¿Cómo vendrá el presupuesto en salud 2021?

SANTIAGO – Preocupación existe respecto al presupuesto del sector salud para el próximo año bajo la actual crisis sanitaria. Si bien reducirlo, sería suicida para el Gobierno, se teme que no contemple aportes a la deuda de arrastre -agudizada bajo pandemia- y que su incremento se haga mediante partidas paralelas que luego de transcurrida la emergencia, se eliminen con facilidad. 

“Hay que aumentar el gasto per cápita para la atención primaria. Más aún, creo que tenemos que aumentar el porcentaje del PIB de Chile destinado a salud, porque si nos pilla otra pandemia, que va a ocurrir, vamos a tener problemas”, dijo el ministro de salud, Enrique Paris, ante el Congreso,  a poco de asumir su cargo.

Aunque estas  palabras parezcan bien intencionadas, aún no hay luces de que así vaya a  ocurrir. Por el contrario, se temen iniciativas regresivas.

Confusam ya denunció la posibilidad de que el Gobierno trate de recortar recursos de APS en 2021. “Bajo la nueva metodología de base cero ajustada que se está implementando desde el Ministerio de Hacienda, se pretende dar un verdadero tijeretazo a  la salud pública y -sobre todo- a la atención primaria”, expresa preocupada la presidenta de nuestra organización, Gabriela Flores. La dirigenta enfatiza que rechazan la forma en que se construye el próximo presupuesto, “porque ni la peor crisis sanitaria ha logrado que este Gobierno entienda la importancia de fortalecer la salud pública para evitar otro desastre como el que estamos viviendo”.

MENOS GASTO QUE EN UN AÑO NORMAL 

“No creo que sea factible reducir el presupuesto en salud, sería un suicidio político”, expresa – por su parte- el presidente de la Fundación Creando Salud, Matías Goyenechea. El experto considera que la tendencia será mantenerlo o reajustarlo de acuerdo al IPC, en un rango cercano al 3 por ciento.

Lo que sí preocupa al profesional, es que “tenemos una mochila de gasto de arrastre en la APS, al menos de 3 mil pesos en el per cápita  basal; mientras que en el sector hospitalario alcanza entre 400 a 500 mil millones de pesos”.  En resumen, afirma, “necesitamos que se inyecten 700 mil millones solo para normalizar”. Añade que, además, se ha sumado otro grave problema durante la pandemia: solo en GES se han dejado de hacer cientos de miles de intervenciones, lo que implica que muchos problemas de salud están postergados, y en algún momento habrá que enfrentarlos.

Advierte que lo más probable es que no haya recursos adicionales para absorber la demanda no satisfecha  al término de la crisis, y la autoridad vuelva a “insistir en la reforma al  Fonasa para que los actores privados solucionen los requerimientos acumulados y se les entreguen nuevos recursos”.

Por último, Matías pone el dedo en la llaga, diciendo que al 31 de mayo, se habían traspasado 89 mil millones extras a salud, cifra inferior a la de los últimos cinco años a igual mes: “los recursos adicionales son casi dos veces menores a los normalmente entregados”, afirma. Y enfatiza que, “evidencia una falta de preparación para enfrentar el Covid-19 y la tendencia de conducir la crisis sanitaria bajo una lógica de austeridad fiscal”.

FONDO COVID

Por su parte, Manuel Gajardo, economista y asesor del Directorio de Confusam, señala que se debe diferenciar entre el presupuesto normal con gastos permanentes y el Fondo Covid que se discute hoy en el Parlamento. Precisa que este último se extenderá por dos años y constará de US12 mil millones, estipulando que US400 millones irán a atención primaria y otros 120 a los municipios.

Plantea que no habrá menos recursos para salud el próximo año. Lo que ocurrirá, “es que el aumento extraordinario será transitorio en el marco del Fondo Covid”. El problema, alerta, vendrá cuando se acabe la urgencia de la pandemia: la red de salud pública no se habrá fortalecido, “porque los gastos permanentes no se elevarán, ya que este fondo será paralelo al presupuesto. Y pasada la crisis, nos quedaremos con menos porque los requerimientos habrán crecido”.

PRESUPUESTO BASE CERO AJUSTADO

Lo que ya es un hecho es que bajo la lógica del presupuesto base cero ajustado que se está aplicando a todos los servicios, mermarán los recursos respecto de lo asignado este año.  Manuel Gajardo explica qué se trata de una técnica de recorte de gasto, que toma como línea base lo asignado el 2020 y sobre eso se está reduciendo un diez por ciento.

Expresa que en marzo, la DIPRES informó que cambiaría la forma de diseñar el presupuesto. Hasta ahora, señala, se operaba con un presupuesto inercial: “Gastabas y seguías gastando año a año lo mismo actualizado por IPC; y si presentabas algún proyecto nuevo  y se justificaba te podían dar nuevos recursos”. Pero ahora se estableció una metodología que viene del mundo privado. Esta conlleva que las empresas para elevar sus márgenes de ganancia deban disminuir costos. “Es para apretarse el cinturón”, clarifica el entrevistado, aunque declara que todavía no se sabe si también operará para el sector salud.

La justificación de este cambio fue la crisis sanitaria pero una vez que surgió el Fondo Covid, ese argumento quedó eliminado. Sin embargo, el Gobierno ha seguido adelante porque  el objetivo real -concluye Manuel- es hacer reducciones estructurales en el gasto. Es decir, de largo plazo.


Por equipo revista Confusam.