución que se ocupa del narcotráfico y de las triangulaciones del narcotráfico entre América Latina, África y Europa», resume.

La ‘Ndrangheta en el Cono Sur

Los negocios de la ‘Ndrangheta en América del Sur abarcan los territorios de Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia, Perú y Colombia, relata Carbone y aclara que esto «hasta donde se sabe».

Integrantes de las distintas ‘ndrinas, como se les conoce a las familias mafiosas, comenzaron a instalarse en el Cono Sur durante las olas migratorias de antes y después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y luego de la Segunda (1939-1945).

«La lógica de los mafiosos está vinculada con el poder, y con la violencia. El principio estructurante, la economía criminal, es una economía que se balancea entre la legalidad y la ilegalidad. El dinero ilícito se obtiene y se inserta luego en actividades legales, en los pliegues de las instituciones», explica Carbone.

Estas primeras familias se instalan, se relacionan en clubes, desarrollan diversas actividades económicas, acumulan capital y comienzan a formar parte de las organizaciones sociales y políticas. En paralelo, sin embargo, comienzan a organizarse, a vincularse entre sí, y a gestar la serie de redes de actividades ilegales hoy consolidadas.

«Las mafias operan tanto dentro de la sociedad civil como dentro del Estado», subraya, y es precisamente esa capacidad de inserción en todos los órdenes sociales lo que les permite una presencia y control de las instituciones para las que, paradójicamente, son irrastreables.

El caso de los tres hombres detenidos en julio en Buenos Aires es un buen ejemplo para comprender las lógicas de la ‘Ndrangheta, dice Carbone. Dos son italianos y uno, Il vecchio, es argentino con nacionalidad italiana. «Esos señores, según los investigadores, estarían operando en Argentina desde hace por lo menos 40 años. Tenían la función del front desk«, señala.

Los front desk, o mesa de entrada en español, se ocupan de las tareas «administrativas», la gestión de los traslados de dinero y de droga. El cometido de Sarago de llevar a Uruguay el dinero para la fuga de Morabito, por ejemplo. «Es muy interesante conocer que eran front desk porque permite ver que debajo de los tres señores está presente toda una estructura criminal», puntualiza.

Operatividad y vínculos

El escritor y periodista uruguayo Antonio Ladra se ha dedicado, entre otras cosas, a estudiar el narcotráfico en Uruguay. Según cuenta, la ‘Ndrangheta ha sabido vincularse con la Primeiro Comando da Capital (PCC) brasileña, una de las organizaciones criminales más poderosas de la región, con unos 200 millones de dólares anuales de ganancia y unos 20.000 efectivos operando en el territorio.

El PCC controla buena parte del territorio brasileño, especialmente las rutas de tráfico entre Brasil, Bolivia y Paraguay, lo que hace evidente la necesidad del vínculo entre ambos grupos. «El acuerdo que tienen estas dos organizaciones, la ‘Ndrangheta y el PCC, es todo lo que hace a la logística dentro de América Latina», dice a Sputnik.

La cadena de tránsito de drogas parte desde Colombia y Bolivia, donde se cultiva la cocaína. Para distraer sobre su origen, se opta por cargamentos que parten de otros puertos, como el de Santos o Paranaguá en Brasil, el de Rosario o Buenos Aires en Argentina, o el de Montevideo.

Una parte de las drogas queda en el camino, para el comercio local, distribuida bajo los acuerdos pertinentes de las respectivas organizaciones. El destino final de las toneladas de drogas traficadas —los ingresos de la actividad total de ‘Ndrangheta oscilan entre los 40.000 y 50.000 millones de euros anuales— es Europa.

Los front desk se vinculan con intermediarios para efectuar sus operaciones. «Hay toda una red de corrupción que se desarrolla en todos lados porque es un negocio muy grande y pueden coimear por todos lados», explica. El caso de los 4.500 kilogramos de cocaína que partieron del Puerto de Montevideo y fueron incautados en Hamburgo —un punto de llegada recurrente— en 2019 es un buen ejemplo, dice. El único imputado fue Martín Mutio, empresario uruguayo de 32 años en aquel entonces.

Mutio, que contaba con antecedentes por falsificación de documentos y estafa, debió crear la empresa exportadora CSA, en cuyos contenedores fue hallado el cargamento que, dice Ladra, era propiedad de la ‘Ndrangheta.

Como este se conocen muchos casos más. Los puertos desde donde salen los cargamentos y los que los reciben se conocen, subraya. «Santos [en Brasil] es el puerto por donde sale la mayor cantidad de cocaína del continente», asegura.

Dónde está Morabito

Una de las hipótesis más fuertes sobre el desconocido paradero de Morabito es que está en territorio brasileño y que lo protege la PCC, plantea Ladra, y recuerda que, antes de residir en Uruguay bajo el falso nombre de Francisco Capeletto, el jefe ‘ndranghetista había vivido en Brasil.

«La fuga de Morabito ha sido una fuga no violenta, cinematográfica por así decirlo», evalúa Carbone, y dice que eso permite suponer una «infiltración o cooptación de ciertos personales que trabajaban en el instituto penitenciario y que ayudaron a su fuga».

«Si uno mira la experiencia del Estado italiano y la lucha contra el crimen organizado del tipo mafioso, lo que se puede entender es que una vez que un Estado identifica que en su territorio hay clanes mafiosos que operan lo mejor que puede hacer es limitar su accionar», plantea.

Según Carbone, la lucha antimafia italiana, aunque ha logrado contener, limitar el funcionamiento mafioso, no ha logrado desestructurarlo. Al Estado debe sumársele una «conciencia cívica muy grande» para pensar a largo plazo en la posibilidad del terminar con el fenómeno. De lo contrario, advierte, «será casi imposible».