Médicos residentes de Madrid se plantan: quieren convertir los aplausos en derechos

El 13 de julio inicia en Madrid la huelga indefinida de los residentes de Medicina y Enfermería. Exigen a la Consejería de Sanidad de Madrid un convenio colectivo que les garantice mejores condiciones laborales y salariales. Las autoridades regionales aseguran que las peticiones son «inasumibles».

«Convertir los aplausos en derechos», ese es el objetivo final que persiguen los residentes de Medicina y Enfermería de Madrid, un colectivo que lleva tres años luchando por un convenio que mejore sus condiciones laborales y salariales.

Sheila Justo, presidenta del sector de médicos jóvenes de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), explica que los sanitarios residentes llevan desde el 22 de mayo intentando obtener una respuesta por parte de la Consejería de Sanidad de Madrid sobre el convenio colectivo que está puesto sobre la mesa y sobre los reclamos surgidos en medio de la pandemia. Asegura que la reiterada falta de respuesta de las autoridades los ha obligado a tomar decisiones más drásticas, como la huelga indefinida.

«Nos hemos visto obligados porque sus intenciones naturales de negociación no se han visto en ninguna propuesta tangible y ni nos han respondido. Ya en un último momento dijeron que estaban dispuestos a negociar, pero vemos que esto lo que busca es dilatar los tiempos e intentar desconvocar un conflicto sin nada a cambio. El conflicto está planteado porque necesitamos obtener resultados. No esperábamos que el conflicto fuera así, pero, finalmente no nos han dejado otra opción», asegura Justo.

​Unos 4.600 profesionales de la salud están convocados a esta huelga indefinida que plantea tres reivindicaciones centrales: respetar las jornadas de descanso después de las guardias, mejorar los sueldos y optimizar las condiciones de trabajo que, denuncian, son «precarias».

«El residente tiene grandes presiones. Por ejemplo, con el descanso después de las guardias, está regulado que después de 24 horas de jornada es obligatorio un descanso porque, de no hacerlo, supone un riesgo para la seguridad del paciente y para la salud del profesional, pero, a veces, hay coacciones y presiones para que ellos no tomen ese descanso porque hay déficit de personal en los centros. Muchas veces les piden encadenar jornadas y después de una guardia de 24 horas tienen que asumir una nueva jornada de trabajo de siete u ocho horas. ¿Esto qué genera? Pues un gran agotamiento en el personal residente, cuyo objeto de su contratación es la formación y la obtención del título como especialista. Los médicos en formación no deberían ser considerados parte de una plantilla, que tiene que estar dotada adecuadamente para que ellos puedan formarse de la mejor manera posible», afirma Justo.

A esta situación suman los bajos sueldos que, según detallan, oscilan entre los 1.000 y 1.200 euros.

«Después de la crisis de 2010 hubo un gran recorte para todos los médicos y a los residentes también se les recortó. Durante la crisis del COVID-19 muchas actividades quirúrgicas se recortaron porque la atención se centró en el coronavirus y se anularon las cirugías programadas ¿Qué pasó? Que residentes que tenían especialidades quirúrgicas les quitaron esas guardias y dejaron de recibir un complemento de sueldo. Además, hay muchos residentes que para su formación requieren de mucha movilidad porque tienen que ir a urgencias de los pueblos para atender la medicina rural y estos gastos recaen en el bolsillo de un residente que tiene un sueldo ya muy recortado», precisa Justo.

Desde la Consejería de Sanidad piden a los residentes deponer la huelga si quieren retomar las negociaciones y sostienen que las peticiones que hacen son «totalmente inasumibles».

«No entendemos por qué el resto de comunidades autónomas han asumido las mejoras y Madrid no, si no lo hace deberían revisarse las razones. Por ejemplo, en Castilla y León, a los residentes que se han visto afectados por los cambios reorganizativos durante la crisis, por la suspensión de cirugías y de actividades habituales, se les ha dado un complemento COVID para que no tuvieran ningún menoscabo redistributivo, porque no es que trabajaron menos, sino diferente. Por lo tanto, es totalmente asumible», sostiene Justo.

Justo asegura que los residentes agradecen todas las muestras de afecto y reconocimiento, pero que ahora, aseguran, es momento de que las autoridades traduzcan esos aplausos en reivindicaciones concretas.

«Desde la ciudadanía estamos muy reconocidos y esos aplausos son de agradecer. Pero, mientras la población nos aplaudía, las administraciones no nos cuidaban, entonces solicitamos que ese agradecimiento de la gente también las administraciones lo tengan hacia los profesionales que lo han dado todo en esta pandemia e, incluso, muchos han muerto por no tener las medidas de protección adecuadas, más de 70 fallecieron en España por no estar protegidos. Es momento de traducir esos aplausos en reconocimientos redistributivos», concluye Justo.